Comprendo que The Guardian tiene obligación de llenar unas páginas de papel todos los días. Ese es uno de sus males. Otra enfermedad son los "libros de estilo" cuando marcan el paso de los escritos.
Algo de esto le ha debido afectar al artículo de investigación de Tom Hodgkinson tan felizmente crítico otras veces. Desde las páginas de tecnología resucita mitos dialécticos con los que encuentra la ideología de base en el proyecto de
Hurgando en los inversores del proyecto, gente de capital riesgo y de mentalidad riesgo (Peter Thiel, Mark Zuckerberg y Jim Breyer).
Cuando se hacen millones rápidos, se acerca el fantasma del delito. A veces desgraciadamente se cumple con el origen de algunas fortunas. Pero en la economía de la atención, velocidad es natural y no tiene por qué ser fraudulenta. Sus inversores pueden ser políticamente activos y todo lo obsoletos que se quiera. Pero eso no inunda sus aplicaciones sociales, porque las redes las hacemos la gente. No sus promotores.
Y si Microsoft invierte millones para buscarse nuevas vías de publicidad, mejor dicho de relaciones públicas, tendrá que conseguir la aprobación de la gente.
Que ahora no sólo tiene su espacio sino también su boquita.
En WWW gran idea puede ser pelotazo, sin más.
Aunque el líder de Facebook fuera el terrible neocon que describe el artículo, verlo como una máquina para manejar masas con movimeintos de contestación supera la afición de cualquiera a las teorías de la conspiración.
El proyecto de Facebook en el fondo buscaría sustituir el mundo real (¡otra vez esa maldita separación de mundos!) por las relaciones virtuales manejables, en el que a la gente se le dan controladas parcelitas de expresión y de libertad.
El comentario final sobre la política de privacidad del sitio es de los mejores chistes de esta primavera si no lo dijera en serio.
No entiendo al articulista investigador tan distante de experiencias tan ordinarias. En todos los sitios (web) cuecen habas. Y ya les gustaría a muchos, LInkedIn, Xing, Orkut poder controlar una décima parte de lo que afirma este artículo. Sabrían que se seguirían forrando. Pero afortunadamente, eso, tampoco en Facebook, esta garantizado por mucho tiempo.
Zinnia Martínez de Periodismo Interactivo me trajo a estas lecturas cuando habla del poder de convocatoria de Facebook.
No vemos en la conspiración siguiente.
Mapa de redes sociales (de Le Monde, traducido por Pancho Macías en Opción Web)
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