Por eso, y porque Raúl Trejo escribe largo y tendido, como yo, y no siempre encuentras el tiempo que exige para leerle. Por eso, digo, no me enteré de que la Corte Suprema mexicana pone límites a leyes que favorecen la concentración televisiva y privilegian a los grandes grupos (véase o mejor no se vea Televisa). Como exige Trejo, en nombre de la libertad de expresión y de información de los ciudadanos. Las concesiones a grupos con fuerte capacidad de presión, como ha ocurrido en Italia o México es lo que trata en su artículo El contrapeso al poder mediático en La Crónica que recoge su blog Mediocracia.
Si el poder mediático ha podido desarrollarse con tanta prepotencia e impunidad como las que hemos conocido en este país ha sido tanto por la ineficacia del marco jurídico como por la ausencia de contrapesos suficientes. Ambas carencias, han comenzado a ser resueltas gracias a las decisiones de la Suprema Corte.
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