El término universidad pertenece a la categoría de conceptos-elásticos.
Desde orígenes medievales a las apariciones en informes y, claro en la prensa, la palabra sufre mutaciones.
En los últimos meses el periodismo educativo en España y Latinoamérica, repite que 3/4 de las carreras o titulaciones son tan deficitarias que para mantenerlas dentro de sistemas públicos deber "reducirse y racionalizarse".
Durante los últimos años, en los medios de comunicación que divulgan las directivas de Europa y de los gobiernos iberoamericanos se apuntaba a que la "corrección y supresión" de licenciaturas se haría tomando en cuenta "criterios académicos", desde agencias nacionales de evaluación del sistema universitario.
Cuando hay que poner el cascabel al gato y avisar a los centros de quién no abrirá sus puertas con el grado europeo homologado, en principio a partir de 2009-2010, de nuevo se lanzan noticias a la prensa de cada autonomía sobre los bajos resultados de colocación y de oferta de empleo en algunas licenciaturas. Las noticias proceden de conversaciones en los gobiernos autónomos de dónde quedan qué grados, sin repeticiones de carrera a distancias próximas y demás. Los criterios de pasillo y en la prensa se acercan a evaluaciones mercantiles directas, que poco tiene que ver con aquellos criterios académicos, de producción de ciencia o de transferencia de conocimiento a las sociedades.
Quizá a otros también apene que sin evaluaciones más serias, con interés de futuro, empiecen los recortes sobre los mapas de titulaciones. Mira con atención el índice de colocación de tus alumnos si quieres organizar tus actividades para los próximos años. Por si "escaso", que dicen algunos mandatarios.
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