-Para los que buscan trabajo, resulta difícil comprender esa desaparición. ¿Cómo se les explica que el trabajo no es tan importante? -No es la manera acertada de abordar la cuestión. Lo que está en vías de desaparición es el trabajo asalariado a nivel de tiempo completo y garantía de larga duración. Eso es un hecho. Ya hemos avanzado mucho en esa abolición del trabajo-empleo. No digo del trabajo en sentido filosófico, en el sentido de transformación del medio ambiente, de realización de uno mismo, de producción de cosas con la mano y la cabeza. Eso existirá siempre.
-El trabajo asalariado está en vías de desaparición como base principal para construir la propia vida, una identidad social, un futuro personal. Pero tomar conciencia de este hecho tiene un alcance esencialmente subversivo, pues mientras a la gente se le diga: su trabajo es la base de la vida, es el fundamento de la sociedad, es el principio de la cohesión social, no hay más sociedad posible que ésa, con lo cual la gente se vuelve psicológica, política y socialmente dependiente del empleo. Por lo tanto, se fuerza a los individuos a tratar de conseguir a toda costa uno de esos empleos cada vez menos frecuentes. Y cuanto más lo hacen, mayor poder ganan los empleadores sobre ellos. El discurso sobre el carácter central del trabajo, sobre la perpetuidad de la sociedad laboral, de la sociedad salarial, tiene una función de estrategia de poder de parte de la burguesía, del capital y de los empleadores.
(...)
- Sólo que, como usted señala, ese saber evoluciona tan rápido que se devalúa en un santiamén.
- ¿Cómo?
Entrevista a André Gorz, fundador de la ecología política, en Antroposmoderno (reproducción d el diario Clarín, descarga del texto completo traducido)
Referencia provocada por el artículo nos amaremos después de la muerte (en El País) sugerido por Tíscar.
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