Me queda para más adelante comentar el ecologismo publicitario. Pero la cadena de intervenciones en torno a reinventar los MBA, en la economía de la atención y del Open Business, exige que amplie algo los comentarios a las entradas de Juan Freire (en nomada y en alamut).
Se han dicho, y comparto, muchos comentarios para cambiar el planteamiento para los postgrados, no sólo por la transformación de la universidad acordada en Bolonia, sino por la transformación social (de las organizaciones) y el impacto que apunta los nuevos usos de las TIC's (IT's).
Sólo matizo sobre las técnicas didácticas:
1) el método del caso, como señala Juan, es cada vez más asequible por la publicación de más datos del pasado reciente de las empresas. Pero en los másters con los casos prácticos, se pretende una inmersión en la experiencia. Preparar para la decisión en situaciones similares. Todo lo repetible que sea la historia de las corporate importada en un buen número de casos en los postgrados europeos. La alternativa de usar casos reales como los que propone la revista Wired, implica también que cambiemos el uso. Ya no se trata de ganar en experiencia sino de afinar en una toma de decisiones, que luego sometemos a información pública y a la dura contrastación de la realidad, de lo que pase con nuestras decisiones en el mercado.
2) el aprendizaje basado en problemas, otra técnica frecuente en la didáctica de los másters, presuponía clásicamente que las fórmulas o principios son aceptados por la comunidad académica o de expertos, algo cada vez menos frecuente. Si usamos los problemas de otro modo, para generar atención en Red y capitalizarla, monetarizarla, estamos generando un nuevo tipo de problema. Este no tiene protocolos aceptados, nos metemos de lleno en el nuevo problema de gestionar buzz, conversación, si esto es posible. El aprendizaje seguro que será interesante, pero las modalidades y la gestión de esta cadena incontroble, es de lo más complicado a lo que nos enfrentan las redes. Hay serias dudas sobre su "gestionabilidad".
Se puede vincular, y quizá haya que hacerlo, el aprendizaje de expertos o de titulados a juegos de azar y experimentos "reales", pero con alguna anticipación de escenarios, con algún tipo de orientación o de guía hacia objetivos, para que se pueda considerar formación, aprendizaje. Y justifique los desembolsos que cuestan las matrículas y el mantenimiento durante los cursos de postgrado.
Por mi experiencia en másters y títulos de grado, la competencia entre alumnos domina en un clima claramente contrario a la colaboración que es pretende y sería deseable para acometer experimentos. Preparar para la participación encontrará obstáculos. Implantar una mentalidad colaborativa y trabajo en grupo (social, virtual...) no va a ser fácil.
La reforma de los postgrados que se está iniciando tampoco permite retrasar mucho estos debates hacia objetivos asequibles y técnicas formativas o didácticas que los pongan al alcance de esa mayoría de alumnos que quiere completar su paso por las aulas con tan reconocidos títulos.
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