Difundir y multiplicar las viñetas y caricaturas de Mahoma, es un atentado a otra cultura. Se puede justificar porque con la risa cambiamos lo más obsoleto de nuestras culturas occidentales, también envejecidas.
Pero no sigais difundiendo y publicando en nombre de la libertad de prensa (blog estudios bíblicos). Esa libertad todavía no les interesa a las culturas periféricas, arcaicas, religiosas o como queráis llamarlas. La libertad de prensa es una libertad occidental. Podéis exigir que los musulmanes la cumplan. Pero será una ficción mientras sea libertad de otros. Mientras no tengan colectivos mediáticos tan poderosos como la BBC (la noticia, Google Noticias) que "blasfema" y ha hecho global su ignominia.
Antes que enarbolar las banderas populares en nuestra lujosas ciudades, banderas de nuestro pueblo al fin y al cabo, hagamos un pequeño esfuerzo para vislumbrar las orillas, las partes en pie de guerra por "unas viñetas de nada".
Vamos, si realmente buscamos y queremos un diálogo entre civilizaciones; al diálogo de los siglos nos animan los más sensatos entre los líderes políticos y religiosos que hoy tenemos.
Cada frente maneja distinto código. Las religiones grandes: budismo, hinduismo, judaísmo, grupos protestantes y, durante algunos siglos, el cristianismo, prohibieron la representación de Dios. La iconoclastia es un mandamiento religioso de consecuencias morales y salvíficas.
Decir lo que nos parece, al otro lado y en otro código, es un derecho del votante y el consumidor soberano del descreido mundo occidental. Y en concreto, reírse de la política, la ciencia o la religión es un ejercicio de salud mental. Más allá de cuanto se pretende ridiculizar, nos reimos con ocurrencias que expresan lo limitado de nuestras soluciones, de nuestras modelos. Así podemos pensar otras, favorecemos la creación con una mente abierta a algo distinto, que podría ser mejor.
Ojo, que en la base del enfrentamiento hay coincidencias. Es posible el diálogo, porque tampoco los occidentales postmodernos podemos reírnos absolutamente. No lo conocemos mucho, pero hay un origen del que proceden los mundos y los vivos, y nos vamos a otro límite, la muerte, igual de trascendental para unos que para otros. Aunque sean cielos de escenario distinto. Además, entre los occidentales jugamos más a la imagen y por eso tenemos más variedad de máscaras. Pero no creo que la mayoría aparentemente pasota, viva toda su vida, también la interior, de permanente y
perpetuo carnaval. Sería aún más aburrido que el ritualismo religioso.
Enseñando comunicación intercultural es típico el ejemplo de que la imagen no vale lo mismo para todos. Estos días encaramos de nuevo un conflicto expansivo y serio con motivo de imágenes; en el fondo entre increencias y creencias, entre posibilidades y formas de renovación.
Al menos en occidente urge acelerar la formación en comunicación intercultural o vamos a repetir muchos y cada vez más frecuentes fallos típicos.
No se aprende en dos horas a respetar una mentalidad que, desde nuestra soberbia parece, porque lo es, antediluviana. Pero sin esos gestos iniciales no puede haber diálogo, cruce alguno de mensajes que no sean golpes. Sin la disposición entre los interlocutores no podemos enseñar cómo la risa y la creación sugieren posibilidades y cambios para nuestras vidas. Tenemos que estar dispuestos a aprender, también de ellos.
He comentado también en:
periodistas 21: criticar a Dios con cuidado
libro de notas, comentario
como no iba Blogger le envié a Marcos Taracido el post para que lo anticipara en Libro de Notas. Aunque no está de acuerdo con mis razones, Marcos lo ha publicado en LdN. Ahora que ya va Blogger quiero dejar aquí constancia de su talante y su generosidad. Espero que sirva para pensar desde otros puntos de vista y para ganar en acuerdos. Por mi parte, quedo en deuda.
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