Por la lectura que hizo Fernand0 de The Social Life of Information John Seley Brown. Paul Duguid
supongo que el discurso sobre tecnologías obsoletas, sobre todo de aquellas, como el fax, que parecen resistirse a morir, no debiera quedar en lo que se escribió hace 5 años.
No leí el libro, pero en mi entorno me siento cercano a los correligionarios de algunos aparatos y separado de las sectas (¿inferiores? ¿superiores?, ninguna de ambas) que ocupan el escalón de arriba o el abajo en la pirámide social de los cacharritos. Mirando hacia abajo nos gustaría que otros profesionales se aficionaran. Desde abajo la carrera por experimentar lo nuevo y de cambiar a lo último suena a canción conocida (exceso de energía juvenil).
Al periodismo le afectan tanto y tantos de esos cambios que cualquier día podrá alguien preguntarse porqué no se sustituyeron antes sus mecanismos. Como les pasa a otros con sus tecnologías, mientras se pueda, piensan que es mejor que siga así.
Y yo no estoy convencido de que la sustitución por las nuevas fórmulas (sindicación, encadenamiento de conversaciones, etc..) nos garantice las funciones imprescindibles que aporta para una sana vida social, empresarial y política. Sana, repito. Con todos los ahcaques de su utillaje, a los que habitualmente no dejo de referirme.
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