Me pidió Adolfo Estalella que cuente mi experiencia con blogs en mi docencia en la universidad, en forma de artículo para Comunicación y Pedagogía. Por ese motivo volveré, ocasionalmente, al redil de la revista universitaria.
Mi corta experiencia, además individual, cumple las condiciones que Aristóteles ponía al caso, pero no daría en ningún caso el nivel de ciencia. Como hay detrás un público de profesores, querría que mi experiencia no destruyera otras alternativas ni indujera a demasiados errores. Como me suele pasar el tema crece vertíginosamente fuera de los límites fijados por la revista. Las zonas en las que tengo convicciones más fuertes, son también las que podrían ser más dudosas. Repito, que balanceo una experiencia de tres o cuatro asignaturas cuatrimestrales con un centenar de alumnos por cada. Lo que no lleva muy lejos. Así que agradeceré la limitación de posibles perjuicios a través de los comentarios de quien lo desee.
1. Por el uso mayoritario de los blogs "de la calle" me gustaría señalar algunas intuiciones sobre la difusión social y la comunicación colateral alrededor de los blogs de alumnos. Me faltan datos sobre su incidencia en asociaciones estudiantiles o ciudadanas, aunque algo se dice.
2. También veo que colectivos profesionales entran en contacto con "blogs de asignatura" que mantienen título o dirección editorial más o menos especializada en un tema (una especie de comunicación mixta entre el blog de asignatura universitaria y los blogs profesionales). Con la bajada de los objetivos mercantiles también es posible que los blogs corporativos, todavía pocos y no suficientemente orientados, se planteen acercarse a los blogs de bachilleres o de gente de secundaria (hemos visto algunos casos claramente a por el juguete infantil).
3. Me gustaría tratar de los problemas y las soluciones (salomónica, alguna) que planteo para tratar de los mismos asuntos a distintos niveles de aprendizaje (por ejemplo compartiendo por temporada alumnos de grado y de postgrado la misma cabecera de blog).
4. Mi experiencia sobre organización de actividades para el ejercicio y la evaluación de destrezas me ha planteado más dudas que opciones. Sin embargo, mucho de la dinamización del profesorado y la docencia universitaria, que se proponen los legisladores y reformadores (periódicamente), se plantea en esta dirección.
5. Curiosamente, oh maravilla del mercado, los blogs como imagen externa de la actividad de un centro o grupo de centros me parecen en rápido aumento: para el desarrollo de la agenda cultural y del calendario, como espacio de consulta y propuesta se ven más. Sin entrar en grandes profundidades sobre la vida interna, el diálogo para la dirección y los proyectos de esas comunidades educativas. Casi nacen y mueren como blog de evento o de su promotor.
6. El campo de los blogs de coordinación o de proyecto para campanas cortas o programas de objetivos plurianuales, que afectan a distintos grupos dentro y fuera del centro, son un sueño, algunos piensa que una pesadilla todavía lejana.
Curiosamente, cuando más nos sinceramos, con habla clarita, en los blogs académicos coincide con nuestros peros al sistema. Ese grito de aviso a gestores y legisladores de por dónde no deberían ir los tiros es de lo que más impacto tiene, aunque perjudica la imagen política y periodística del blog académico personal. Estamos todavía muy lejos de que se reconozca como intrumento para la gestión y la coordinación educativa. Así que por ahora seguirá siendo considerado radicalismo, opinión, rumor o ruido y el resto de lindezas que son más frecuentes en la crítica periodístico-política que en las habituales conversaciones educativas en blogs.
A lo dicho, experiencias diversas bienvenidas.
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