06 noviembre 2007

Cebrián y el bloc

Solo dejo aquí unas notas para cuando sea nombrado académico.
Se puede utilizar el discurso de Juan Luis Cebrián como plantilla inversa.

No decir que blog se parece a cuaderno de anillas o bloc.
No meterme con el padre, alcohólico o no, de un mal encarado y quizá difícil de trato instaurador de una idea. Desde luego no es conveniente hacerlo extensivo al resto de los usuarios, hoy ochenta millones.

Si no sé algo mejor me informo o me callo. Porque hay simplificaciones que rayan la simpleza:
no consiste sino en un diario personal escrito en una página web. Dicho diario puede ser individual o colectivo y gracias a la conectividad del sistema acaba convirtiéndose en un lugar de comunicación, una nueva forma de sociabilidad típica del ciberespacio, un territorio común que desafía, entre otras cosas, la noción clásica de la política como gestión de un espacio público compartido.
Ojo con la metáfora. Si no aciertas con la imagen en el desarrollo podría llegar a la estratosfera:
  • diario al revés, donde lo primero está al final,
  • anti-diario, porque hace pública la intimidad.
los blogs fueron ideados para ser leídos, y aun manipulados, por terceros, están llenos de enlaces a otros blogs que los demás escriben y, cualesquiera que sean los valores que en ellos se defiendan o estén presentes, la intimidad no forma parte de ese elenco. Antes bien, podríamos asumir que hay una cierta pasión por el exhibicionismo, a veces bajo la excusa de la comunicación, en toda la actividad que se desarrolla en la red. Al fin y al cabo, quien se abre una gabardina y enseña los genitales a los viandantes busca también una forma de comunicarse.
(Sólo tres palabras BRI - LLAN - TE)

En mi futuro discurso como académico no debería meterme con la capacidad expresiva u ortográfica de los demás. Por aquello de no ofender a todo el gremio (periodístico, por ejemplo), por los divertidos titulares o pie de foto de mi diario local favorito (sin mencionar).

No atribuir a mi gremio o profesión las virtudes y logros de muchos.
Inventados por periodistas, (practicantes por lo mismo del lenguaje, el estilo y las manías del periodismo), muchos blogs se han convertido en una manera peculiar de dirigirse a los lectores, una especie de reporterismo participativo que, al tiempo que recupera alguna de las buenas tradiciones del oficio, anuncia la creación de un nuevo género, ya definido por los teóricos de la comunicación como información conversacional. De los millones de blogueros activos solo una minoría puede verse encuadrada en la militancia de esa especialidad, en la que el papel del periodista como intermediario entre la realidad y los usuarios de los medios se ve sustituido por el de agitador o promotor de las insinuaciones y deliberaciones ajenas. No cabe la menor duda de que gracias a eso hay ahora a disposición del público una gran cantidad de información que de otro modo nunca hubiera visto la luz. Desde ese punto de vista los blogs, al igual que el denominado periodismo ciudadano, constituyen un aporte al desarrollo de la democracia participativa, aunque en muchos aspectos está por descubrir qué cosa sea ésta.
Procuraré que no se me escapen frustraciones inconscientes
Los periódicos son en muchos aspectos un producto tan antiguo, o tan joven, como la democracia representativa, pertenecen a su propio entramado, y participan de su mismo destino. Ni periodistas ni gobernantes son muchas veces conscientes de esta realidad, obsesionados como estamos los primeros por exhibir nuestra independencia, y los políticos por instrumentarla. Pero aun cuando la prensa presuma constantemente de estar fuera de palacio lo cierto es que, en las más de las ocasiones, sus páginas sirven para empapelar los pasillos de la corte.
Memo: no citar a gente de referencia (Engaged) como hacker (quería decir cracker, pero no lo sabía). Menos aún cuando hasta la misma Apple considera equivocado el precio de salida de su estrella iPhone, lo dijera antes quien lo dijera (también en este caso un blog).

Si Cebrían no deseaba que utilicemos los neologismos para re-inventarnos la realidad, con su discurso ofrece un ejemplo lírico-poético de traducción de neologismos que sólo tangencialmente toca algo de suelo. Si no es una transformación de la realidad, es desde luego una inversión y subversión de una de las formas más que actuales de la comunicación, que lamentablemente desconoce (traduttore traditore)

Lástima el lugar que ocupa en la pirámide de los medios que nos cuentan la realidad cotidiana. Confiemos que su trabajo como depurador del idioma sea mejor.


Actualizo: casi al mismo tiempo escribe algo muy similar Julio Alonso en Merodeando.

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