The European Student Eye 2007 (pdf 70 pages).
La uniones nacionales de estudiantes en Europa vuelven a dar cuenta, por tercera vez, en su informe bianual de la percepción estudiantil de la marcha convergente (Bolonia, EEES) hacia una estructura europea de la Universidad que la haga más interconectada y que renueve la institución en estos viejos Estados europeos.
En la
ESU (The European Student's Union, antes ESIB) falta la representación española como tal, en la actualidad cuenta con la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de (algunas) Universidades Públicas (CREUP).
El sumario señala la diferencia de motivación entre unos países (nórdicos, por ejemplo) y el el seguimiento funcionarial y administrativo de países del sur.
Mientras unos se encuentran reformando los sistemas externos de comparación de calidades, otros andan todavía planteando instaurar los dos ciclos de grado y master.
Mientras unos están desarrollando el sistema de acumulación y transferencia de créditos europeos (ECTS), otros implantan superficiales reformas para cubrir las apariencias (presupuesto cero, con la antigua distribución docente sin atender a los nuevos estándares de alumnos por actividad, etc)
En bastantes países las políticas sociales que deben arropar semejante proyecto no se han planteado o incluso están empeorando, por zonas las condiciones sociales para el estudio universitario.
La percepción de la evolución con respecto a la portabilidad de estudios y la movilidad de estudiantes (y profesores) sólo ha mejorado en desplazamientos cortos (un cuatrimestre), la recepción no es sencilla y son los que se desplazan los que repercuten en sus familias los superiores costes sin mayores apoyos.
Aunque se ha incrementado la participación de los estudiantes en actividades de evaluación y en cometidos de gobierno en sus universidades, consideran que la implicación alcanzada aún no es suficiente.
También se quejan de que son pocos los países con cultura estudiantil. La percepción ajena del estudiantado sigue siendo la de elementos hostiles independientemente de su actitud o de su discurso.
El colectivo europeo firmante de este análisis se queja de que los antiguos títulos largos, en una mayoría de casos, sólo se están cortando en dos (para ajustarlos a los dos ciclos; en España ya tenemos carreras que incluso escapan al corte).
Tampoco se percibe que cualquier europe@ pueda acceder en igualdad de condiciones a un máster, se quejan de medidas proteccionistas y endogámicas que afectan a la esencia del proceso boloñes.
El reconocimiento de la educación anterior (secundaria, bachillerato) sigue sin tener un reconocimiento estandarizado y en algunos países simplemente se ignora.
Sobre la situación de los doctorandos (becarios, precarios y demás) en la mayoría de los países, la descripción no puede ser más realista y, al mismo tiempo, lamentable; no solo en su estatus sino también en sus perspectivas y reconocimientos laborales.
Recojo una última queja: que el proyecto europeo es culturalmente más amplio... que no se trata de dar cursos de mi lengua para extranjeros o de que algunos cursos se puedan recibir, general y universalmente, en inglés.
Curiosamente termina el vistazo a la marcha boloñesa señalando que dónde hay más estudiantes implicados en asuntos de gestión y de gobierno de la implantación, las líneas de acción han llegado más lejos.
¿Sorprendido?
Desde que apareció el informe no se han publicado muchas noticias de los grupos estudiantiles españoles. Ahora sale alguna noticia de la CREUP indignada por que sólo se hable de los títulos que se van a implantar (y a quitar) y que no se planteen las evaluaciones autonómicas de las necesidades en las organizaciones. Tampoco se oye mucho sobre la renovación docente que implica todo este viaje.
Noticia de Efe en Terra,
vía Firgoa