Posthistoria la que viene describiendo Peter Sloterdijk desde hace unos años y vuelve a referir en El mundo interior del capital, 2007, 198-9.
Desde 1945 está claro que se ha extinguido el poder creador de la historia de los sujetos europeos de la expansión. El Viejo Mundo ha gastado su capacidad de iniciativa en la colonización del planeta y ha apagado sus energías excedentes en dos grandes guerras (...)
Para la proyección del futuro del mundo, visto en su conjunto, la mirada al pasado de Europa no tiene importancia alguna. Por el contrario, el presente europeo se ha hecho modélico de otro modo, ya que le es inherente un concepto casi maduro de política postimperial: un concepto que comienza a seducir también a americanos cansados de América. Como ejemplo de una potencia mundial apacible, podría recomendarse pronto su imitación en otras regiones, sobre todo en Asia y Suramética. Por lo que respecta a la utilidad de la historia para la vida, después de 1945 consiste, sobre todo, en recopilar expedientes para eventuales comprobaciones de daños. (...) Tal historia constituye un negociado administrativo de ilusión de mundo, que permite ojeadas en las actas del fastidio de los seres humanos por los seres humanos.
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