el principio televisión
El corazón pragmático de la Edad Moderna late en la nueva ciencia de la asunción de riesgos. El globo es el monitor en el que se puede apreciar en conjunto el campo del negocio generalizado de inversión. Es, a la vez, mesa de juego en la que los inversores-aventureros depositan sus apuestas. Con su aparición, su rápida imposición y su crónica actualización comienza la era de los global players, en cuyo mundo es verdad que zozobran muchos barcos, pero nunca se pone el sol. Se trata de jugadores que cogen un globo en la mano para superar a sus competidores en tele-ver, tele-especular y tele-ganar. La divisa imperial, Plus Oultre, bajo la que la flota de Carlos V cruzaba los océanos, estimulaba un pensar que no se contenta con ver la lejanía e ir a ella, sino en ver e ir siempre más allá, por principio. Schumpeter tenía razón cuando pretendía reconocer en el Plus Ultra, el lema del empresarismo moderno.
El principio televisión, por tanto, no apareció por primera vez en la era de las imágenes móviles; por lo que importa a la cuestión, ya existía desde que la previsión y la perspectiva de futuro empresariales se sirvieron del medium globo un medio que por sí mismo impelía a una actualización permanente. A las imágenes del siglo XX preceden las imágenes enmendables de la gran época de los globos y mapas. El vendedor de las Molucas, Carlos V, y su comprador, Juan III, son actores ejemplares de esa cultura del riesgo, de amplias miras. Su transacción de 1529 (...) permite reconocer que los príncipes, desde entonces, son menos los primeros sesrvidores regionales de Dios sobre la Tierra, que los primeros empresarios del Estado dependiente del dinero. Bajo su presidencia los pueblos europeos se convierten en modernos colectivos de inversión que, a más tardar desde el siglo XVIII, bajo el nombre de naciones, se perfilan como comisionados de negocios soberanos. Y si a partir de la Revolución americana las naciones economizadas se van rrestructurando democráticamente de forma progresiva, es bajo la impresión del reconocimiento de que los reyes se han convertido en factores improductivos en los consejos de administración de esos colectivos políticos de inversión. La historia más reciente viene caracterizada por el paro estructural y de larga duración de los reyes.
De
En el mundo interior del capital,
una teoría filosófica de la globalización de
Peter Sloterdijk, como dije, de
las mejores lecturas de este verano.
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