No es habitual en las categorizaciones como en los glosarios, p. e. el de Marcus, que comentaba antes, diferencias de dimensión, plan, nivel de perspectiva o planteamiento. Somos tan aleatorios, tan cambiantes.
Pero investigar es ordenar, además de otras operaciones. Así que si no proponemos alguna manera de organizar la información, poco es el valor añadido con la copia, repetición, etc.
Los glosarios y categorías (en el contexto de la investigación) admiten al menos grandes o generales niveles la que propongo (prometo que intentará concretarla más adelante).
1. El uso de categorías descriptivas (fenomenológicas), morfo-sintácticas (semióticas) o metadocumentales en el tratamiento informacional implica al menos una dimensión de análisis. Desde ella se identifican contextos empíricos de investigación o aplicación, o incluso intenciones de objetivar algunos aspectos cualitativos de la información en los soportes en que se ofrece.
2. El diseño y la comunicación considerando al destinatario, o incluso sus modos de potenciales o efectivos de uso, se plantea en contextos de diferentes teorías y métodos: pragmática semiótica, pragmática de la comunicación, recepcionismo de productos culturales, usos y gratificaciones de los medios, psicología y hermenéutica de la interacción, etc. La base documental sigue siendo fundamental en esta dimensión de análisis, pero sin ceder importancia a las señales productivas y de uso que quedan en la interacción o comunicación.
Un planteamiento integrador o sistemíco, de partida (cosmovisiones, hipótesis, supuestos) o de llegada, resultante, puede plantearse desde dos focos:
3) uno más social, según el alcance y la aceptación social de lo comunicado; o bien,
4) otro más cultural o teórico atendiendo a cualidades del contenido compartido: como su congruencia, originalidad, oportunidad, etc.
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