El profesor De Pablos, antiguo colega en la U. de La Laguna, me avisa de que una colaboradora suya en algunas publicaciones, Concha Mateos Martín, escribe dentro de unas horas la portada de Rebelión.org. El artículo se titula El veneno de las verdades parciales (en una prensa que se cree imparcial en Venezuela) y cuenta algo que en la sección Mentira y Medios de Rebelión se sigue delatando y detallando con dolorosa puntualidad. Sólo cambian los nombre de los asesinados o encarcelados por acusaciones preparadas en lobbys. Desde asociaciones públicas y en nombre de la profesión, de la libertad o de cualquier otro gran valor se retiran de la circulación.
Eduardo Arcos lleva varios días defendiendo sus servidores de ataques sucesivos de lo más selecto. Lo relaciona con la proximidad de las elecciones mexicanas. Me parece más plausible que a los que comentan en Alt 1040.
Otro buen amigo Manuel Martín Algarra, antes compañero en Vigo y ahora en Navarra, escribió una sesuda reflexión sobre el uso de la comunicación como arma, en todos sus sentidos. Hablar para entenderse de Algarra termina aconsejando no confundir la comunicación con sus apariencias y contrastar lo que se dice (o se calla) con lo que se hace y se gana, con el juego de los intereses que rodea a las palabras.
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