Información especializada se acerca a periodismo especializado. A estas alturas no hay muchas maneras de preferir una denominación u otra.
No estoy del todo con los clásicos españoles en la cuestión. Al menos como los cita Rodrígo Ávila, en tecla café. El especialista no sólo es complemento del periodista general o del reportero, la figura mítica del periodismo del siglo XX.
Tampoco creo que el periodismo especializado sea resultado de la postmodernidad. De la fragmentación de públicos y de audiencias. Esta es la lectura de Amparo Tuñón que más parece haber impresionado a Christian Robles en una de las pocas entradas de su malogrado blog.
Creo que la especialización del periodismo sigue a la especialización de la empresa. Casi como una ley interna de la industrialización. Las macroempresas debían seguir creciendo como empresas especializadas. Y segmentándose sectores y públicos, llevó a las empresas periodísticas a esos nichos donde se encontraban sus anunciantes y sus consumidores-objetivo.
Después se puede razonar que la precisión (Philip Meyer, 1970) era el destino del periodismo tal como lo idea el sueño americano o que la especialización es resultado de la fragmentación del mundo moderno.
Sueño o mal despertar, el periodismo de precisión es el suspenso permanente de la mayoría de las medianas y grandes empresas periodísticas. Como dice Esteban Galván, es un lujo que el periodismo no ha querido pagar. Y en su defecto, poblamos las pantallas de expertos, con una especialización que no alcanza la talla del bloguero.
Otras opiniones sobre la especialización en :
José Luis Dader, Periodismo de precisión: la vía socioinformática de descubrir noticias. Editorial Síntesis, Madrid, 1997.
Alguno de los proyectos de realización en Internet al servicio de las empresas: Centro de Periodistas de Investigación (México).
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