A veces, cuando lees cosas de comunicación tienes la sensación de encontrarte en un contexto sobredimensionado. Estos grandes axiomas proceden de "macromundos" como las campañas internacionales de publicidad, tantas veces confundidas como "la publicidad". Las buenas "ideas mayores" deberían tener una hermana pequeña. Pero no siempre es posible compilar el pensamiento. Cuando menos con la repercusión de esos benditos y justamente premiados microcréditos del nobelísimo Yunus.
En políticas de información hemos seguido los mensajes e intentamos gestionar su ciclo de vida y divulgación. Después, en las últimas décadas gana interés el estudio de las fuentes y de los recursos almacenados. De ahí el protagonismo de la auditoría de la información (information audit, pdf), al menos para grandes instituciones o megacorporaciones.
Podríamos intentar reducir los objetivos y las técnicas para una "microauditoría" de información. La exposición de la auditoría mayor puede seguirse desde las políticas de información publicadas en países anglosajones o en la introducción a las autoridades en el tema que publicó Cristina Soy (ref en ComuniSfera).
Auditoría, foto, diagnóstico del capital, de la imagen, de la salud... Modelos, simplificaciones, sustitutivos. Algo caro y largo que compensa en una organización grande, empapelada y que se juega su supervivencia en muchos de esos procesos.
Pero problemas de gestión de datos, de papeles, de listas, no sólo los tiene Tíscar. Es lo común en quien escribe, trabaja, graba... Si además como dice Drucker (1994) el conocimiento es el principal factor de producción, no es sólo cuestión de ser más o menos des/ordenado. Es que podemos estar perdiendo los que somos/valemos (?).
Tenemos problemas de recuperación, pero también de reconocimiento de lo que es información. Entre las masas de paja, algo tiene que sobresalir. Sería ideal que destacara lo que necesitamos ahora, lo más importante para decidir, lo que queremos compartir a otros implicados. Pero esa información suele estar más abajo (adentro...), desordenada, invisible.
¿Cómo etiquetar los documentos, medir las prácticas y protocolos, su ubicación y disposición en función de necesidades o servicios que ahora mismo desconocemos, pero que en un tiempo puede ser información crítica?
La micro gestión de información es lo que hacemos nuestros espacios de trabajo y reflexión en red, las rutinas que estamos practicando y ensayando con categorías, tags, etiquetas... con las sugerencias de los que comentan, con las pistas de la blogosfera de cada uno. Tendríamos que ajustar los sistemas de medición de capital intelectual para aplicarlos en estos entornos. Es un microcapital (salvo que Google entre en la puja y una pequeña aplicación de éxito escapa del mundo del átomo a las galaxias exteriores). Aterricemos, que me alargo. En nuestra comunicación de proximidad compartimos saber hacer, experiencia, consejo... Porque estamos interesados, por vanidad, porque nos da la gana... sea la razón que sea. Pero circula información y conocimiento de formas bastante más sencillas y generales a las que formulan auditores y capitalistas (intelectuales). Me refiero a los macro.
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