24 octubre 2006

innovar vs investigar (innovar en sentido fuerte)

Eduardo Manchón (alzado.org) apuesta por el desarrollo ágil como una filosofía para el trabajo de hoy en día. Es una filosofía operativa, oportunista.
  • haz, no planifiques
  • prueba en cuanto puedas, ya corregirás y arreglarás con información de lo que realmente pase
en este tono sigue una versión operativa, efectivista, atenta al presente que se puede leer en bestsellers como Getting Real (si lo pagas) y textos a caballo entre Atrápalo como puedas y Carpe Diem.

Voy a ampliar lo que considero más valioso en esta propuesta para que no se confunda lo que aquí se dice con otros sentidos clásicos, pero también más exigentes de innovación. Quiero llegar hasta ese sentido de innovar: saltar la línea, cambiar las reglas, poner algo distinto a lo que conocíamos. En su sentido más fuerte es creación. Suele venir de la mano del valor, porque trae riesgos e incomprensiones, casi garantizados.

Cuando hablamos de otros sentidos de innovación tecnológica, empresarial también transgredimos, pero contamos con la experiencia y el capital intelectual para la rehabilitación, la reforma, el experimento en lo nuestro. Manchón no habla en general. Pone en voz alta, y bien dicho, lo que dicen muchos desarrolladores, evaluadores de usabilidad, etc. Conocen su trabajo y aportan experiencia de ensayos (y fracasos) anteriores. Con esa historia pueden decidir, cambiar, probar en algo que algún riesgo también conlleva. Pero si falla podemos probar otra cosa. Y siempre nos queda la experiencia y el aprendizaje. Este segundo sentido, más light y general de innovación puede estar al alcance de los constantes y de los profesionales. Pero no es el que destacaron algunos clásicos de la sociología, la antropología y la comunicología.

1. Gabriel Tarde (wkpd fr, txt infoam) cambió la idea de sociedad al distinguir los motivos de nuestras asociaciones y separaciones: imitar e innovar son dos principios en tensión en nuestras sociedades (1890, 1898). Continuidad y ruptura explican muchos saltos en la Historia, pero parece el género propio para contar los descubrimientos y revoluciones tecnológicas, casuales e inesperadas. Seguimos en el nivel fuerte de la innovación cuando miramos la biografía y los dramas de los creadores y los vanguardistas.

2. Otro investigador de la opinión pública, Bernard R. Berelson se fijó durante los primeros 40 en el papel de refuerzo que ejercían los medios de comunicación sobre los más decididos (estudio de radio local en elecciones, 1944: teoría de los efectos limitados de los medios). Pero más adelante se fijó también en la innovación y en la creación y es uno de los defensores del difusionismo (U Twente, en) entre culturas. Junto a antropólogos y demás se cuestionan la expansión de modas por el globo (i. e. vaqueros, jeans).


3. Everett M. Rogers (wkpd en, txt infoam) consigue dibujar la curva de difusión social de las innovaciones (1983). Anticipa el ciclo de una tecnología. Acierta bastante con la penetración de algunas enfermedades.


Con perdón por la amplificatio, pero para que no lleve a engaños, que no se explican ni funcionan las dos igual.

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