“Al ponerme de pie, realizo un cambio estructural en el suelo, que puede parecer mínimo pero que está ahí si tenemos los sensores adecuados para verlo, y el suelo, al incidir sobre mi pie, provoca un cambio estructural en mí que reconocemos como un sensación de rugosidad o presión en el suelo... el ser vivo ha de cambiar en los encuentros con el medio” (Maturana 1998).
Esta verdad debería mover incluso a los más egoístas o insensibles. Lo que perjudiquemos y malogremos en el medioambiente, nos será devuelto, porque en él y por el (medioambiente) vivimos (o morimos).
Ya es hora de reconocer a los grupos científicos locales, como GECMA que en Galicia cumplirá 30 años proponiendo modelos de bancos de tierras, de reforestación, de saneamiento y cuidado de ríos y costas, de recuperación de espacios naturales. Sólo por su labor de divulgación ya merece reconocimiento el capital informativo que han aportado en los treinta años de vida que cumplen el año que viene (2008).
Los ciudadanos tenemos derecho a una divulgación y una información medioambiental de la que carecemos en importantes tomas de decisión y de voto (periodismo medioambiental: silencio de los diarios). En Europa hay directivas desde 1980 que regulan la libertad de acceso a la información medioambiental (Directiva 90/313/CEE, Convención de Aarhus 1998, Directiva 2003/4/CE). Algunas directivas vienen señalando los cauces para la participación ciudadana en actividades industrial (Directiva 2003/35/CE). Vía Blog Temos Dereito a Saber.
La página del Ministerio español de Medioambiente tiene media docena de formularios para comunicar si hemos visto algúna ave anillada, para observaciones a la asignación de gases contaminantes de los próximos años, para comentar en el programa AGUA o formar parte de los comités de evaluación ambiental. Para todo lo demás, es decir, para casi todo, debes rellenar el formulario de preguntas, quejas y sugerencias (una página de contacto en red). Parecido formulario en la Consellería de Medioambiente gallega.
De ninguna manera deseo contradecir las campañas ecologistas. Ojalá se alcancen los 60 millones de € que mide Greenpeace con el cambio de hora (horario de invierno en este hemisferio). También apagaré los diferenciales de mi casa el 15 Noviembre de 20 a 20:05 (blog). Sin embargo, creo que la acción individual (egologismo), por muy numerosa que sea (cuantos más mejor), debe ir reforzada por acciones institucionales claras y contundentes. ¿Cuántos coches y cigarrillos hay que sumar para contaminar lo que emite una central de carbón en una hora?
La participación ciudadana tiene responsabilidades graves cuando se toman decisiones institucionales sobre la energía o los residuos. Y no se puede participar sin divulgación, careciendo de información social técnicamente válida. La actividad de divulgación y de investigación debe ser mayor en los momentos en los que se deciden grandes operaciones medioambientales o políticas sobre entornos determinados.
Con el grave problema de acumulación de residuos, también en Galicia, hemos optado por falsas soluciones como el enterramiento de nuestros restos urbanos e industriales. Es previsible que incluso en las balsas autorizadas haya que intervenir en unos años. Aunque es contaminante, la incineración reduce bastante la masa y el problema de la basura creciente. Pero no todo puede tratarse con fuego. Hay residuos vegetales y orgánicos que se pueden compostar, si la separación previa es suficiente y se ponen bien lejos de las zonas habitadas, para evitar los malísimos olores y los insectos peculiares de las zonas con materiales en descomposición. Si además deseamos una relativa obtención de energía (restos sigue dejando y los biodigestores son delicados de mantener) podemos apoyar las propuestas de biometanización. Siempre lo suficientemente lejos de las poblaciones como para dejar vivir y respetar los derechos a enfermar por otros motivos de los vecinos. En ningún caso, se deberían reunir actividades molestas y ruidosos que en el caso de los residuos puedan acumular y multiplicar los efectos nocivos de tratamiento. Algunas medidas, como las referidas a determinados residuos de depuradoras, residuos sanitarios, residuos tóxicos o residuos en general de traslado y tratamiento peligroso exigen algo más que presentaciones y notas o ruedas de prensa. Estas palabras mayores de la intervención en los ecosistemas no se deberían aprobar en decisiones unilaterales de organismos o de un plumazo. Se decida lo que se decida, en materia de peligros y toxicidad, a este ciudadano le parecería razonable que se tratara más bien de un programa plurianual, con actuaciones de prueba temporales. En cada revisión l@s ciudadan@s podemos aportar la experiencia de nuestra convivencia, alejada y controlada, con el tratamiento de esos restos de lo que consumimos.
En Galicia hasta la semana pasada regía el plan de residuos sólidos urbanos de 1999 que en principio se proponía acabar con los vertidos incontrolados y cerrar los vertederos de residuos domésticos. El último plan gallego para los RSU (ppt de 35 diapositivas a todo color) busca actualizarse también a tecnologías más actuales. Como en cualquier otro experimento, l@s ciudadan@s tienen derecho a saber lo que se va a hacer, sus posibilidades de mejorar la situación actual y los riesgos de destrozo y contaminación de un entorno y sus consecuencias para los vecinos. El asunto no es broma y las responsabilidades políticas son aún mayores que las responsabilidades de la participación ciudadana.
En otras comunidades y países los problemas no son distintos y la atención y la respuesta ciudadana es igualmente importante y necesaria.
31 octubre 2007
30 octubre 2007
tradición interpretativa de la comunicación: teorías y métodos
En el blog de Investigar Comunicación resumo un recorrido por la tradición interpretativa de las teorías y los métodos para investigar y reflexionar sobre comunicación.
Teorías de la comunicación en la tradición interpretativa:
Pero la postmodernidad rompe nuestra confianza en los hechos y los datos al darnos cuenta de que proceden de conocimiento y de informaciones precedentes. Cada vez nos parece más dificil que podamos reproducir la unidad de los conocimientos en un mismo saber. Pero como la vieja filosofía, la comunicación quiere ser el espacio común en el que quepan todas las perspectivas posibles. Para ser comunicación debe poder ofrecer alguna orientación y composición del presente. Y, como la comprensión clásica, desea integrarse con la historia, con todo lo que el pasado pueda aportar, y abrirse al futuro, sin cerrar ninguna opción de innovación. Esta definición tradicional, popular y culta, desde la historia y la pluralidad es una forma de pensamiento de la comunicación de la que se pueden rastrear vestigios y con la que se puede reflexionar en un tono que permite también acercarnos a formas digitales de comunicación.
La interpretación no es sólo la fase final de la investigación, la base para las conclusiones. También es el principio que marca y condiciona la exploración y la descripción que se produce en la investigación. Engarzando nuestro estudio con la tradición, no esperamos respuestas. Cada comunicación marca un tiempo y es irrepetible. Lo que ganamos con perspectivas abiertas, también al pasado es una reflexión colaborativa e intercultural que nos obliga a salir de cerrados planteamientos personal hacia un diálogo general sobre el díalogo como base de la reflexión sobre comunicación.
Las tradiciones interpretativas no se encuadran en corrientes ideológicas dominantes, hay pragmáticos de preocupación social o ética como criticistas de gran calado analítico e interpretativo. La interpretación extiende un suelo y un horizonte previo y posterior a los posicionamientos escolásticos o doctrinales de los científicos y comunicólogos.
En España, como recoge el libro de Leo García Jiménez, se pueden encontrar vestigios de tradiciones interpretativas en muchos trabajos, pero son más frecuentes y específicas las referencias en monografías de micro-comunicación o en estudios de comunicación interpersonal así como en estudios de comunicación grupal o estudios meso de comunicación.
Tradición dialógica e interpretativa (micro)
Estudios de comunicación interpersonal: Carlos Castilla del Pino (desde la hermenéutica psiquiátrica), Miguel Roiz (1986 y 2002 la sociología de la persuasión ), María Antonia Arias Fernández (estudios de sociolingüística) como también en la obra de Luis Núñez Ladeveze, Felicísimo Valbuena, Manuel Martín (1993 fenomenología de Schutz),o Carmelo Garitaonaindía, y Carmen Cafarell (años ochenta). Se pueden incluir estudios sectoriales del texto y del discurso así como los centrados en un soporte o formato, como los estudios cinematográficos de José Luis Sánchez Noriega o sobre ficción y televisión de Mario García de Castro.
Tradición interpretativa (estudios mixtos y meso-comunicación según James S. Coleman 1990, Enzensberger 1970)
- la sociosemiótica de Moragas 1976, 1980, Pérez Tornero 1986, 1997 y Rodrigo Alsina 1986, 1992, 1994, 1995
- la formación de la opinión pública de Saperas 1989, Berrio 1993-2000.
- vestigios etnológicos que se puedan encontrar en Josep Gifreu 1998, Manuel Parés i Maicas o Bernat López.
- socio-técnicos Ignacio Aguaded y Ramón Correa o Francisco Sierra Caballero.
Teorías de la comunicación en la tradición interpretativa:
- Interaccionismo simbólico y la Escuela de Chicago.
- Escuela de Palo Alto
- Cognicionismo, constructivismo y construccionismo.
- la retórica , que recuperamos de tradiciones humanísticas anteriores a las sociológicas
- la fenomenología , fundamento filosófico de algunos planteamientos sociológicos clásicos
- la semiótica, que no suele plantearse como ciencia o como conjuntos de teorías sino como método interdisciplinar en ciencias sociales.
- la hermenéutica , recuperación también humanística del tratamiento de textos y de imágenes (iconología)
- la etnometodología , versión antropológica y sociológica del tratamiento documental por colectivos sociales.
Pero la postmodernidad rompe nuestra confianza en los hechos y los datos al darnos cuenta de que proceden de conocimiento y de informaciones precedentes. Cada vez nos parece más dificil que podamos reproducir la unidad de los conocimientos en un mismo saber. Pero como la vieja filosofía, la comunicación quiere ser el espacio común en el que quepan todas las perspectivas posibles. Para ser comunicación debe poder ofrecer alguna orientación y composición del presente. Y, como la comprensión clásica, desea integrarse con la historia, con todo lo que el pasado pueda aportar, y abrirse al futuro, sin cerrar ninguna opción de innovación. Esta definición tradicional, popular y culta, desde la historia y la pluralidad es una forma de pensamiento de la comunicación de la que se pueden rastrear vestigios y con la que se puede reflexionar en un tono que permite también acercarnos a formas digitales de comunicación.
La interpretación no es sólo la fase final de la investigación, la base para las conclusiones. También es el principio que marca y condiciona la exploración y la descripción que se produce en la investigación. Engarzando nuestro estudio con la tradición, no esperamos respuestas. Cada comunicación marca un tiempo y es irrepetible. Lo que ganamos con perspectivas abiertas, también al pasado es una reflexión colaborativa e intercultural que nos obliga a salir de cerrados planteamientos personal hacia un diálogo general sobre el díalogo como base de la reflexión sobre comunicación.
Las tradiciones interpretativas no se encuadran en corrientes ideológicas dominantes, hay pragmáticos de preocupación social o ética como criticistas de gran calado analítico e interpretativo. La interpretación extiende un suelo y un horizonte previo y posterior a los posicionamientos escolásticos o doctrinales de los científicos y comunicólogos.
En España, como recoge el libro de Leo García Jiménez, se pueden encontrar vestigios de tradiciones interpretativas en muchos trabajos, pero son más frecuentes y específicas las referencias en monografías de micro-comunicación o en estudios de comunicación interpersonal así como en estudios de comunicación grupal o estudios meso de comunicación.
Tradición dialógica e interpretativa (micro)
Estudios de comunicación interpersonal: Carlos Castilla del Pino (desde la hermenéutica psiquiátrica), Miguel Roiz (1986 y 2002 la sociología de la persuasión ), María Antonia Arias Fernández (estudios de sociolingüística) como también en la obra de Luis Núñez Ladeveze, Felicísimo Valbuena, Manuel Martín (1993 fenomenología de Schutz),o Carmelo Garitaonaindía, y Carmen Cafarell (años ochenta). Se pueden incluir estudios sectoriales del texto y del discurso así como los centrados en un soporte o formato, como los estudios cinematográficos de José Luis Sánchez Noriega o sobre ficción y televisión de Mario García de Castro.
Tradición interpretativa (estudios mixtos y meso-comunicación según James S. Coleman 1990, Enzensberger 1970)
- la sociosemiótica de Moragas 1976, 1980, Pérez Tornero 1986, 1997 y Rodrigo Alsina 1986, 1992, 1994, 1995
- la formación de la opinión pública de Saperas 1989, Berrio 1993-2000.
- vestigios etnológicos que se puedan encontrar en Josep Gifreu 1998, Manuel Parés i Maicas o Bernat López.
- socio-técnicos Ignacio Aguaded y Ramón Correa o Francisco Sierra Caballero.
29 octubre 2007
Las carreras universitarias tienen ley (y plazos)
Los que trabajamos en la universidad española estrenamos el viernes 26 un real decreto, el tercero de esta legislatura, que regirá los estudios universitarios en su proceso de ajuste al Espacio Europeo de Educación Superior (pdf de 33 páginas) y de acuerdo con la última LOU.
Sobre grados, máster y doctorado se confirma lo que viene siendo vox populi y noticia desde hace tiempo. Y quizá por eso mismo ahora sea ley.
Tampoco es innovador el apartado de disposiciones adicionales que pone los plazos, los títulos de la Iglesia Católica o la formación superior en el Ejército. Como muestra de las presiones recibidas, y de lo conciliar que es este decreto, la adicional décima dice que los títulos sanitarios no deben confundirse con los títulos clásicos, por ejemplo, de médico, añado yo, esos que dieron origen a la universidad (en Montpellier, por ejemplo) y la han llevado a su reconocimiento actual (sigo añadiendo).
En estos "decretos paraguas", previos al siguiente R. D. que los derogará, hay algunos vestigios de esfuerzo regulador, y no sólo resultado del acalorado debate corporativista (se entiende de las profesiones presentes).
Se ha dado algún paso en el asunto de las "materias básicas" responsables de vertebrar y orientar las titulaciones (al mercado).
CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS Antropología Ciencia Política Comunicación Derecho Economía Educación Empresa Estadística Geografía Historia Psicología
Algunas de estas troncalidades coinciden con la de
ARTES Y HUMANIDADES Antropología Arte Ética Expresión Artística Filosofía Geografía Historia Idioma Moderno Lengua Lengua Clásica Lingüística Literatura Sociología
En las últimas décadas los Departamentos han sido espacios residenciales de las materias básicas y colonizadores de cualquier nueva rama del conocimiento que la Universidad se propusiera. Los apuntes en este R. D. parecen querer frenar aquellas batallas de taifas. Al menos si una titulación tiene la suerte de relacionarse directamente con algunas de estas materias básicas.
También se inicia un periodo de mayor autonomía en cuestión de títulos, aunque sometidos a la revisión semestral de las agencias nacionales y autonómicas de evaluación.
Sobre grados, máster y doctorado se confirma lo que viene siendo vox populi y noticia desde hace tiempo. Y quizá por eso mismo ahora sea ley.
Tampoco es innovador el apartado de disposiciones adicionales que pone los plazos, los títulos de la Iglesia Católica o la formación superior en el Ejército. Como muestra de las presiones recibidas, y de lo conciliar que es este decreto, la adicional décima dice que los títulos sanitarios no deben confundirse con los títulos clásicos, por ejemplo, de médico, añado yo, esos que dieron origen a la universidad (en Montpellier, por ejemplo) y la han llevado a su reconocimiento actual (sigo añadiendo).
En estos "decretos paraguas", previos al siguiente R. D. que los derogará, hay algunos vestigios de esfuerzo regulador, y no sólo resultado del acalorado debate corporativista (se entiende de las profesiones presentes).
Se ha dado algún paso en el asunto de las "materias básicas" responsables de vertebrar y orientar las titulaciones (al mercado).
CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS Antropología Ciencia Política Comunicación Derecho Economía Educación Empresa Estadística Geografía Historia Psicología
Algunas de estas troncalidades coinciden con la de
ARTES Y HUMANIDADES Antropología Arte Ética Expresión Artística Filosofía Geografía Historia Idioma Moderno Lengua Lengua Clásica Lingüística Literatura Sociología
En las últimas décadas los Departamentos han sido espacios residenciales de las materias básicas y colonizadores de cualquier nueva rama del conocimiento que la Universidad se propusiera. Los apuntes en este R. D. parecen querer frenar aquellas batallas de taifas. Al menos si una titulación tiene la suerte de relacionarse directamente con algunas de estas materias básicas.
También se inicia un periodo de mayor autonomía en cuestión de títulos, aunque sometidos a la revisión semestral de las agencias nacionales y autonómicas de evaluación.
26 octubre 2007
Fronteras (Jacinto Choza 2007)
Distribuyo en cinco entradas un artículo del catedrático de antropología filosófica Jacinto Choza pendiente de edición impresa. Me parece un texto de importancia.
1.- Las fronteras culturales
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas
4.- La administración. Barreras y nudos públicos
5.- Las redes. Barreras y nudos privados
Fronteras geográficas, sociológicas y metafísicas de
Jacinto Choza, Director del Seminario de las Tres Culturas, Universidad de Sevilla
fué presentado en Fundación CIDOB, Barcelona el jueves 20 septiembre de 2007.
Sé que la extensión supera un tiempo convencional de lectura en blog. También creo que su contenido merece esta excepción. Jacinto es amigo personal, pero creo que eso no merma un ápice lo que aquí afirma y critica. Para que a otros resulte más sencilla la lectura o situación en sus afirmaciones también he dedicado bastantes horas más a esta tarea, que a la selección y redacción diaria que acostumbro.
El año pasado, el profesor Choza me sugirió postear otro artículo titulado Comunicación Intercultural.
En algún otro blog hay textos suyos como este Elogio de los grandes sinvergüenzas, fragmento de su libro La supresión del pudor (1980).
1.- Las fronteras culturales
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas
4.- La administración. Barreras y nudos públicos
5.- Las redes. Barreras y nudos privados
Fronteras geográficas, sociológicas y metafísicas de
Jacinto Choza, Director del Seminario de las Tres Culturas, Universidad de Sevilla
fué presentado en Fundación CIDOB, Barcelona el jueves 20 septiembre de 2007.
Sé que la extensión supera un tiempo convencional de lectura en blog. También creo que su contenido merece esta excepción. Jacinto es amigo personal, pero creo que eso no merma un ápice lo que aquí afirma y critica. Para que a otros resulte más sencilla la lectura o situación en sus afirmaciones también he dedicado bastantes horas más a esta tarea, que a la selección y redacción diaria que acostumbro.
El año pasado, el profesor Choza me sugirió postear otro artículo titulado Comunicación Intercultural.
En algún otro blog hay textos suyos como este Elogio de los grandes sinvergüenzas, fragmento de su libro La supresión del pudor (1980).
Redes (Fronteras, 5, J. Choza)
1.- Las fronteras culturales
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas
4.- La administración. Barreras y nudos públicos
5.- Las redes. Barreras y nudos privados (Jacinto Choza 2007)
Si el derecho administrativo global puede hacerse cargo de las barreras y nudos de comunicación oficiales, y la historia cultural tanto de los oficiales como de los privados, la antropología cultural, y más específicamente la antropología urbana, se ocupa de las agrupaciones que no tienen ningún carácter oficial ni público, y que vertebran la sociedad del siglo XXI, mayoritariamente urbana, mediante esos canales de comunicación y de circulación de bienes y servicios, también con importantes funciones identitarias, que son la redes.
Las redes son las bandas urbanas de jóvenes latinos o europeos, las organizaciones de chinos y senegaleses que se ocupan de acoger a los inmigrantes, las ONGs de la más variada índole, los traficantes de droga, de blancas o de inmigrantes que carecen de redes propias. Pero también son redes los clubes de fútbol o de filatelia, los amigos del seat 600, o los de los dólmenes, los apóstoles del magnesio o los del yoga.
Las redes están incomunicadas entre sí. Por supuesto, las conocen las ONGs, el ministerio del interior, etc. pero están incomunicadas. Constituyen universos culturales incomunicados por unas fronteras más impenetrables que las nacionales, y que es la heterogeneidad.
Pero dentro de las redes hay sistemas de comunicación incontrolables: un gay puede ser del club del 600 y apóstol del magnesio, y, desde esta perspectiva, cada individuo es un nudo de comunicación (cfr Cucó Giner 2004). Con todo, hay individuos que son nudos más poderosos que otros, hay individuos networking , que son ellos mismos nudos de comunicaciones y profesionales de las conexiones, y otros muchos, la gran mayoría, que no tienen conciencia del potencial comunicativo de su interconexión y constituyen nudos sordos y ciegos, o nudos desactivados.
Los individuos con conciencia de su carácter nodal operan traspasando continuamente fronteras, o salvando el abismo de heterogeneidad que hay entre mundos incomunicados, tanto privada como pública y oficialmente, tanto en niveles cotidianos y domésticos, como en misiones oficiales de representación. Y tanto ellos como los que no tienen conciencia de su carácter nodal están continuamente expuestos a unas crisis de identidad que se salvan reconstruyendo la esencia humana en unos niveles inéditos, es decir, reelaborando práctica y teóricamente unos modelos de humanismo que se consolidan precariamente.
Si de nuevo Estrabón hiciera su periplo sobre ese territorio que describe como extendido en forma de piel de toro y con el enfoque propio de un geógrafo buscara dónde y cómo vive la gente, no adoptaría el criterio antiguo de dividir el espacio según los ríos y los valles separados por cordilleras, sino según los modos de vivir de los diferentes grupos humanos, lo cual ahora no se determina de modo relevante en términos de ríos,valles y montes. Podría decir que en una zona de esa piel de toro que los lugareños denominan Madrid, hay: 1) especuladores, 2) madridistas, 3) “sudacas” 4) mujeres, 5) aragoneses, 6) homosexuales, 7) pobres, 8) mayores de 65 años, 9) que se enfadan mucho cuando conducen, 10) macarras, 11) “personas normales”, 12) diabéticos, 13) funcionarios, 14) que no los quieren en ninguna parte, 15) inclasificables, 16) etcétera.
Como expuse en otro lugar (Choza 2002, pp 175 ss) , cada individuo vive en una pluralidad de escenarios sociales que comparten un espacio físico común. Esos escenarios pueden no estar relacionados entre sí y en cada uno puede representar a un personaje diferente. Los autores de esos papeles pueden ser, con diferente grado de participación, el individuo mismo, los símbolos que forman el campo de fuerzas escénico.
Y esta nueva situación plantea nuevos problemas a las representaciones del sí mismo: cuál de los personajes concuerda mejor con el actor, independientemente del autor que los haya generado, qué posibilidades y qué necesidades hay de unificación de los diferentes personajes, qué tipo de experiencia de sí mismo, de su ser, y qué modos de nombrarse a sí mismo, de autoidentificación, tiene el actor en esa refracción múltiple de su existencia, y otros de no menor relevancia (Berger - Luckmann, pp 216-227).
Pues, en efecto, a lo largo del día y de la semana un hombre puede vivir como padre de familia cuando desayuna, como empleado de banca en su ocupación habitual, como experto del billar o del poker en el café, como profesor de contabilidad en una academia, como comprometido socialista algunas tardes, como católico activo en la parroquia otras, como bético fervoroso algunos fines de semana, como cultivador de lechugas y tomates en su trozo de campo algunos otros, como diabético permanentemente, como marido celoso con frecuencia, etc.
Todo eso en el caso de un individuo socialmente integrado, en el supuesto de que se mantenga constante la definición y la realidad jurídica y sociológica de lo que actualmente se denomina “empleo”, en el supuesto de que la movilidad laboral o el desempleo no le fuercen a cambiar el repertorio de personajes que desempeña cada varios años, en el supuesto de que no cambie de cónyuge una o más veces en su vida y en el de que no cambie de padres o de hijos otras tantas. A su vez, una mujer puede tener un repertorio de papeles todavía más heterogéneos y más numerosos, y el conjunto de todas las mujeres puede ser igual de determinante que los hombres en la interpretación pública de la realidad.
Esos papeles pueden no ser contradictorios, sino simplemente heterogéneos, o bien ser culturalmente opuestos entre sí, y pueden ser estables durante largos periodos de la vida o cambiantes. En el caso de que la velocidad de alteración de esas panoplias de papeles supere un determinado umbral, que ciertamente en el paleolítico y en el neolítico era más bajo que en la posmodernidad, las categorías de sustancia, causa y tiempo interno pueden dejar de ser adecuadas para codificar la subjetividad humana y la dinámica social, y pasar a serlo más otras como las de función, juego o sistema.
La comunicación entre los individuos de distintos grupos se establece en base al conjunto de conocimientos que se denomina sentido común, pero ese sentido común es una tópica sometida a una creciente velocidad de cambio.
“Para vivir en esos suburbios llamados física, o Islam, o derecho, o música o socialismo, uno debe cumplir con ciertos requisitos específicos, pues no todas las viviendas tienen la misma majestuosidad. Pero para vivir en ese semi-suburbio llamado sentido común, donde las cosas están sans façon, uno sólo necesita poseer una conciencia lógica y práctica, como dice la vieja frase, a pesar de que esas respetables virtudes queden definidas en la ciudad particular del pensamiento y del lenguaje de la que uno es ciudadano” (Geertz, p114).
El ser humano posmoderno, postneolítico o postaxial no puede seguir comprendiéndose a sí mismo según la unidad y linealidad de las categorías de sustancia y causa, porque cada cultura tiene un tiempo interno diferente, porque cada una tiene su propio futuro y ya no sabemos quién es contemporáneo de quién. Todas las tribus no van en el mismo barco (Sloterdijk)
La diferencia entre comportamiento bueno y malo, que permitía en el planteamiento de Aristóteles alcanzar la unidad consigo mismo, ha dejado paso a una pluralidad de dimensiones heterogéneas de una misma biografía individual cuya integración no es simplemente asunto de la praxis ética. Por otra parte, la diferencia entre burgueses y proletarios, cuya superación daba lugar en el planteamiento de Marx a la unidad de la sociedad consigo misma, ha dejado paso a una pluralidad formada por mujeres, inmigrantes, homosexuales, pensionistas, etc., cuya integración tampoco es asunto del proceso dialéctico de supresión de clases sociales.
No se trata de que el individuo no tenga que construir su biografía, ni de que esa construcción no tenga carácter ético, sino de que el modo de construirla ha de hacerse cargo unitariamente de papeles heterogéneos y distantes, y de que la ética que entra en juego no es una sino múltiple (Cfr Charles Taylor 1996). Por otra parte, tampoco se trata de que la aspiración a superar las alienaciones no siga siendo un objetivo, o que el esquema marxista no sea aplicable a las alienaciones de algunos grupos (cfr A Valcárcel 1991), sino de que la heterogeneidad de grupos y sus alienaciones respectivas no puede ser resuelta en su conjunto según el esquema dialéctico.
La imposibilidad de hacerse cargo de los problemas nuevos con el sistema categorial antiguo es lo que se vivencia como quiebra de la modernidad y advenimiento de la era postaxial. Ello se expresa en la novela de Joyce y Kafka, en el teatro de Pirandello o en la poesía de Pessoa y Rilke (Choza 1991), elaboradas mientras el pensamiento filosófico tematizaba el mismo fenómeno en las obras de Weber, Husserl, Jaspers y Heidegger, y, Adorno y Horkheimer. Y posteriormente, la imposibilidad de proseguir el esquema dialéctico, en el que se habían integrado esquemas freudianos y estructuralistas, es lo que se ha vivenciado no menos aguda y dolorosamente y se ha expresado no menos brillantemente en el pensamiento postestructuralista y posmoderno.
Las redes constituyen una auténtica maraña en la que los individuos y los grupos luchan por constituirse, identificarse y sobrevivir, atravesando fronteras e integrando en ellos mismos elementos y factores que pertenecen a ámbitos heterogéneos.
Las identidades colectivas y las individuales requieren, en no pocos casos, y en no pocos niveles, redefinición, y, correlativamente también lo requieren las fronteras, pero a su vez, esas fronteras es preciso que sean sumamente porosas y transitables para no destruir a los individuos, a las familias (cualesquiera que sean los modelos a los que respondan) y a los grupos.
La mirada cosmopolita y la voluntad de fronteras abordan, en último término, la tarea de definir un nuevo humanismo, de establecer quiénes somos humanos y cuántos lo somos, en qué consiste serlo y qué medios se proveen para que todos los miembros de la especie lo alcancen.
Hay al menos dos niveles que requieren una atención de la máxima urgencia. El nivel estatal, en el que, mediante la ciudadanía, se garantizan y tutelan los derechos humanos para todos los individuos situados en un territorio, y el nivel doméstico, en el que, mediante la comunicación íntima se garantiza y se tutela la convivencia en la que los seres humanos se constituyen mediante los vínculos de certidumbre, confianza y dependencia.
De la ciudadanía se ocupan los estados, como se ha señalado en las ponencias anteriores, según pautas que han de ser renovadas respecto de las usadas en la modernidad, y de la intimidad doméstica se ocupan los propios individuos en las agrupaciones más elementales, familiares, flanqueados por redes privadas y redes publicas como empresas, municipios, iglesias, etc. también renovadas respecto de las provenientes de la modernidad.
De la consistencia y de la flexibilidad de esas fronteras depende que el hombre quede destruido, o que se logre la realización práctica y la formulación teórica de un nuevo humanismo.
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas
4.- La administración. Barreras y nudos públicos
5.- Las redes. Barreras y nudos privados (Jacinto Choza 2007)
Si el derecho administrativo global puede hacerse cargo de las barreras y nudos de comunicación oficiales, y la historia cultural tanto de los oficiales como de los privados, la antropología cultural, y más específicamente la antropología urbana, se ocupa de las agrupaciones que no tienen ningún carácter oficial ni público, y que vertebran la sociedad del siglo XXI, mayoritariamente urbana, mediante esos canales de comunicación y de circulación de bienes y servicios, también con importantes funciones identitarias, que son la redes.
Las redes son las bandas urbanas de jóvenes latinos o europeos, las organizaciones de chinos y senegaleses que se ocupan de acoger a los inmigrantes, las ONGs de la más variada índole, los traficantes de droga, de blancas o de inmigrantes que carecen de redes propias. Pero también son redes los clubes de fútbol o de filatelia, los amigos del seat 600, o los de los dólmenes, los apóstoles del magnesio o los del yoga.
Las redes están incomunicadas entre sí. Por supuesto, las conocen las ONGs, el ministerio del interior, etc. pero están incomunicadas. Constituyen universos culturales incomunicados por unas fronteras más impenetrables que las nacionales, y que es la heterogeneidad.
Pero dentro de las redes hay sistemas de comunicación incontrolables: un gay puede ser del club del 600 y apóstol del magnesio, y, desde esta perspectiva, cada individuo es un nudo de comunicación (cfr Cucó Giner 2004). Con todo, hay individuos que son nudos más poderosos que otros, hay individuos networking , que son ellos mismos nudos de comunicaciones y profesionales de las conexiones, y otros muchos, la gran mayoría, que no tienen conciencia del potencial comunicativo de su interconexión y constituyen nudos sordos y ciegos, o nudos desactivados.
Los individuos con conciencia de su carácter nodal operan traspasando continuamente fronteras, o salvando el abismo de heterogeneidad que hay entre mundos incomunicados, tanto privada como pública y oficialmente, tanto en niveles cotidianos y domésticos, como en misiones oficiales de representación. Y tanto ellos como los que no tienen conciencia de su carácter nodal están continuamente expuestos a unas crisis de identidad que se salvan reconstruyendo la esencia humana en unos niveles inéditos, es decir, reelaborando práctica y teóricamente unos modelos de humanismo que se consolidan precariamente.
Si de nuevo Estrabón hiciera su periplo sobre ese territorio que describe como extendido en forma de piel de toro y con el enfoque propio de un geógrafo buscara dónde y cómo vive la gente, no adoptaría el criterio antiguo de dividir el espacio según los ríos y los valles separados por cordilleras, sino según los modos de vivir de los diferentes grupos humanos, lo cual ahora no se determina de modo relevante en términos de ríos,valles y montes. Podría decir que en una zona de esa piel de toro que los lugareños denominan Madrid, hay: 1) especuladores, 2) madridistas, 3) “sudacas” 4) mujeres, 5) aragoneses, 6) homosexuales, 7) pobres, 8) mayores de 65 años, 9) que se enfadan mucho cuando conducen, 10) macarras, 11) “personas normales”, 12) diabéticos, 13) funcionarios, 14) que no los quieren en ninguna parte, 15) inclasificables, 16) etcétera.
Como expuse en otro lugar (Choza 2002, pp 175 ss) , cada individuo vive en una pluralidad de escenarios sociales que comparten un espacio físico común. Esos escenarios pueden no estar relacionados entre sí y en cada uno puede representar a un personaje diferente. Los autores de esos papeles pueden ser, con diferente grado de participación, el individuo mismo, los símbolos que forman el campo de fuerzas escénico.
Y esta nueva situación plantea nuevos problemas a las representaciones del sí mismo: cuál de los personajes concuerda mejor con el actor, independientemente del autor que los haya generado, qué posibilidades y qué necesidades hay de unificación de los diferentes personajes, qué tipo de experiencia de sí mismo, de su ser, y qué modos de nombrarse a sí mismo, de autoidentificación, tiene el actor en esa refracción múltiple de su existencia, y otros de no menor relevancia (Berger - Luckmann, pp 216-227).
Pues, en efecto, a lo largo del día y de la semana un hombre puede vivir como padre de familia cuando desayuna, como empleado de banca en su ocupación habitual, como experto del billar o del poker en el café, como profesor de contabilidad en una academia, como comprometido socialista algunas tardes, como católico activo en la parroquia otras, como bético fervoroso algunos fines de semana, como cultivador de lechugas y tomates en su trozo de campo algunos otros, como diabético permanentemente, como marido celoso con frecuencia, etc.
Todo eso en el caso de un individuo socialmente integrado, en el supuesto de que se mantenga constante la definición y la realidad jurídica y sociológica de lo que actualmente se denomina “empleo”, en el supuesto de que la movilidad laboral o el desempleo no le fuercen a cambiar el repertorio de personajes que desempeña cada varios años, en el supuesto de que no cambie de cónyuge una o más veces en su vida y en el de que no cambie de padres o de hijos otras tantas. A su vez, una mujer puede tener un repertorio de papeles todavía más heterogéneos y más numerosos, y el conjunto de todas las mujeres puede ser igual de determinante que los hombres en la interpretación pública de la realidad.
Esos papeles pueden no ser contradictorios, sino simplemente heterogéneos, o bien ser culturalmente opuestos entre sí, y pueden ser estables durante largos periodos de la vida o cambiantes. En el caso de que la velocidad de alteración de esas panoplias de papeles supere un determinado umbral, que ciertamente en el paleolítico y en el neolítico era más bajo que en la posmodernidad, las categorías de sustancia, causa y tiempo interno pueden dejar de ser adecuadas para codificar la subjetividad humana y la dinámica social, y pasar a serlo más otras como las de función, juego o sistema.
La comunicación entre los individuos de distintos grupos se establece en base al conjunto de conocimientos que se denomina sentido común, pero ese sentido común es una tópica sometida a una creciente velocidad de cambio.
“Para vivir en esos suburbios llamados física, o Islam, o derecho, o música o socialismo, uno debe cumplir con ciertos requisitos específicos, pues no todas las viviendas tienen la misma majestuosidad. Pero para vivir en ese semi-suburbio llamado sentido común, donde las cosas están sans façon, uno sólo necesita poseer una conciencia lógica y práctica, como dice la vieja frase, a pesar de que esas respetables virtudes queden definidas en la ciudad particular del pensamiento y del lenguaje de la que uno es ciudadano” (Geertz, p114).
El ser humano posmoderno, postneolítico o postaxial no puede seguir comprendiéndose a sí mismo según la unidad y linealidad de las categorías de sustancia y causa, porque cada cultura tiene un tiempo interno diferente, porque cada una tiene su propio futuro y ya no sabemos quién es contemporáneo de quién. Todas las tribus no van en el mismo barco (Sloterdijk)
La diferencia entre comportamiento bueno y malo, que permitía en el planteamiento de Aristóteles alcanzar la unidad consigo mismo, ha dejado paso a una pluralidad de dimensiones heterogéneas de una misma biografía individual cuya integración no es simplemente asunto de la praxis ética. Por otra parte, la diferencia entre burgueses y proletarios, cuya superación daba lugar en el planteamiento de Marx a la unidad de la sociedad consigo misma, ha dejado paso a una pluralidad formada por mujeres, inmigrantes, homosexuales, pensionistas, etc., cuya integración tampoco es asunto del proceso dialéctico de supresión de clases sociales.
No se trata de que el individuo no tenga que construir su biografía, ni de que esa construcción no tenga carácter ético, sino de que el modo de construirla ha de hacerse cargo unitariamente de papeles heterogéneos y distantes, y de que la ética que entra en juego no es una sino múltiple (Cfr Charles Taylor 1996). Por otra parte, tampoco se trata de que la aspiración a superar las alienaciones no siga siendo un objetivo, o que el esquema marxista no sea aplicable a las alienaciones de algunos grupos (cfr A Valcárcel 1991), sino de que la heterogeneidad de grupos y sus alienaciones respectivas no puede ser resuelta en su conjunto según el esquema dialéctico.
La imposibilidad de hacerse cargo de los problemas nuevos con el sistema categorial antiguo es lo que se vivencia como quiebra de la modernidad y advenimiento de la era postaxial. Ello se expresa en la novela de Joyce y Kafka, en el teatro de Pirandello o en la poesía de Pessoa y Rilke (Choza 1991), elaboradas mientras el pensamiento filosófico tematizaba el mismo fenómeno en las obras de Weber, Husserl, Jaspers y Heidegger, y, Adorno y Horkheimer. Y posteriormente, la imposibilidad de proseguir el esquema dialéctico, en el que se habían integrado esquemas freudianos y estructuralistas, es lo que se ha vivenciado no menos aguda y dolorosamente y se ha expresado no menos brillantemente en el pensamiento postestructuralista y posmoderno.
Las redes constituyen una auténtica maraña en la que los individuos y los grupos luchan por constituirse, identificarse y sobrevivir, atravesando fronteras e integrando en ellos mismos elementos y factores que pertenecen a ámbitos heterogéneos.
Las identidades colectivas y las individuales requieren, en no pocos casos, y en no pocos niveles, redefinición, y, correlativamente también lo requieren las fronteras, pero a su vez, esas fronteras es preciso que sean sumamente porosas y transitables para no destruir a los individuos, a las familias (cualesquiera que sean los modelos a los que respondan) y a los grupos.
La mirada cosmopolita y la voluntad de fronteras abordan, en último término, la tarea de definir un nuevo humanismo, de establecer quiénes somos humanos y cuántos lo somos, en qué consiste serlo y qué medios se proveen para que todos los miembros de la especie lo alcancen.
Hay al menos dos niveles que requieren una atención de la máxima urgencia. El nivel estatal, en el que, mediante la ciudadanía, se garantizan y tutelan los derechos humanos para todos los individuos situados en un territorio, y el nivel doméstico, en el que, mediante la comunicación íntima se garantiza y se tutela la convivencia en la que los seres humanos se constituyen mediante los vínculos de certidumbre, confianza y dependencia.
De la ciudadanía se ocupan los estados, como se ha señalado en las ponencias anteriores, según pautas que han de ser renovadas respecto de las usadas en la modernidad, y de la intimidad doméstica se ocupan los propios individuos en las agrupaciones más elementales, familiares, flanqueados por redes privadas y redes publicas como empresas, municipios, iglesias, etc. también renovadas respecto de las provenientes de la modernidad.
De la consistencia y de la flexibilidad de esas fronteras depende que el hombre quede destruido, o que se logre la realización práctica y la formulación teórica de un nuevo humanismo.
Administración (fronteras, 4, J. Choza)
1.- Las fronteras culturales
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas
4.- La administración. Barreras y nudos públicos. (Jacinto Choza 2007)
5.- Las redes. Barreras y nudos privados
En cierta ocasión John von Neumann, creador de la teoría de juegos entre otras aportaciones, declaró que había podido desarrollar esa investigación y publicar su Theory of games and economic behavior ('Teoría de juegos y comportamiento económico'), junto a Oskar Morgenstern, en 1944, gracias a que estaba colaborando con la IBM y trabajando en sus laboratorios, porque si hubiera estado solamente en la Universidad (en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton University, que es dónde estaba) no hubiera podido. Y no hubiera podido -continuaba- porque la delimitación administrativa de las disciplinas y los departamentos de investigación hace muy difícil, y a veces imposible, tomar elementos de la investigación y de los investigadores de otros departamentos para desarrollar los propios estudios.
Si esa afirmación la hace un profesor de una universidad americana, y, más en concreto, del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton University, un profesor europeo la puede elevar al cubo. La organización de cualquier tipo de actividad, y la creación de los sistemas de administración, despliega capilarmente las potencialidades humanas y las especializa en aras de una eficacia imprescindible para el funcionamiento de las sociedades modernas. Como es sabido, el análisis de la génesis, desarrollo e implicaciones de la burocracia es la gran aportación de Max Weber a la sociología., y como él mismo señalara, el proceso se despliega en los mismos términos para la administración pública, el ejército, la iglesia, la empresa capitalista y el mundo académico ( Weber 2005, p. 716 y ss).
Pues bien, dentro de cada uno de esos ámbitos, la burocracia genera barreras insalvables a la vez que crea unos nudos de comunicación, a los que se le puede dar el nombre de públicos en la medida en que pertenecen a entidades con existencia oficialmente reconocida. Las barreras vienen dadas simplemente por las diferencias de ámbitos y, en su caso, de fueros, y los nudos de comunicación vienen dados mediante entidades e instituciones que comunican a esos ámbitos entre sí, como los sindicatos, las nunciaturas, los consejos sociales de los centros académicos, los consejos de administración de las empresas, etc.
Por otra parte, los ámbitos oficiales sancionados por la administración, son reforzados en sus fronteras por elaboraciones culturales que desde los ámbitos académicos, artísticos, deportivos, etc., van invadiendo el lenguaje ordinario y conformando el sentido común, hasta construir nuevas fronteras culturales particularmente espesas. Esas fronteras metales son las que separan a unos grupos humanos de los "otros", siendo los "otros" los orientales, los negros, los inmigrantes, las mujeres, los homosexuales, los malhechores, las masas, etc. El mundo académico, desde Foucault (2004) a Said (1999) y a Elias (1989) ha levantado acta de la constitución y la fuerza de tales fronteras.
La proliferación, a lo largo del siglo XX, de entidades oficiales a la que los individuos pertenecen, ha dado lugar a que la vinculación del individuo a la administración estatal sea poco determinante de sus actividades y de su identidad, y se haya producido una "deslocalización" de la actividad y la identidad individual.
La coexistencia en espacios geográficos comunes, y en espacios sociológicos heterogéneos, de diferentes agrupaciones de individuos y de diferentes grupos culturales, genera un tipo de barreras y un tipo de comunicaciones entre ellos, que unas veces da lugar a conflictos y otras a la constitución de comunidades prósperas.
En el ámbito religioso, la unidad de un espacio físico común a espacios sociológicos heterogéneos, induce a un diálogo interreligioso o a un ecumenismo pacífico, unas veces, y a nuevos conflictos de religión, otras (vid P Berger 1974, Gilles Kepel 1991, R Lauth 2004 y 2005). En el ámbito civil, igualmente se dan situaciones de marginación o comunidades multiculturales verdaderamete ejemplares (como Cerritos).
Además, el hecho de que las agrupaciones de individuos y el hecho de que las instituciones en las que se incardinan, como las iglesias, las empresas, las universidades, etc., tengan un carácter cada vez más supranacional, da lugar a que el principio de territorialidad con el que se inaugura la modernidad, el estado moderno y la nación moderna, entre en fase de obsolescencia. No es que se produzca una "deslocalización" de las empresas, del ejercito o de la banca, es que el principio moderno de territorialidad nacional va perdiendo vigencia paulatinamente.
En este sentido, la Unión Europa de los 27 países en el siglo XXI empieza a tener más semejanzas con la Europa pre-renacentista y pre-estatal que con la Europa moderna, y quizá más aún con las poblaciones pre-imperiales anteriores al segundo milenio aC.
En este sentido, los modelos americano, francés y británico de organización y gestión de la pluralidad cultural, son formulas de utilidad y eficacia diversa a la hora de gestionar la relación entre las culturas existentes en un territorio unificado bajo una misma administración estatal. Pero la diversidad y la dinámica de esas culturas otras veces hace saltar la unidad administrativa estatal, como ocurrió en la última década del siglo XX con la URSS, Yugoslavia y Checoslovaquia, y en la primera del siglo XXI con Bélgica.
En esta perspectiva la dinámica de la vida da lugar a la emergencia de nuevos campos de conocimiento como es el Derecho Administrativo Global, que se ocupa de las numerosas organizaciones supraestatales que regulan la actividad de entidades e individuos de diferentes localizaciones nacionales (Javier Barnés 2006).
El nuevo derecho administrativo estudia los cauces para regular relaciones globales entre grupos que no quedan suficientemente determinados por su localización nacional, y cuyas relaciones tampoco pertenecen al ámbito de las llamadas relaciones internacionales. Pero a pesar de que intenta la más fluida comunicación posible entre los individuos y los sistemas administrativos estatales y supraestatales, y a pesar de que intenta superar las formas antiguas de organización piramidal mediante las formas de organización reticular, por una parte, no siempre puede lograrlo, y, por otra, también genera barreras que oficialmente no pueden ser salvadas cuando sería conveniente hacerlo.
Por eso se da también una proliferación de barreras y nudos privados dentro del ámbito general de las redes.
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas
4.- La administración. Barreras y nudos públicos. (Jacinto Choza 2007)
5.- Las redes. Barreras y nudos privados
En cierta ocasión John von Neumann, creador de la teoría de juegos entre otras aportaciones, declaró que había podido desarrollar esa investigación y publicar su Theory of games and economic behavior ('Teoría de juegos y comportamiento económico'), junto a Oskar Morgenstern, en 1944, gracias a que estaba colaborando con la IBM y trabajando en sus laboratorios, porque si hubiera estado solamente en la Universidad (en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton University, que es dónde estaba) no hubiera podido. Y no hubiera podido -continuaba- porque la delimitación administrativa de las disciplinas y los departamentos de investigación hace muy difícil, y a veces imposible, tomar elementos de la investigación y de los investigadores de otros departamentos para desarrollar los propios estudios.
Si esa afirmación la hace un profesor de una universidad americana, y, más en concreto, del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton University, un profesor europeo la puede elevar al cubo. La organización de cualquier tipo de actividad, y la creación de los sistemas de administración, despliega capilarmente las potencialidades humanas y las especializa en aras de una eficacia imprescindible para el funcionamiento de las sociedades modernas. Como es sabido, el análisis de la génesis, desarrollo e implicaciones de la burocracia es la gran aportación de Max Weber a la sociología., y como él mismo señalara, el proceso se despliega en los mismos términos para la administración pública, el ejército, la iglesia, la empresa capitalista y el mundo académico ( Weber 2005, p. 716 y ss).
Pues bien, dentro de cada uno de esos ámbitos, la burocracia genera barreras insalvables a la vez que crea unos nudos de comunicación, a los que se le puede dar el nombre de públicos en la medida en que pertenecen a entidades con existencia oficialmente reconocida. Las barreras vienen dadas simplemente por las diferencias de ámbitos y, en su caso, de fueros, y los nudos de comunicación vienen dados mediante entidades e instituciones que comunican a esos ámbitos entre sí, como los sindicatos, las nunciaturas, los consejos sociales de los centros académicos, los consejos de administración de las empresas, etc.
Por otra parte, los ámbitos oficiales sancionados por la administración, son reforzados en sus fronteras por elaboraciones culturales que desde los ámbitos académicos, artísticos, deportivos, etc., van invadiendo el lenguaje ordinario y conformando el sentido común, hasta construir nuevas fronteras culturales particularmente espesas. Esas fronteras metales son las que separan a unos grupos humanos de los "otros", siendo los "otros" los orientales, los negros, los inmigrantes, las mujeres, los homosexuales, los malhechores, las masas, etc. El mundo académico, desde Foucault (2004) a Said (1999) y a Elias (1989) ha levantado acta de la constitución y la fuerza de tales fronteras.
La proliferación, a lo largo del siglo XX, de entidades oficiales a la que los individuos pertenecen, ha dado lugar a que la vinculación del individuo a la administración estatal sea poco determinante de sus actividades y de su identidad, y se haya producido una "deslocalización" de la actividad y la identidad individual.
La coexistencia en espacios geográficos comunes, y en espacios sociológicos heterogéneos, de diferentes agrupaciones de individuos y de diferentes grupos culturales, genera un tipo de barreras y un tipo de comunicaciones entre ellos, que unas veces da lugar a conflictos y otras a la constitución de comunidades prósperas.
En el ámbito religioso, la unidad de un espacio físico común a espacios sociológicos heterogéneos, induce a un diálogo interreligioso o a un ecumenismo pacífico, unas veces, y a nuevos conflictos de religión, otras (vid P Berger 1974, Gilles Kepel 1991, R Lauth 2004 y 2005). En el ámbito civil, igualmente se dan situaciones de marginación o comunidades multiculturales verdaderamete ejemplares (como Cerritos).
Además, el hecho de que las agrupaciones de individuos y el hecho de que las instituciones en las que se incardinan, como las iglesias, las empresas, las universidades, etc., tengan un carácter cada vez más supranacional, da lugar a que el principio de territorialidad con el que se inaugura la modernidad, el estado moderno y la nación moderna, entre en fase de obsolescencia. No es que se produzca una "deslocalización" de las empresas, del ejercito o de la banca, es que el principio moderno de territorialidad nacional va perdiendo vigencia paulatinamente.
En este sentido, la Unión Europa de los 27 países en el siglo XXI empieza a tener más semejanzas con la Europa pre-renacentista y pre-estatal que con la Europa moderna, y quizá más aún con las poblaciones pre-imperiales anteriores al segundo milenio aC.
En este sentido, los modelos americano, francés y británico de organización y gestión de la pluralidad cultural, son formulas de utilidad y eficacia diversa a la hora de gestionar la relación entre las culturas existentes en un territorio unificado bajo una misma administración estatal. Pero la diversidad y la dinámica de esas culturas otras veces hace saltar la unidad administrativa estatal, como ocurrió en la última década del siglo XX con la URSS, Yugoslavia y Checoslovaquia, y en la primera del siglo XXI con Bélgica.
En esta perspectiva la dinámica de la vida da lugar a la emergencia de nuevos campos de conocimiento como es el Derecho Administrativo Global, que se ocupa de las numerosas organizaciones supraestatales que regulan la actividad de entidades e individuos de diferentes localizaciones nacionales (Javier Barnés 2006).
El nuevo derecho administrativo estudia los cauces para regular relaciones globales entre grupos que no quedan suficientemente determinados por su localización nacional, y cuyas relaciones tampoco pertenecen al ámbito de las llamadas relaciones internacionales. Pero a pesar de que intenta la más fluida comunicación posible entre los individuos y los sistemas administrativos estatales y supraestatales, y a pesar de que intenta superar las formas antiguas de organización piramidal mediante las formas de organización reticular, por una parte, no siempre puede lograrlo, y, por otra, también genera barreras que oficialmente no pueden ser salvadas cuando sería conveniente hacerlo.
Por eso se da también una proliferación de barreras y nudos privados dentro del ámbito general de las redes.
identidades modernas (fronteras, 3, J. Choza)
1.- Las fronteras culturales
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas. (Jacinto Choza 2007)
4.- La administración. Barreras y nudos públicos
5.- Las redes. Barreras y nudos privados
La determinación espacial de "Europa" coincide con la determinación temporal "Modernidad", de manera que ambos términos se constituyen como solidarios en virtud de la rigidez de las fronteras espaciales y temporales que se establecen en el siglo XV y XVI.. Con el nacimiento de la modernidad tiene lugar, también, la construcción de una gigantesca frontera temporal, que es la consolidación de la categoría “Renacimiento”, como una especie de telón de acero hacia tiempos anteriores.
La modernidad marca también el comienzo de la "edad oscura" islámica, el periodo de decadencia después del esplendor de los califatos de Bagdad y Córdoba durante el medievo. La islamización de Asia y la cristianización de América a partir del siglo XV, en cierta medida es percibida desde occidente como estancamiento económico, científico, técnico y cultural del Asia budista y confuciana, y del Asia islamizada, y como desarrollo económico y cultural de la América cristianizada.
Por eso puede decirse que hay una racionalidad moderna, o sea, europea, una racionalidad islámica y una racionalidad judía(J de Garay en Choza 2000), y, correlativamente, puede pensarse que la religión europea-occidental, la religión islámica y la religión judía, son más incomunicables culturalmente que religiosamente.
Las identidades culturales modernas contrastan fuertemente con las identidades antiguas. Sus factores constituyentes son más débiles, y por eso necesitan reforzarse más. Las identidades paleolíticas venían determinadas por la lengua y la religión, es decir, por el tótem, que determina la incardinación familiar y tribal. Las neolíticas y medievales, por los mismos factores y además por la organización política y la localidad, pero no por el país como territorio. En ese contexto, la identidad individual venía determinada genealógicamente y localmente, según el modelo romano del prenomen, nomen y cognomen, es decir, nombre, primer apellido, que denota la filiación, y segundo apellido que denota la localidad, como Gonzalo Fernández de Córdoba, es decir, Gonzalo, hijo de Fernando, de la localidad de Córdoba.
La frontera temporal que la modernidad establece respecto del pasado es correlativa del cambio a una mayor relevancia de la jurisdicción territorial, frente al papel más determinante de la jurisdicción personal en épocas precedentes, y de la constitución del modelo antropológico del self made man, del hombre que es hijo de sus obras, como el fraile mendicante que vive de lo que obtiene con su actividad de predicador (la limosna), como Don Quijote o como el sujeto cartesiano (H. Marín 1997, cap 2).
En la modernidad el hombre nuevo no se quiere definir por nada del pasado, y empieza de nuevo no solo su lengua, sino también la religión, que entonces es retrotraída al origen por los diferentes reformadores y contrarreformadores. Y precisamente una identidad nueva, en proceso de constitución y de autoafirmación, es lo suficientemente débil como para sentir la discrepancia y las diferencias permanentes como amenazas. La amenaza de la identidad es fuente de violencia en la modernidad con una virulencia muy intensa porque entonces la identidad es más débil y depende casi exclusivamente de los actos del individuo.
Las identidades nacionales y religiosas se fijan con la paz de Westfalia, pero eso no significa la consolidación de las identidades grupales e individuales, pues las matanzas entre católicos y protestantes se extienden en Francia a lo largo del siglo XVVIII, y, posteriormente, la lucha revolucionaria por la imposición del modelo del self made man se mantiene entrado el siglo XIX (N. Grimaldi en Choza 2000). Cuando la identidad individual y colectiva corta sus vínculos con el pasado y empieza desde cero, la religión o la ideología política, a veces identificadas o superpuestas, aparecen como el más importante de los factores identitarios.
No es que eso solo explique fenómenos como el de la noche de San Bartolomé, el terror de la Revolución francesa, las guerras carlistas en España o las matanzas en los Balcanes a finales del siglo XX, pero sí que representa una clave decisiva.
Las bifurcaciones y divergencias entre la cultura occidental y las restantes a partir de la frontera temporal del Renacimiento, da lugar a otro tipo de fronteras temporales, señaladas por Hegel en primer lugar y más tarde por Bloch, y que consiste en la no contemporaneidad de los grupos que viven al mismo tiempo en un mismo o en diferente territorio.
Este era, según Hegel, el caso de los españoles que rechazaron a José Bonaparte y la constitución liberal que les proponía, porque España y los españoles no estaban todavía maduros para una organización social como las que los franceses les proponían, es decir, porque la España y los españoles de 1802 no eran contemporáneos de Francia y los franceses de ese mismo tiempo.
Obviamente, el tiempo objetivo, el que se fija en cifras numéricas a partir de un punto cero, es el tiempo de una subjetividad colectiva, que determina el punto de partida y las unidades de medida, y el tiempo de las subjetividades colectivas, como el de las subjetividades individuales, varía mucho de unas a otras.
Después de haber establecido las barreras temporales del Renacimiento y de la no-contemporaneidad, la modernidad europea ideó un procedimiento para unificar mediante una clave temporal, las culturas de las agrupaciones sociales separadas por fronteras diversas. El procedimiento consistió en reducir los binomios lejos/cerca, inmorales/virtuosos, salvajes/civilizados, ellos/nosotros, al binomio antes/después, y en darle el nombre de evolución. Ellos, están lejos y son salvajes e inmorales, como éramos nosotros antes, pero con el paso del tiempo, llegarán a ser como nosotros somos ahora. Nosotros somos su después, su futuro, y significamos el progreso.
Aunque la postmodernidad ha cancelado buena parte de las suposiciones del evolucionismo cultural, no por eso deja de tener sentido hablar de la no contemporaneidad de los contemporáneos, como hace Bloch, e incluso en el sentido en que lo hacía Hegel. Cuando a finales del siglo XX Argelia rechazó, mediante referéndum, la constitución democrática que el gobierno le proponía, su situación podría describirse con las mismas palabras con que Hegel describía la de los españoles de comienzos del XIX. En la técnica, en la ciencia, en el derecho y en la administración cabe hablar de progreso, y en ese sentido hay barreras temporales entre unas culturas y otras, hay unas culturas más atrasadas que otras.
Por otra parte, hay dimensiones de la ciencia y la técnica, del derecho y la administración, no susceptibles de seriación temporal en un sentido unidireccional progresivo, y en relación con ellas, la incomunicabilidad entre las culturas es mucho más intensa que la producida por fronteras espaciales y las temporales, y es la de la heterogeneidad.
En cierto modo, los elementos separados por una barrera espacial o por una barrera temporal, pertenecen al mismo género, y por lo tanto tienen mucho en común. Los países están separados por unas fronteras que delimitan una nación de otra, pero las dos son naciones, las dos tienen estados, las dos pueden tener representación en la ONU, etc. Las barreras temporales señalan que los países más desarrollados y los menos tienen en común una misma línea histórica, pero eso significa que comparten una trayectoria tecnológica y científica, jurídica o administrativa, y eso ya indica la pertenencia a una clase común.
Pero ese no es el caso cuando se trata de grupos formados por indios, mineros, mujeres, homosexuales y terroristas, por ejemplo, y las sociedades postmodernas están formadas cada vez más por agrupaciones de tipos heterogéneos que escapan y sobrepasan a las administraciones de los estados. Entre estos grupos se da un tipo de barreras y de nudos de comunicación que son los que más estudio requieren en la sociedad del siglo XXI.
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas. (Jacinto Choza 2007)
4.- La administración. Barreras y nudos públicos
5.- Las redes. Barreras y nudos privados
La determinación espacial de "Europa" coincide con la determinación temporal "Modernidad", de manera que ambos términos se constituyen como solidarios en virtud de la rigidez de las fronteras espaciales y temporales que se establecen en el siglo XV y XVI.. Con el nacimiento de la modernidad tiene lugar, también, la construcción de una gigantesca frontera temporal, que es la consolidación de la categoría “Renacimiento”, como una especie de telón de acero hacia tiempos anteriores.
La modernidad marca también el comienzo de la "edad oscura" islámica, el periodo de decadencia después del esplendor de los califatos de Bagdad y Córdoba durante el medievo. La islamización de Asia y la cristianización de América a partir del siglo XV, en cierta medida es percibida desde occidente como estancamiento económico, científico, técnico y cultural del Asia budista y confuciana, y del Asia islamizada, y como desarrollo económico y cultural de la América cristianizada.
Por eso puede decirse que hay una racionalidad moderna, o sea, europea, una racionalidad islámica y una racionalidad judía(J de Garay en Choza 2000), y, correlativamente, puede pensarse que la religión europea-occidental, la religión islámica y la religión judía, son más incomunicables culturalmente que religiosamente.
Las identidades culturales modernas contrastan fuertemente con las identidades antiguas. Sus factores constituyentes son más débiles, y por eso necesitan reforzarse más. Las identidades paleolíticas venían determinadas por la lengua y la religión, es decir, por el tótem, que determina la incardinación familiar y tribal. Las neolíticas y medievales, por los mismos factores y además por la organización política y la localidad, pero no por el país como territorio. En ese contexto, la identidad individual venía determinada genealógicamente y localmente, según el modelo romano del prenomen, nomen y cognomen, es decir, nombre, primer apellido, que denota la filiación, y segundo apellido que denota la localidad, como Gonzalo Fernández de Córdoba, es decir, Gonzalo, hijo de Fernando, de la localidad de Córdoba.
La frontera temporal que la modernidad establece respecto del pasado es correlativa del cambio a una mayor relevancia de la jurisdicción territorial, frente al papel más determinante de la jurisdicción personal en épocas precedentes, y de la constitución del modelo antropológico del self made man, del hombre que es hijo de sus obras, como el fraile mendicante que vive de lo que obtiene con su actividad de predicador (la limosna), como Don Quijote o como el sujeto cartesiano (H. Marín 1997, cap 2).
En la modernidad el hombre nuevo no se quiere definir por nada del pasado, y empieza de nuevo no solo su lengua, sino también la religión, que entonces es retrotraída al origen por los diferentes reformadores y contrarreformadores. Y precisamente una identidad nueva, en proceso de constitución y de autoafirmación, es lo suficientemente débil como para sentir la discrepancia y las diferencias permanentes como amenazas. La amenaza de la identidad es fuente de violencia en la modernidad con una virulencia muy intensa porque entonces la identidad es más débil y depende casi exclusivamente de los actos del individuo.
Las identidades nacionales y religiosas se fijan con la paz de Westfalia, pero eso no significa la consolidación de las identidades grupales e individuales, pues las matanzas entre católicos y protestantes se extienden en Francia a lo largo del siglo XVVIII, y, posteriormente, la lucha revolucionaria por la imposición del modelo del self made man se mantiene entrado el siglo XIX (N. Grimaldi en Choza 2000). Cuando la identidad individual y colectiva corta sus vínculos con el pasado y empieza desde cero, la religión o la ideología política, a veces identificadas o superpuestas, aparecen como el más importante de los factores identitarios.
No es que eso solo explique fenómenos como el de la noche de San Bartolomé, el terror de la Revolución francesa, las guerras carlistas en España o las matanzas en los Balcanes a finales del siglo XX, pero sí que representa una clave decisiva.
Las bifurcaciones y divergencias entre la cultura occidental y las restantes a partir de la frontera temporal del Renacimiento, da lugar a otro tipo de fronteras temporales, señaladas por Hegel en primer lugar y más tarde por Bloch, y que consiste en la no contemporaneidad de los grupos que viven al mismo tiempo en un mismo o en diferente territorio.
Este era, según Hegel, el caso de los españoles que rechazaron a José Bonaparte y la constitución liberal que les proponía, porque España y los españoles no estaban todavía maduros para una organización social como las que los franceses les proponían, es decir, porque la España y los españoles de 1802 no eran contemporáneos de Francia y los franceses de ese mismo tiempo.
Obviamente, el tiempo objetivo, el que se fija en cifras numéricas a partir de un punto cero, es el tiempo de una subjetividad colectiva, que determina el punto de partida y las unidades de medida, y el tiempo de las subjetividades colectivas, como el de las subjetividades individuales, varía mucho de unas a otras.
Después de haber establecido las barreras temporales del Renacimiento y de la no-contemporaneidad, la modernidad europea ideó un procedimiento para unificar mediante una clave temporal, las culturas de las agrupaciones sociales separadas por fronteras diversas. El procedimiento consistió en reducir los binomios lejos/cerca, inmorales/virtuosos, salvajes/civilizados, ellos/nosotros, al binomio antes/después, y en darle el nombre de evolución. Ellos, están lejos y son salvajes e inmorales, como éramos nosotros antes, pero con el paso del tiempo, llegarán a ser como nosotros somos ahora. Nosotros somos su después, su futuro, y significamos el progreso.
Aunque la postmodernidad ha cancelado buena parte de las suposiciones del evolucionismo cultural, no por eso deja de tener sentido hablar de la no contemporaneidad de los contemporáneos, como hace Bloch, e incluso en el sentido en que lo hacía Hegel. Cuando a finales del siglo XX Argelia rechazó, mediante referéndum, la constitución democrática que el gobierno le proponía, su situación podría describirse con las mismas palabras con que Hegel describía la de los españoles de comienzos del XIX. En la técnica, en la ciencia, en el derecho y en la administración cabe hablar de progreso, y en ese sentido hay barreras temporales entre unas culturas y otras, hay unas culturas más atrasadas que otras.
Por otra parte, hay dimensiones de la ciencia y la técnica, del derecho y la administración, no susceptibles de seriación temporal en un sentido unidireccional progresivo, y en relación con ellas, la incomunicabilidad entre las culturas es mucho más intensa que la producida por fronteras espaciales y las temporales, y es la de la heterogeneidad.
En cierto modo, los elementos separados por una barrera espacial o por una barrera temporal, pertenecen al mismo género, y por lo tanto tienen mucho en común. Los países están separados por unas fronteras que delimitan una nación de otra, pero las dos son naciones, las dos tienen estados, las dos pueden tener representación en la ONU, etc. Las barreras temporales señalan que los países más desarrollados y los menos tienen en común una misma línea histórica, pero eso significa que comparten una trayectoria tecnológica y científica, jurídica o administrativa, y eso ya indica la pertenencia a una clase común.
Pero ese no es el caso cuando se trata de grupos formados por indios, mineros, mujeres, homosexuales y terroristas, por ejemplo, y las sociedades postmodernas están formadas cada vez más por agrupaciones de tipos heterogéneos que escapan y sobrepasan a las administraciones de los estados. Entre estos grupos se da un tipo de barreras y de nudos de comunicación que son los que más estudio requieren en la sociedad del siglo XXI.
nacimiento de los Estados (fronteras, 2, Jacinto Choza 2007)
Jacinto Choza, 2007
1. Las fronteras culturales
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas
4.- La administración. Barreras y nudos públicos
5.- Las redes. Barreras y nudos privados
El humanismo es la concepción del hombre propia de la cultura occidental, y desde su inicial formulación ha estado esencialmente vinculada al lenguaje primero, y al territorio después. Se inicia propiamente a partir del momento en que el hombre se define, por referencia al lenguaje, como animal que tiene lenguaje, Zoón échon lógon, animal rationalis, animal racional. Como ya se ha indicado, es por referencia a esta definición como se crea el vocablo bárbaro, que designa precisamente a los que no saben hablar y más bien balbucean, ba-ba-ba (García Gual 1998 en Thémata 23, 1999 texto no disponible)
En la época heroica, feudal, el ideal humano no se cifra en el dominio del lenguaje, sino en la fuerza física y en el valor. Ese es el héroe que ensalza Homero y el que canta Píndaro, y ese héroe puede medirse con cualquier forastero sin que se ponga en duda la igualdad de ambos. Ulises compite con los feacios en las mismas condiciones que con los pretendientes en lo que se refiere a igualdad de especie, porque en la época homérica los hombres todavía no son animales racionales, sino que son los que “suplican a los dioses y comen pan de trigo” (J. Choza y P. Choza, 1996). Correlativamente, todavía no hay bárbaros, todavía no hay “subespecies” inferiores a los hombres en cuanto que no saben hablar. De hecho, en el mundo homérico no se encuentra la palabra bárbaro y, en consonancia con ello, tampoco hay fronteras.
Pero cuando comienza el humanismo, la historia de la cultura occidental, y el hombre se define por el lenguaje, entonces empieza a haber semi-hombres o casi hombres, definidos así desde el punto de vista político y ético, y cuyo estatuto metafísico resulta problemático porque entonces las fronteras metafísicas están empezando a ser más netas que las geográficas y sociales, y más fiables.
Así Aristóteles establece una gradación de lo humano que va desde los bárbaros y esclavos (los esclavos son los bárbaros hechos prisioneros en guerra o en incursiones piratas) en la posición más lejana, pasando por los niños, que son hombres en potencia, las mujeres, que son varones frustrados, los campesinos y artesanos, hasta, finalmente, los hombres libres, que son los que hablan, es decir, los que toman los acuerdos sobre el gobierno de la ciudad, la polis.
Dentro del contexto socio-cultural de la Grecia clásica es donde Aristóteles hace su propuesta de humanismo, como despliegue de la tópica de la humanitas dentro de la polis desde el punto de vista ético educativo. Con ello no hace sino recoger reflexivamente lo que vive la sociedad ateniense y, en general, griega, y elaborarlo de un modo sistemático, y con ello sistematiza los valores éticos que tienen vigencia en su mundo. Hay una cierta correspondencia entre la tópica sociológica y política de la humanitas, tal como aparece en la Política, y tal como aparece en la Ética a Nicómaco, pero no es el momento de abundar en el tema.
En la historia de nuestra cultura, la propuesta siguiente a la griega es la de Roma. En ella es relevante el hecho de que Cicerón utilice la expresión el género humano, frente a Aristóteles, que utiliza la expresión todos los hombres. Indica que el romano tiene una idea de la unidad de la familia o de la estirpe humana, que el griego no tenía.
Por eso, “el ciudadano que es capaz de imponer a todos los demás, con el poder y la coacción de las leyes, lo que los filósofos con sus palabras, difícilmente pueden inculcar a unos pocos, debe ser más estimado que los maestros que enseñan tales cosas” (Cicerón, 1984, 37).
Pero entonces a eso ya no se le llama paideia, pedagogía ni educación. Ahora a ese proceso se le llama civilización o sencillamente humanización, al contenido y a las formas que se inventan y transmiten en su recorrido se le llama humanismo, y al ideal que se pretende alcanzar humanitas.
De este modo, en la perspectiva de Cicerón la paideia griega sufre algunas transformaciones relevantes. No es la enseñanza por la que se conduce a la excelencia a los varones nacidos libres, sino que es el proceso de la historia de Roma desde Rómulo y Numa hasta Julio Cesar y el propio Cicerón, y a lo largo del cual un grupo de salvajes es conducido hasta la forma más alta de civilización. Pero además, también a lo largo de ese proceso, todo el género humano es humanizado por el procedimiento de ser romanizado.
Grecia no tuvo una legitimación tan alta para la constitución de su imperio marítimo, porque no tenía la idea de la unidad del género humano, ni, por tanto, el ideal de una meta única para todos los hombres. Por eso helenizar, aunque era la cúspide de lo humano, no era una cúspide exigida por la naturaleza de todos los grupos sociales, ni un deber moral vinculante para los atenienses, como sí lo fue para Roma. Inicialmente el ius civile, el derecho de los ciudadanos romanos, no era el que debía reconocerse a los demás hombres, a los que se les reconocía su derecho propio, el ius gentium, pero a partir de la época imperial ambos convergieron hasta constituir uno y el mismo derecho.
Desde esta perspectiva, en la constitución de su imperio como único y universal, Roma alcanza, por primera y única vez en la historia, la congregación de todos los hombres bajo un mismo derecho y una misma lengua, y, correlativamente, la abolición de todas las fronteras. Algo que solo vuelve a intentarse en cierta manera, o sea, programáticamente, con la Declaración de Derechos Humanos de 1948.
Pero ya en otros territorios ajenos al imperio se han producido otras escisiones y han surgido otras fronteras, que vendrán a reproducirse dentro de él, y en la reconstrucción del mundo subsiguiente a la disolución del imperio.
En oriente medio, y más del mil años antes de que Grecia y Roma empezaran a existir, se produce la gran escisión entre los hijos de Abraham, Ismael hijo de Agar e Isaac hijo de Sara, que da lugar por una parte a los ismaelitas o agarenos, o sea los pueblos de cultura islámica, y los israelitas hijos de Isaac. Los primeros siempre conservaron memoria de su origen abrahámico y de sus vínculos con los descendientes de Isaac, mientras los segundos no, es decir,"Israel olvidó a Ismael" (R. Lauth 2004).
La otra gran escisión que se produce dentro del mundo israelita es la de los seguidores de Jesús, la de quienes le consideran como el Cristo. A su vez, una parte de los cristianos se despliega por el mundo romano y, sobre las ruinas del imperio, constituye el cristianismo como religión de la cultura occidental y de la naciente Europa, y como religión que a su vez se olvida de los hijos de Ismael y de las otras ramas de cristianismo no paulinas.
El modelo de la humanitas romana, con su sentido de la universalidad, es recogido por el cristianismo paulino, que reproduce la dicotomía griego-bárbaro y romano-gentil en la forma de la dicotomía fiel-infiel. La plenitud de lo humano se sigue encontrando igual que antes en la participación en lo divino, pero ahora en lo divino hay una peculiar exigencia de llevar a todos los infieles a esa plenitud, exigencia que se denomina salvación o redención, lo cual no se había dado en Grecia, y se había esbozado en Roma con un sentido más bien civil que religioso, y, por eso, menos perentorio y menos vinculante.
El nacimiento de Europa y la consolidación de la cultura occidental, es la creación de otras nuevas fronteras. Al este de Roma, en Constantinopla, están los herejes (los que pervierten la fe), al sur, en África y oriente medio, los infieles (los hijos de Ismael), dentro de Europa, pero con un estatuto jurídico diferente del de los súbdito, están los pérfidos judíos (los que rechazaron la fe), y al oeste, en América, los paganos (los que nunca supieron nada de la verdadera fe) (Choza 2000 y en prensa).
Ésta es la gradación geográfica, sociológica y política de lo humano, que los estudiosos de Aristóteles se esfuerzan por compaginar con su metafísica porque en épocas posteriores las definiciones metafísicas eran las más relevantes. Así, en la polémica del siglo XVI entre Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda sobre el carácter humano y personal de los indios americanos, el punto de referencia es la metafísica: si los indios son personas ontológicamente, entonces tienen un derecho de propiedad como los demás fieles, pero no si no son personas (Ginés de Sepúlveda, 1987).
Para el propio Aristóteles la definición metafísica de hombre no tenía tanta relevancia como la tuvo después (H. Marín 1997, cap 1), ni tantas implicaciones jurídico-políticas, pero a partir de siglo XVI empezaron a tenerlas. Porque entonces es cuando empiezan a constituirse de un modo férreo las fronteras espaciales, territoriales. Precisamente en el momento en que emergen nuevas fronteras lingüísticas con el nacimiento de las lenguas modernas europeas, y nuevas fronteras religiosas, con la fragmentación del cristianismo paulino resultante del cisma de occidente. Las fronteras religiosas y lingüísticas, que como observa Maquiavelo constituyen las determinaciones más fuertes de la identidad de los grupos sociales, y habían existido desde la más remota antigüedad, se reforzaron con fronteras geográficas, territoriales y administrativas, cosa que no había ocurrido antes. Ahora los límites entre lo humano, lo divino y lo satánico, entre lo real y lo irreal, entre lo bueno y lo malo, entre lo posible y lo imposible, entre lo sucio y lo limpio, se levantan como demarcaciones territoriales. Ahora los dioses y los demonios, luchan entre sí con saña.
Las fronteras entre el imperio otomano y el de los Augsburgo, y en general, entre el cristianismo y el islam, son también unas fronteras que producen divergencias y bifurcaciones en los caminos de la ciencia, el derecho, las diversas técnicas, etc., entre Europa y el resto del mundo.
Por su parte, dentro de Europa, con el nacimiento del estado moderno es cuando se produce el cambio de la jurisdicción personal, característica del medievo, a la jurisdicción territorial. La máxima consolidación de las fronteras que conoce la historia de occidente, y en general, la historia, tiene lugar en la paz de Westfalia de l648, con su aplicación del antiguo principio "cuius regis eius religio" (según la religión del rey, así la de los súbditos), y con el establecimiento del principio de no ingerencia en los asuntos internos de cada país. Dicho principio se mantiene con la excepción, en 1999, de la intervención militar de los Estados Unidos en Kosovo, con la aprobación moral de la comunidad internacional y de Kofi Annan para evitar el genocidio de los musulmanes de aquel territorio.
La modernidad es el gran periodo de las fronteras en la historia de la cultura occidental, porque el estado moderno se constituye y se desarrolla sobre un sentido muy rígido de ellas, y la modernidad en general también. Tanto es así que crea también unas fronteras temporales completamente impenetrables.
1. Las fronteras culturales
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas
4.- La administración. Barreras y nudos públicos
5.- Las redes. Barreras y nudos privados
El humanismo es la concepción del hombre propia de la cultura occidental, y desde su inicial formulación ha estado esencialmente vinculada al lenguaje primero, y al territorio después. Se inicia propiamente a partir del momento en que el hombre se define, por referencia al lenguaje, como animal que tiene lenguaje, Zoón échon lógon, animal rationalis, animal racional. Como ya se ha indicado, es por referencia a esta definición como se crea el vocablo bárbaro, que designa precisamente a los que no saben hablar y más bien balbucean, ba-ba-ba (García Gual 1998 en Thémata 23, 1999 texto no disponible)
En la época heroica, feudal, el ideal humano no se cifra en el dominio del lenguaje, sino en la fuerza física y en el valor. Ese es el héroe que ensalza Homero y el que canta Píndaro, y ese héroe puede medirse con cualquier forastero sin que se ponga en duda la igualdad de ambos. Ulises compite con los feacios en las mismas condiciones que con los pretendientes en lo que se refiere a igualdad de especie, porque en la época homérica los hombres todavía no son animales racionales, sino que son los que “suplican a los dioses y comen pan de trigo” (J. Choza y P. Choza, 1996). Correlativamente, todavía no hay bárbaros, todavía no hay “subespecies” inferiores a los hombres en cuanto que no saben hablar. De hecho, en el mundo homérico no se encuentra la palabra bárbaro y, en consonancia con ello, tampoco hay fronteras.
Pero cuando comienza el humanismo, la historia de la cultura occidental, y el hombre se define por el lenguaje, entonces empieza a haber semi-hombres o casi hombres, definidos así desde el punto de vista político y ético, y cuyo estatuto metafísico resulta problemático porque entonces las fronteras metafísicas están empezando a ser más netas que las geográficas y sociales, y más fiables.
Así Aristóteles establece una gradación de lo humano que va desde los bárbaros y esclavos (los esclavos son los bárbaros hechos prisioneros en guerra o en incursiones piratas) en la posición más lejana, pasando por los niños, que son hombres en potencia, las mujeres, que son varones frustrados, los campesinos y artesanos, hasta, finalmente, los hombres libres, que son los que hablan, es decir, los que toman los acuerdos sobre el gobierno de la ciudad, la polis.
Dentro del contexto socio-cultural de la Grecia clásica es donde Aristóteles hace su propuesta de humanismo, como despliegue de la tópica de la humanitas dentro de la polis desde el punto de vista ético educativo. Con ello no hace sino recoger reflexivamente lo que vive la sociedad ateniense y, en general, griega, y elaborarlo de un modo sistemático, y con ello sistematiza los valores éticos que tienen vigencia en su mundo. Hay una cierta correspondencia entre la tópica sociológica y política de la humanitas, tal como aparece en la Política, y tal como aparece en la Ética a Nicómaco, pero no es el momento de abundar en el tema.
En la historia de nuestra cultura, la propuesta siguiente a la griega es la de Roma. En ella es relevante el hecho de que Cicerón utilice la expresión el género humano, frente a Aristóteles, que utiliza la expresión todos los hombres. Indica que el romano tiene una idea de la unidad de la familia o de la estirpe humana, que el griego no tenía.
Por eso, “el ciudadano que es capaz de imponer a todos los demás, con el poder y la coacción de las leyes, lo que los filósofos con sus palabras, difícilmente pueden inculcar a unos pocos, debe ser más estimado que los maestros que enseñan tales cosas” (Cicerón, 1984, 37).
Pero entonces a eso ya no se le llama paideia, pedagogía ni educación. Ahora a ese proceso se le llama civilización o sencillamente humanización, al contenido y a las formas que se inventan y transmiten en su recorrido se le llama humanismo, y al ideal que se pretende alcanzar humanitas.
De este modo, en la perspectiva de Cicerón la paideia griega sufre algunas transformaciones relevantes. No es la enseñanza por la que se conduce a la excelencia a los varones nacidos libres, sino que es el proceso de la historia de Roma desde Rómulo y Numa hasta Julio Cesar y el propio Cicerón, y a lo largo del cual un grupo de salvajes es conducido hasta la forma más alta de civilización. Pero además, también a lo largo de ese proceso, todo el género humano es humanizado por el procedimiento de ser romanizado.
Grecia no tuvo una legitimación tan alta para la constitución de su imperio marítimo, porque no tenía la idea de la unidad del género humano, ni, por tanto, el ideal de una meta única para todos los hombres. Por eso helenizar, aunque era la cúspide de lo humano, no era una cúspide exigida por la naturaleza de todos los grupos sociales, ni un deber moral vinculante para los atenienses, como sí lo fue para Roma. Inicialmente el ius civile, el derecho de los ciudadanos romanos, no era el que debía reconocerse a los demás hombres, a los que se les reconocía su derecho propio, el ius gentium, pero a partir de la época imperial ambos convergieron hasta constituir uno y el mismo derecho.
Desde esta perspectiva, en la constitución de su imperio como único y universal, Roma alcanza, por primera y única vez en la historia, la congregación de todos los hombres bajo un mismo derecho y una misma lengua, y, correlativamente, la abolición de todas las fronteras. Algo que solo vuelve a intentarse en cierta manera, o sea, programáticamente, con la Declaración de Derechos Humanos de 1948.
Pero ya en otros territorios ajenos al imperio se han producido otras escisiones y han surgido otras fronteras, que vendrán a reproducirse dentro de él, y en la reconstrucción del mundo subsiguiente a la disolución del imperio.
En oriente medio, y más del mil años antes de que Grecia y Roma empezaran a existir, se produce la gran escisión entre los hijos de Abraham, Ismael hijo de Agar e Isaac hijo de Sara, que da lugar por una parte a los ismaelitas o agarenos, o sea los pueblos de cultura islámica, y los israelitas hijos de Isaac. Los primeros siempre conservaron memoria de su origen abrahámico y de sus vínculos con los descendientes de Isaac, mientras los segundos no, es decir,"Israel olvidó a Ismael" (R. Lauth 2004).
La otra gran escisión que se produce dentro del mundo israelita es la de los seguidores de Jesús, la de quienes le consideran como el Cristo. A su vez, una parte de los cristianos se despliega por el mundo romano y, sobre las ruinas del imperio, constituye el cristianismo como religión de la cultura occidental y de la naciente Europa, y como religión que a su vez se olvida de los hijos de Ismael y de las otras ramas de cristianismo no paulinas.
El modelo de la humanitas romana, con su sentido de la universalidad, es recogido por el cristianismo paulino, que reproduce la dicotomía griego-bárbaro y romano-gentil en la forma de la dicotomía fiel-infiel. La plenitud de lo humano se sigue encontrando igual que antes en la participación en lo divino, pero ahora en lo divino hay una peculiar exigencia de llevar a todos los infieles a esa plenitud, exigencia que se denomina salvación o redención, lo cual no se había dado en Grecia, y se había esbozado en Roma con un sentido más bien civil que religioso, y, por eso, menos perentorio y menos vinculante.
El nacimiento de Europa y la consolidación de la cultura occidental, es la creación de otras nuevas fronteras. Al este de Roma, en Constantinopla, están los herejes (los que pervierten la fe), al sur, en África y oriente medio, los infieles (los hijos de Ismael), dentro de Europa, pero con un estatuto jurídico diferente del de los súbdito, están los pérfidos judíos (los que rechazaron la fe), y al oeste, en América, los paganos (los que nunca supieron nada de la verdadera fe) (Choza 2000 y en prensa).
Ésta es la gradación geográfica, sociológica y política de lo humano, que los estudiosos de Aristóteles se esfuerzan por compaginar con su metafísica porque en épocas posteriores las definiciones metafísicas eran las más relevantes. Así, en la polémica del siglo XVI entre Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda sobre el carácter humano y personal de los indios americanos, el punto de referencia es la metafísica: si los indios son personas ontológicamente, entonces tienen un derecho de propiedad como los demás fieles, pero no si no son personas (Ginés de Sepúlveda, 1987).
Para el propio Aristóteles la definición metafísica de hombre no tenía tanta relevancia como la tuvo después (H. Marín 1997, cap 1), ni tantas implicaciones jurídico-políticas, pero a partir de siglo XVI empezaron a tenerlas. Porque entonces es cuando empiezan a constituirse de un modo férreo las fronteras espaciales, territoriales. Precisamente en el momento en que emergen nuevas fronteras lingüísticas con el nacimiento de las lenguas modernas europeas, y nuevas fronteras religiosas, con la fragmentación del cristianismo paulino resultante del cisma de occidente. Las fronteras religiosas y lingüísticas, que como observa Maquiavelo constituyen las determinaciones más fuertes de la identidad de los grupos sociales, y habían existido desde la más remota antigüedad, se reforzaron con fronteras geográficas, territoriales y administrativas, cosa que no había ocurrido antes. Ahora los límites entre lo humano, lo divino y lo satánico, entre lo real y lo irreal, entre lo bueno y lo malo, entre lo posible y lo imposible, entre lo sucio y lo limpio, se levantan como demarcaciones territoriales. Ahora los dioses y los demonios, luchan entre sí con saña.
Las fronteras entre el imperio otomano y el de los Augsburgo, y en general, entre el cristianismo y el islam, son también unas fronteras que producen divergencias y bifurcaciones en los caminos de la ciencia, el derecho, las diversas técnicas, etc., entre Europa y el resto del mundo.
Por su parte, dentro de Europa, con el nacimiento del estado moderno es cuando se produce el cambio de la jurisdicción personal, característica del medievo, a la jurisdicción territorial. La máxima consolidación de las fronteras que conoce la historia de occidente, y en general, la historia, tiene lugar en la paz de Westfalia de l648, con su aplicación del antiguo principio "cuius regis eius religio" (según la religión del rey, así la de los súbditos), y con el establecimiento del principio de no ingerencia en los asuntos internos de cada país. Dicho principio se mantiene con la excepción, en 1999, de la intervención militar de los Estados Unidos en Kosovo, con la aprobación moral de la comunidad internacional y de Kofi Annan para evitar el genocidio de los musulmanes de aquel territorio.
La modernidad es el gran periodo de las fronteras en la historia de la cultura occidental, porque el estado moderno se constituye y se desarrolla sobre un sentido muy rígido de ellas, y la modernidad en general también. Tanto es así que crea también unas fronteras temporales completamente impenetrables.
fronteras culturales (fronteras, 1, Jacinto Choza 2007)
1.- Las fronteras culturales
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas
4.- La administración. Barreras y nudos públicos
5.- Las redes. Barreras y nudos privados
En el seminario CIDOB del pasado 9 de marzo de 2007, bajo el tema marco Ausencia de fronteras: la mirada cosmopolita, los profesores Beck, Delanty e Innerarity presentaban el horizonte del cosmopolitismo como el más prometedor entre las estrecheces de los nacionalismos y el caos de la globalización, mientras que la doctora Švob-Ðokiæ avisaba de los riesgos de la disolución de las identidades individuales y colectivas. Por su parte, el profesor Robins, en la línea de trabajo de Ulrich Beck, señalaba las posibilidades de un cosmopolitismo metodológico.
En el presente seminario, dentro del tema marco Voluntad de frontera: consideraciones identitarias y expresiones de alteridad, esta sesión sobre fronteras geográficas, sociológicas y metafísicas, tiene como objetivo mostrar, en un pequeño recorrido histórico, momentos en los que se han constituido diversas barreras de incomunicación y diversos nudos de comunicación, con la intención de que se puedan extraer de esos cuadros alguna enseñanza, tanto para las prácticas de una política cosmopolita como para la constitución de nuevas formas de identidad.
Para empezar, es conveniente recordar ahora que la emergencia y diversificación de las lenguas marcan el nacimiento de las primeras fronteras y de las primeras determinaciones de la identidad.
En no pocas culturas paleolíticas la palabra que se usa para decir hombre es la misma que se utiliza para designar a la propia tribu. Así mundurucu y comanche significa a la vez hombre y miembro de la tribu de los mundurucu o de los comanches. Correlativamente, los que no pertenecen a la propia tribu son frecuentemente designados con una palabra que significa no ser hombreo no saber hablar como es el caso de término griego bárbaro, o con una palabra que significa a la vez extranjero y enemigo, como es el caso del vocablo latino hostes.
Al ponerse nombre, los grupos humanos se definen a sí mismos, e identifican a los que excluyen. De esta manera se define y se delimita quienes son seres humanos y quiénes no, y en qué consiste serlo. Pero ese trabajo nunca esta definitivamente concluido, pues hay que volverlo a hacer cada vez que se producen cambios culturales de máxima envergadura, como es el de comienzos del siglo XXI.
Por eso en las últimas décadas del siglo XX, cuando la conciencia del cambio de época es más viva, hay tanta Antropología filosófica, tantas descripciones de la situación del hombre y de lo humano y tanta reflexión sobre ello. El mundo moderno ha quedado atrás y el mundo nuevo aún no se ha configurado y hay que configurarlo, por lo cual vivimos en una situación de indefinición, de preludio y de cambio de una envergadura semejante a la de comienzos del neolítico o de comienzos de la edad media.
En los momentos de consolidación de la revolución neolítica, Ulises vive en un mundo poblado de dioses, ninfas, cíclopes, sirenas, magas, gigantes, antropófagos, adivinos, desconocidos, enemigos y compatriotas, en un mundo en el cual las fronteras entre lo humano y lo sobrehumano, lo natural, lo sobrenatural y lo demoníaco, lo real y lo ficticio, no están trazadas y tiene que establecerlas él.
Tras el hundimiento del mundo antiguo, en los momentos del medievo en que se gestan el mundo cristiano y el mundo moderno, Parsifal habita también en un universo repleto de arcángeles, demonios, ogros, gnomos, elfos, brujas, y almas en pena, donde la frontera entre lo humano, lo divino y lo satánico tiene que trazarla él mismo para saber quién es y dónde está.
Nosotros nos encontramos también en un escenario en el que pululan mentes electrónicas, robots, animales artificiales patentados, replicantes, clónicos, transgénicos, trasplantados, extraterrestres, hombres virtuales, y quizá emergentes espíritus de montañas y bosques, todos los cuales disuelven las fronteras cuidadosamente levantadas desde el siglo XVI o quizá desde el siglo V antes de Cristo.
Tales fronteras nos permitían distinguir entre lo natural, lo sobrenatural y lo antinatural, lo real y lo imaginario, lo humano y lo extrahumano, pero tras los cambios científicos y técnicos del último siglo se han hecho inoperantes. Se han quedado anticuadas y ya no orientan, y por eso nos vemos obligados a dibujar otras nuevas para saber quiénes somos nosotros, dónde vivimos, y quiénes son ellos, los no humanos, cómo son y dónde viven.
Las viejas fronteras mantenían un mundo bien definido y seguramente interpretado, pero cuando ese orden establecido y su correspondiente metafísica se disuelven, hay que recurrir de nuevo a los criterios inmediatos de la geografía para diferenciar entre terrestres y extraterrestres, los que están aquí y los que están allí, o a los de la sociología para distinguir a los que suplican a los dioses de los que no. Se percibe entonces que las fronteras metafísicas y las sociológicas son, en su punto de partida, fronteras geográficas.
La frontera geográfica entre lo humano y lo extrahumano estuvo un tiempo en los confines del Mediterráneo, en ese lugar que los griegos llamaron Tartesos y los árabes Al-Andalus. Donde Hércules había puesto sus dos columnas para sujetar la bóveda del cielo y donde moría cada tarde el sol devorado por las sombras e impotente para vencerlas después de su carrera olímpica por el firmamento. Allí se encontraba el paso por el que Ulises había bajado al Hades infernal.
Posteriormente estuvo en medio del Atlántico, donde los hombres del medievo decían que se abría la catarata que precipitaba en el abismo a los que osaban alejarse de las costas seguras, donde habían muerto sin que se volviera a saber de ellos todos los que habían tenido la osadía de querer saber y de creer que podían enfrentarse al caos.
En nuestros días, también nuestros relatos mitológicos que emergen en el cine y en la literatura , hablan de unos límites donde el hombre arriesga todo su ser, de ese punto en que la ciencia y la técnica hacen frontera con la moral y la religión, y que la más conocida de nuestras epopeyas, La guerra de las Galaxias, denomina el reverso tenebroso de la fuerza.
La geografía y la cosmología de cada época dibujan siempre sobre sus cartas los lugares donde la tierra se une con el cielo y con el infierno. El cielo es la suprema felicidad prometida y esperada y el infierno la inversión de todo lo noble y bueno en su más pavoroso contrario.
Las fronteras son en sus inicios, y siempre, fronteras culturales. Posteriormente es cuando se constituyen como fronteras geográficas, cuando los sistemas administrativos organizan la vida social según las decisiones políticas.
2.- Nacimiento de los estados y de las fronteras geográficas, políticas y metafísicas.
3.- Fronteras temporales e identidades modernas
4.- La administración. Barreras y nudos públicos
5.- Las redes. Barreras y nudos privados
En el seminario CIDOB del pasado 9 de marzo de 2007, bajo el tema marco Ausencia de fronteras: la mirada cosmopolita, los profesores Beck, Delanty e Innerarity presentaban el horizonte del cosmopolitismo como el más prometedor entre las estrecheces de los nacionalismos y el caos de la globalización, mientras que la doctora Švob-Ðokiæ avisaba de los riesgos de la disolución de las identidades individuales y colectivas. Por su parte, el profesor Robins, en la línea de trabajo de Ulrich Beck, señalaba las posibilidades de un cosmopolitismo metodológico.
En el presente seminario, dentro del tema marco Voluntad de frontera: consideraciones identitarias y expresiones de alteridad, esta sesión sobre fronteras geográficas, sociológicas y metafísicas, tiene como objetivo mostrar, en un pequeño recorrido histórico, momentos en los que se han constituido diversas barreras de incomunicación y diversos nudos de comunicación, con la intención de que se puedan extraer de esos cuadros alguna enseñanza, tanto para las prácticas de una política cosmopolita como para la constitución de nuevas formas de identidad.
Para empezar, es conveniente recordar ahora que la emergencia y diversificación de las lenguas marcan el nacimiento de las primeras fronteras y de las primeras determinaciones de la identidad.
En no pocas culturas paleolíticas la palabra que se usa para decir hombre es la misma que se utiliza para designar a la propia tribu. Así mundurucu y comanche significa a la vez hombre y miembro de la tribu de los mundurucu o de los comanches. Correlativamente, los que no pertenecen a la propia tribu son frecuentemente designados con una palabra que significa no ser hombreo no saber hablar como es el caso de término griego bárbaro, o con una palabra que significa a la vez extranjero y enemigo, como es el caso del vocablo latino hostes.
Al ponerse nombre, los grupos humanos se definen a sí mismos, e identifican a los que excluyen. De esta manera se define y se delimita quienes son seres humanos y quiénes no, y en qué consiste serlo. Pero ese trabajo nunca esta definitivamente concluido, pues hay que volverlo a hacer cada vez que se producen cambios culturales de máxima envergadura, como es el de comienzos del siglo XXI.
Por eso en las últimas décadas del siglo XX, cuando la conciencia del cambio de época es más viva, hay tanta Antropología filosófica, tantas descripciones de la situación del hombre y de lo humano y tanta reflexión sobre ello. El mundo moderno ha quedado atrás y el mundo nuevo aún no se ha configurado y hay que configurarlo, por lo cual vivimos en una situación de indefinición, de preludio y de cambio de una envergadura semejante a la de comienzos del neolítico o de comienzos de la edad media.
En los momentos de consolidación de la revolución neolítica, Ulises vive en un mundo poblado de dioses, ninfas, cíclopes, sirenas, magas, gigantes, antropófagos, adivinos, desconocidos, enemigos y compatriotas, en un mundo en el cual las fronteras entre lo humano y lo sobrehumano, lo natural, lo sobrenatural y lo demoníaco, lo real y lo ficticio, no están trazadas y tiene que establecerlas él.
Tras el hundimiento del mundo antiguo, en los momentos del medievo en que se gestan el mundo cristiano y el mundo moderno, Parsifal habita también en un universo repleto de arcángeles, demonios, ogros, gnomos, elfos, brujas, y almas en pena, donde la frontera entre lo humano, lo divino y lo satánico tiene que trazarla él mismo para saber quién es y dónde está.
Nosotros nos encontramos también en un escenario en el que pululan mentes electrónicas, robots, animales artificiales patentados, replicantes, clónicos, transgénicos, trasplantados, extraterrestres, hombres virtuales, y quizá emergentes espíritus de montañas y bosques, todos los cuales disuelven las fronteras cuidadosamente levantadas desde el siglo XVI o quizá desde el siglo V antes de Cristo.
Tales fronteras nos permitían distinguir entre lo natural, lo sobrenatural y lo antinatural, lo real y lo imaginario, lo humano y lo extrahumano, pero tras los cambios científicos y técnicos del último siglo se han hecho inoperantes. Se han quedado anticuadas y ya no orientan, y por eso nos vemos obligados a dibujar otras nuevas para saber quiénes somos nosotros, dónde vivimos, y quiénes son ellos, los no humanos, cómo son y dónde viven.
Las viejas fronteras mantenían un mundo bien definido y seguramente interpretado, pero cuando ese orden establecido y su correspondiente metafísica se disuelven, hay que recurrir de nuevo a los criterios inmediatos de la geografía para diferenciar entre terrestres y extraterrestres, los que están aquí y los que están allí, o a los de la sociología para distinguir a los que suplican a los dioses de los que no. Se percibe entonces que las fronteras metafísicas y las sociológicas son, en su punto de partida, fronteras geográficas.
La frontera geográfica entre lo humano y lo extrahumano estuvo un tiempo en los confines del Mediterráneo, en ese lugar que los griegos llamaron Tartesos y los árabes Al-Andalus. Donde Hércules había puesto sus dos columnas para sujetar la bóveda del cielo y donde moría cada tarde el sol devorado por las sombras e impotente para vencerlas después de su carrera olímpica por el firmamento. Allí se encontraba el paso por el que Ulises había bajado al Hades infernal.
Posteriormente estuvo en medio del Atlántico, donde los hombres del medievo decían que se abría la catarata que precipitaba en el abismo a los que osaban alejarse de las costas seguras, donde habían muerto sin que se volviera a saber de ellos todos los que habían tenido la osadía de querer saber y de creer que podían enfrentarse al caos.
En nuestros días, también nuestros relatos mitológicos que emergen en el cine y en la literatura , hablan de unos límites donde el hombre arriesga todo su ser, de ese punto en que la ciencia y la técnica hacen frontera con la moral y la religión, y que la más conocida de nuestras epopeyas, La guerra de las Galaxias, denomina el reverso tenebroso de la fuerza.
La geografía y la cosmología de cada época dibujan siempre sobre sus cartas los lugares donde la tierra se une con el cielo y con el infierno. El cielo es la suprema felicidad prometida y esperada y el infierno la inversión de todo lo noble y bueno en su más pavoroso contrario.
Las fronteras son en sus inicios, y siempre, fronteras culturales. Posteriormente es cuando se constituyen como fronteras geográficas, cuando los sistemas administrativos organizan la vida social según las decisiones políticas.
24 octubre 2007
El año de los blogs en las universidades ( que se enteren)
Estaba cantado que los blogs iban a gustar en las universidades. Una nueva lista de esta explosión en la sedes virtuales de universidades estadounidenses ofrece el blogfesor Mario Núñez en su blog Digizen.
Algunas coincidencias:
Hay estudiantes que hacen bastantes esfuerzos y venían a aprender todo lo que puedan; si se lo pones más asequible, claro, aprenden más.
Y entre los profesores, quien tuvo (amor por tu trabajo), retuvo. Y puede sacarlo ahora mirando la tecnología con humildad y quizá miedo, pero desde la relativa altura de la experiencia.
Para que este tipo de iniciativas funcionen sólo hace falta que los políticos universitarios y las direcciones estratégicas de la informática entorpezcan lo menos posible a la comunidad que desea poner en marcha sus blogs. Pero esto no es posible en todos los casos, ya se sabe.
Suelo volver sobre este tema de los blogs y la universidad y mis colegas dicen que demasiado. Luego Tíscar dice que es una de las especialidades de este blog. Y hace unos días l@s alumn@s de cuarto (comunicación corporativa) pusieron en la pizarra BLOGLANDIA, vamos, que sin blogs mis clases no podrían ser lo mismo. Estoy más de acuerdo que lo que piensan. Y me reafirmo en lo que vengo diciendo.
Actualización y añadido:
Ricardo Galli, deja de tener su blog en la Universitat de les Illes Balears, por una censura (de lo menos justificada) a uno de sus artículos. La réplica de la afectada se puede leer en los comentarios.
El nuevo blog, seguro que será tan interesante como el anterior y resulta más vistoso y manejable.
El salto al blog exige alguna actualización de la institución universitaria. Por lo menos cierta información de los protocolos y usos entre los internautas. Pero bueno, que se abran primero a los blogs y luego iremos comentando las mejores políticas y gestiones de estas redes sociales.
Algunas coincidencias:
- para las propuestas iniciales no se complican con diseños fastuosos
- la mayoría, salvo algunas universidades del Este o privadas, utilizan software libre: gana por goleada WordPress MultiUser (WPMU), que en alguna de sus instalaciones esta gestionando 100.000 blogs.
- muchas universidades están en los comienzos así que son pocos los ejemplos, pero los más dinámicos son los estudiantes, más familiarizados y que le han visto el uso: no cargar con carpetas, ni complicarse con un escritorio repleto de iconos... crean un discurso en el que van integrando su aprendizaje
- con diferencia lo que más me sigue sorprendiendo es la capacidad de renovación del profesorado: gente algo cansada de su disciplina la descubre de un modo nuevo al verla en colegas tan variopintos, docentes para el cuello de su camisa mejoran su discurso y conecta con esas generaciones perdidas de las que despotricaba hace años
Hay estudiantes que hacen bastantes esfuerzos y venían a aprender todo lo que puedan; si se lo pones más asequible, claro, aprenden más.
Y entre los profesores, quien tuvo (amor por tu trabajo), retuvo. Y puede sacarlo ahora mirando la tecnología con humildad y quizá miedo, pero desde la relativa altura de la experiencia.
Para que este tipo de iniciativas funcionen sólo hace falta que los políticos universitarios y las direcciones estratégicas de la informática entorpezcan lo menos posible a la comunidad que desea poner en marcha sus blogs. Pero esto no es posible en todos los casos, ya se sabe.
Suelo volver sobre este tema de los blogs y la universidad y mis colegas dicen que demasiado. Luego Tíscar dice que es una de las especialidades de este blog. Y hace unos días l@s alumn@s de cuarto (comunicación corporativa) pusieron en la pizarra BLOGLANDIA, vamos, que sin blogs mis clases no podrían ser lo mismo. Estoy más de acuerdo que lo que piensan. Y me reafirmo en lo que vengo diciendo.
Actualización y añadido:
Ricardo Galli, deja de tener su blog en la Universitat de les Illes Balears, por una censura (de lo menos justificada) a uno de sus artículos. La réplica de la afectada se puede leer en los comentarios.
El nuevo blog, seguro que será tan interesante como el anterior y resulta más vistoso y manejable.
El salto al blog exige alguna actualización de la institución universitaria. Por lo menos cierta información de los protocolos y usos entre los internautas. Pero bueno, que se abran primero a los blogs y luego iremos comentando las mejores políticas y gestiones de estas redes sociales.
cuidado con los expertos / expertos debemos ser todos
El mundo de los expertos está en una doble situación de crisis: primero, porque siempre están demasiado cerca del poder y, segundo, porque su capacidad para prevenir no debe exagerarse.
(...)
Nuestro tema, sin embargo, no son los excesos a los que nos van acostumbrando estos listillos disfrazados de científicos, sino el carácter irreductible que tienen los riesgos a los que nos enfrentamos. Tanto así, que ya son pocos los que hablan de sociedad del riesgo y adoptan la más apropiada noción de sociedad de la incertidumbre.
(...)
No es previsible que a medio plazo aminore la sucesión de crisis sanitarias, energéticas, alimentarias o medioambientales que sacuden los media cada día. Más bien parece lo contrario, lo que obliga a tomarse muy en serio la forma en la que podemos afrontar la gestión de estos experimentos globales (DDT, dioxinas, amianto, CFC, vacas locas, OGM, anisaquis, efecto invernadero o gripe aviar) en tiempo real y de escala planetaria en los que todos estamos inmersos.
(...)
Son muchos los casos de que disponemos y tendremos que ir acostumbrándonos a la posibilidad que otorga la red para crear opinión autorizada y reunir talento contrastado al margen de la academia con capacidad para plantar cara a los monopolios de la palabra que venían ejerciendo el estado y las grandes corporaciones.
Selección libre y reordenada de algunos párrafos del redondo artículo publicado en su blog Tecnocidanos por Antonio Lafuente, sobre una de sus especialidades: la democracia técnica como, esta vez sí, como una democracia participativa y deliberativa. Aunque su lectura lleve algo más que un post medio también dice bastante más que muchos posts mediocres. Termina así:
La institución clave de la democracia técnica es el foro híbrido, un ámbito en el que se reúnen todos los concernidos (industriales, expertos, funcionarios, activistas) en perfecta igualdad de condiciones con la esperanza y la responsabilidad de encontrar respuestas desde las que construir un mundo habitable. Para los científicos -obligados a ser desde la Ilustración el otro de la gente, lo contrario de la ignorancia- hay un inmenso alivio en este nuevo gesto de modestia que se les reclama. Los foros híbridos, la institución clave para el aprendizaje colectivo, es también dispositivo con el que construir el procomún.
23 octubre 2007
Océano de plástico: la mayor "creación" del hombre
El objeto más grande creado por el hombre
Imagen: fuente
Vía Futuratronics.
Blog del tema:
Plastic is Drastic
Pasar de la política educativa a la acción en las aulas
Se pueden leer varias voces de profesores estimulados en una reciente intervención de Francisco Michavila (otras iniciativas suyas comentadas en Comunisfera) sobre renovación de métodos educativos en la universidad, recomiendo la selección de citas que nos ofrece Angel Fidalgo (gracias!, blog Innovación Educativa), uno de los veteranos en el tema:
En vez de hablarnos de Bolonia y utopías, las políticas de educación pasan por conseguir que los profesores experimentemos los beneficios de las novedades prometidas, aunque sólo sea en una pequeña parte. También comparto que la innovación educativa no puede ser individualista. Qué cómo no hay un rincón del vago para profesores. Así veo yo más o menos los blogs. Cada día debo más ideas, gráficos y trabajos adelantados por mis compañer@s blogfesor@s.
En vez de hablarnos de Bolonia y utopías, las políticas de educación pasan por conseguir que los profesores experimentemos los beneficios de las novedades prometidas, aunque sólo sea en una pequeña parte. También comparto que la innovación educativa no puede ser individualista. Qué cómo no hay un rincón del vago para profesores. Así veo yo más o menos los blogs. Cada día debo más ideas, gráficos y trabajos adelantados por mis compañer@s blogfesor@s.
22 octubre 2007
¿escribes o trabajas?
Los correos institucionales o corporativos no presentan escenarios tan feos como hace unos años. Ahora no me da verguenza abrir en público el correo de mi universidad. Salvo por las páginas de spam, unas cuantas cada día.
Era feliz pensando que ese problema los tenía suficientemente resuelto con mis correos más viejos en Gmail o Yahoo. Pero en estas semanas más intrusos cruzan la barrera.
Pienso que hay ofertas de teletrabajo que se están dirigiendo a personas concretas por lo que encuentran en redes sociales, blogs...
Quizá tenga razón Barbol: el sueño de ad sense produce globalización
Era feliz pensando que ese problema los tenía suficientemente resuelto con mis correos más viejos en Gmail o Yahoo. Pero en estas semanas más intrusos cruzan la barrera.
Pienso que hay ofertas de teletrabajo que se están dirigiendo a personas concretas por lo que encuentran en redes sociales, blogs...
Quizá tenga razón Barbol: el sueño de ad sense produce globalización
Hay trabajos “para bloggers” con ”pagos por paypal” y ”trabajo desde casa”, el “salario según número de artículos escritos” y como requisitos “duties include writing, writing and writing”, de empresas con sede en USA.
El brazo de adsense es muy largo… como curiosidad las ofertas son mejores que hace un par de años, entonces todo era ”pago 1 dolar por post”.
Google está consiguiendo que cambien muchas cosas, de algunas ni nos damos cuenta, suceden así.. bajo nuestras narices.
18 octubre 2007
¿Cómo ha cambiado ya la prensa con Internet?
Pequeña recensión de Marcos Ros, en el documentalista enredado a
La Prensa sin Gutenberg [ISBN: 978-84-663-1975-1] de Jean François Fogel y Bruno Patiño, protagonistas de la transformación digital en Le Monde,
dan cuanta de lo que es el periodismo hoy en día y hacia donde apunta.
Sin grandes utopías ni cerrar los ojos a los cambios.
La Prensa sin Gutenberg [ISBN: 978-84-663-1975-1] de Jean François Fogel y Bruno Patiño, protagonistas de la transformación digital en Le Monde,
dan cuanta de lo que es el periodismo hoy en día y hacia donde apunta.
Sin grandes utopías ni cerrar los ojos a los cambios.
17 octubre 2007
Conquistan el Planeta, ¿otro Plutón?
Dicen "los expertos" que al libro le quedan unos 50 años; las librerías desaparecerán antes.
The Guardian nos deja esta idea que ha circulado por la Feria del Libro en Frankfurt (vía Bibliomano, librería Michelena de Venezuela).
Quizá por eso Juanjo Millás y Boris Izaguirre conquistan el Planeta (gracias Antonio, Blogpocket por el título)
Además de otras virtudes, Millás es un maestro en la construcción colaborativa de relatos, desde su programa en la radio hasta su obra en red tiene un público aficionado que no es necesariamente lector de libros impresos.
Boris tampoco ha tenido problemas como guionista de culebrones o ensayista acerado. Creo que protagoniza uno de los mejores personajes de la programación durante años, él mismo, y ahora lo prepara para el celuloide. Esto lo convierte en objeto de consumo más allá del mundo de lectores.
No quiero ni insinuar que no lo merezcan y el jurado es de lo más granado del sector (lo leí en Papel en blanco).
Pero desde mi ácido entender, este Planeta suena a estertor del star system. Dos estrellas consolidadas, una con más impacto en Internet y otra con total dominio de la pantalla televisiva le vienen asombrosamente bien a este buque insignia de la industria cultural española, que se apoya más que nunca en las industrias mediáticas.
Tampoco afirmo que la publicidad conseguida estos días vaya a pagar tan cuantiosos premios, o que la venta de estos libros, pueda dar alas al Grupo. En este tiempo en que hemos perdido un planeta, con Plutón en la cabeza, pienso que mal, lo que se dice mal, no le viene el premio al Grupo editorial.
The Guardian nos deja esta idea que ha circulado por la Feria del Libro en Frankfurt (vía Bibliomano, librería Michelena de Venezuela).
Quizá por eso Juanjo Millás y Boris Izaguirre conquistan el Planeta (gracias Antonio, Blogpocket por el título)
Además de otras virtudes, Millás es un maestro en la construcción colaborativa de relatos, desde su programa en la radio hasta su obra en red tiene un público aficionado que no es necesariamente lector de libros impresos.
Boris tampoco ha tenido problemas como guionista de culebrones o ensayista acerado. Creo que protagoniza uno de los mejores personajes de la programación durante años, él mismo, y ahora lo prepara para el celuloide. Esto lo convierte en objeto de consumo más allá del mundo de lectores.
No quiero ni insinuar que no lo merezcan y el jurado es de lo más granado del sector (lo leí en Papel en blanco).
Pero desde mi ácido entender, este Planeta suena a estertor del star system. Dos estrellas consolidadas, una con más impacto en Internet y otra con total dominio de la pantalla televisiva le vienen asombrosamente bien a este buque insignia de la industria cultural española, que se apoya más que nunca en las industrias mediáticas.
Tampoco afirmo que la publicidad conseguida estos días vaya a pagar tan cuantiosos premios, o que la venta de estos libros, pueda dar alas al Grupo. En este tiempo en que hemos perdido un planeta, con Plutón en la cabeza, pienso que mal, lo que se dice mal, no le viene el premio al Grupo editorial.
16 octubre 2007
la última conferencia
Si lo del ecologismo nos agota, también podemos prepararnos para llevar el cáncer cuando nos toque.
No quiero volver a enlazar ahora algún blog de un "terminal" sin vergüenzas idiotas que leí y seguí hace años. Esa experiencia la he vuelto a vivir con una amiga y ha terminado este verano.
Por Mario Núñez me entero de los últimos meses para Randy Pausch, profesor de Informática en la Carnegie.
La costumbre universitaria en USA es invitar a un profesor a hablar de lo que quiera, como si fuera la última conferencia de su vida.
En este caso lo será.
Si quieres ver cuales han sido los sueños de este desarrollador de la realidad virtual, marido y padre de tres pequeños abajo tienes los enlaces
RandyPauschInformationRandy Pausch’s Home Page Getting Copies of Dr. Pausch’s Lecture | ETC Global News Virtual reality pioneer Randy Pausch’s last lecture - Computerworld Blogs Journeys Lecture - Carnegie Mellon University Moving On - WSJ.com Last Lecture Revisited - WSJ.com Video A Professor’s Life Lessons - WSJ.com Video Moving On - WSJ.com Lecture of a Lifetime - AOL Video Really Achieving Your Childhood Dreams en You Tube 10 min de la conferencia en alguno de los resúmenes hace reir y provoca aplausos media docena de veces
si no te dice nada a lo mejor eres de otra especie
No quiero volver a enlazar ahora algún blog de un "terminal" sin vergüenzas idiotas que leí y seguí hace años. Esa experiencia la he vuelto a vivir con una amiga y ha terminado este verano.
Por Mario Núñez me entero de los últimos meses para Randy Pausch, profesor de Informática en la Carnegie.
La costumbre universitaria en USA es invitar a un profesor a hablar de lo que quiera, como si fuera la última conferencia de su vida.
En este caso lo será.
Si quieres ver cuales han sido los sueños de este desarrollador de la realidad virtual, marido y padre de tres pequeños abajo tienes los enlaces
RandyPauschInformation
si no te dice nada a lo mejor eres de otra especie
15 octubre 2007
Egologismo: haztelo tu mism@
El naturalismo y el amor a la vida salvaje son tan antiguos como la civilización occidental. La conciencia ecológica se ha desarrollado desde mediados del siglo XX por la publicación de libros y la acción del movimiento verde.
En mi opinión los que más han desarrollado la conciencia medioambientalista han sido los depredadores industriales: tras cada catástrofe (muchísimas en los últimos cincuenta años) han ido sembrando la experiencia en los corazones, y nada decide tanto como una pena sufrida de cerca.
El periodismo medioambiental ha aportado algo en este cambio de la conciencia consumista destructora. Pero ya conocemos sus limitaciones.
Si este año científicos y divulgadores, como Al Gore y el Panel Intergubernamental de Cambio Climatico (IPCC) de la ONU reciben el premio Nobel de la Paz por su defensa de la naturaleza global, hay que pensar que los pequeños informadores globales, los blogs, también tienen que felicitarse por ello. Y no sólo los blogs especializados en ecología.
Desde mi experiencia con estas asociaciones diría que el ecologismo tiene tres batallas tantas veces perdidas. Para mí son piedras de toque para distinguir entre el movimiento verde y los partidillos verdes o "cosas de chiquillos", como dice mi amigo Pablo Oitabén, el cuidador del bosque de Ridimoas (y presidente de su asociación).
El ecologismo termina en cosas de chiquillos cuando sueña
2. los medios juegan con sus gabinetes de comunicación y desesperan a los que trabajan por difundir noticias verdes y peligros a las masas y por medios masivos
3 la gente termina viendo el "catastrofismo" de los verdes como enemigo de la industralización y el progreso y
los ecologistas de partido ven por todos lados un complejo social extendido, que llaman el efecto nimby (Not in my Back Yard: no quiero la mierda en mi patio trasero).
El efecto Nimby es una fuerte contestación social ante un beneficio en el fondo deseado, como la instalación cercana de un aeropuerto (english wikipedia). La incoherencia de las generaciones urbanas en la postindustrialización es cada día mayor. Concedo. Pero como dicen los 800.000 afectados por la nueva T-4 de Madrid-Barajas, con ella cerca enferman, no pueden vivir en una permanente campana de ruido.
Tengo por bastante razonables a mis congéneres y sé que somos cada vez más los ciudadanos con compostadores caseros y cubos para recogida selectiva de residuos en nuestros patios trasero. No los tengo debajo de la nariz, pero sé que me toca separar y reciclar hasta donde puedo.
Como cuando hace publicidad del terrorismo, el periodismo audiovisual e impreso prestan flaco favor al ecologismo cuando incitan al consumo irresponsable o ridiculizan la conciencias solidarias. En esa desinformación se genera la marea de blogs verdes que están sustituyendo la antigua función informativa que no llega a cumplir el periodismo. Y así tenemos periodismo ambiental, donde no hay periodistas y no hay ambientalistas en las empresas de comunicación.
Como el industrial inmoral de los '60, los nuevos responsables de las políticas medioambientales pueden ser los actuales depredadores del planeta: porque se autorizan gestores de residuos sin garantías, porque se admite el tráfico y la acumulación de residuos tóxicos y peligrosos, y porque se quitan los problemas del despacho con la misma soltura con que se planifica la ampliación de un aeropuerto.
De mis maravillosos años en las islas afortunadas recuerdo un dicho popular, sabio de nuevo. Corría una leyenda urbana de los informes técnicos sobre las posibles localizaciones para un aeropuerto en la isla de Tenerife. Los expertos contestaron con una cruz en el mapa. La leyenda decía: en cualquier sitio, menos donde está marcado, el único punto de la isla con nieblas, lluvias frecuentes y fuertes vientos laterales debido a los alisios y al Teide. El político de turno, no llegó a leer el faldón y ordenó que construyeran ese aeropuerto para los días impares que tenemos en bonitos parajes de Los Rodeos.
Addenda por el blog action day: en los rankigs americanos hablan de los top 35 en ecología y de Hugg, el eco-menéame (ReadWrite blog)
En mi opinión los que más han desarrollado la conciencia medioambientalista han sido los depredadores industriales: tras cada catástrofe (muchísimas en los últimos cincuenta años) han ido sembrando la experiencia en los corazones, y nada decide tanto como una pena sufrida de cerca.
El periodismo medioambiental ha aportado algo en este cambio de la conciencia consumista destructora. Pero ya conocemos sus limitaciones.
Si este año científicos y divulgadores, como Al Gore y el Panel Intergubernamental de Cambio Climatico (IPCC) de la ONU reciben el premio Nobel de la Paz por su defensa de la naturaleza global, hay que pensar que los pequeños informadores globales, los blogs, también tienen que felicitarse por ello. Y no sólo los blogs especializados en ecología.
Desde mi experiencia con estas asociaciones diría que el ecologismo tiene tres batallas tantas veces perdidas. Para mí son piedras de toque para distinguir entre el movimiento verde y los partidillos verdes o "cosas de chiquillos", como dice mi amigo Pablo Oitabén, el cuidador del bosque de Ridimoas (y presidente de su asociación).
El ecologismo termina en cosas de chiquillos cuando sueña
- convertirse en partido político
- llenar los primeros minutos y portadas de los medios
- alcanzar su destino como movimiento popular
2. los medios juegan con sus gabinetes de comunicación y desesperan a los que trabajan por difundir noticias verdes y peligros a las masas y por medios masivos
3 la gente termina viendo el "catastrofismo" de los verdes como enemigo de la industralización y el progreso y
los ecologistas de partido ven por todos lados un complejo social extendido, que llaman el efecto nimby (Not in my Back Yard: no quiero la mierda en mi patio trasero).
El efecto Nimby es una fuerte contestación social ante un beneficio en el fondo deseado, como la instalación cercana de un aeropuerto (english wikipedia). La incoherencia de las generaciones urbanas en la postindustrialización es cada día mayor. Concedo. Pero como dicen los 800.000 afectados por la nueva T-4 de Madrid-Barajas, con ella cerca enferman, no pueden vivir en una permanente campana de ruido.
Tengo por bastante razonables a mis congéneres y sé que somos cada vez más los ciudadanos con compostadores caseros y cubos para recogida selectiva de residuos en nuestros patios trasero. No los tengo debajo de la nariz, pero sé que me toca separar y reciclar hasta donde puedo.
Como cuando hace publicidad del terrorismo, el periodismo audiovisual e impreso prestan flaco favor al ecologismo cuando incitan al consumo irresponsable o ridiculizan la conciencias solidarias. En esa desinformación se genera la marea de blogs verdes que están sustituyendo la antigua función informativa que no llega a cumplir el periodismo. Y así tenemos periodismo ambiental, donde no hay periodistas y no hay ambientalistas en las empresas de comunicación.
Como el industrial inmoral de los '60, los nuevos responsables de las políticas medioambientales pueden ser los actuales depredadores del planeta: porque se autorizan gestores de residuos sin garantías, porque se admite el tráfico y la acumulación de residuos tóxicos y peligrosos, y porque se quitan los problemas del despacho con la misma soltura con que se planifica la ampliación de un aeropuerto.
De mis maravillosos años en las islas afortunadas recuerdo un dicho popular, sabio de nuevo. Corría una leyenda urbana de los informes técnicos sobre las posibles localizaciones para un aeropuerto en la isla de Tenerife. Los expertos contestaron con una cruz en el mapa. La leyenda decía: en cualquier sitio, menos donde está marcado, el único punto de la isla con nieblas, lluvias frecuentes y fuertes vientos laterales debido a los alisios y al Teide. El político de turno, no llegó a leer el faldón y ordenó que construyeran ese aeropuerto para los días impares que tenemos en bonitos parajes de Los Rodeos.
Addenda por el blog action day: en los rankigs americanos hablan de los top 35 en ecología y de Hugg, el eco-menéame (ReadWrite blog)
14 octubre 2007
periodismo medioambiental: el silencio de los diarios
Uno de los indicadores más utilizados para medir la independencia del periodismo (en cualquiera de sus formas impresas o audiovisuales), consiste en evaluar el tratamiento de las tendencias y las concepciones emergentes en una sociedad.
En concreto los asuntos de medioambiente son hoy un patrón excelente.
Por un lado tenemos la dependencia de la prensa y de los grupos de comunicación. Entre sus anunciantes y propietarios se suelen contar grupos financieros, de energía... Más difícil es encontrar ecologistas o grupos ciudadanos en los consejos de administración o en los comités editoriales.
Cuando el diario tiene cobertura autonómica, como La Voz de Galicia, la delicada información sobre salud y residuos tiene cierta cabida. De hecho, esta relativa independencia, le permite hacer campañas como la actual en la que se define como la voz de los gallegos. Sólo unos grandes depósitos de gas junto a las casas de Mugardos y con una peligrosa entrada de gigantescos gaseros en la preciosa ría de Ferrol ha sido silenciada en esta cabecera desde hace seis años hasta hace quince días. Por supuesto la televisión autonómica, de modelo gubernamental, como las televisiones españolas en Madrid, sólo habla de los molinos de viento o de la apuesta por el gas ignorando los riesgos o ilegalidades de estas descargas.
El grupo la Región, puede servir de ejemplo de la dependencia mayor en los diarios menores, en la prensa local. Años atrás se mostró poco cercano al partido socialista, pero en los últimos meses ha erigido como uno de sus adalides al Conselleiro de Medioambiente, un ex-alcalde de un pueblo ourensano. Informa de lo que éste y algún otro ourensano de pro proponen como industria y como futuro en torno a la basura, y saludan con halaracas cualquier macrovertedero, aunque ponga en peligro parajes naturales únicos como Ridimoas o el río Avia y tenga serios riesgos sociales y empresariales para una de las comarcas emblemáticas de la provincia. Pero en ésto, el grupo es de lo menos ourensano. Uno de sus diarios me pidió una colaboración en el suplemento de universidad, y como hablé de este silencio, fué censurada y no se publicó (en éste blog). Otros vecinos ourensanos y ribeiranos me han comentado censuras similares cuando se toca esos temas espinosos.
Este tipo de dilemas entre lo político-empresarial y la sociedad que les lee y da sentido a su trabajo es lo que deja como simple lección universitaria cualquier cosa que se pueda decir sobre periodismo especializado, en este caso sobre periodismo medioambiental cuando los intereses económicos autonómicos o provinciales se cruzan por medio. En estos temas-eje, en los indicadores-clave de un momento del periodismo es cuando más sentido tiene que se invente si no existe ya el periodismo ciudadano, una opción para que exista el periodismo medioambiental.
Sólo la guerra de las cadenas televisivas por la publicidad está dando cierto espacio a las denuncias ciudadanas en algunos programas donde se roza algo de información medioambiental. Pero desde luego muy lejos de la argumentación y la información que ofrecen blogs de grupos ciudadanos (comité cidadán de emerxencia, ¡fora da ría!) y redes de blogs medioambientales (temos dereito a saber, ¡sos: no ribeiro non!) como toda la red hispana de blogs de energía y medio ambiente.
En concreto los asuntos de medioambiente son hoy un patrón excelente.
Por un lado tenemos la dependencia de la prensa y de los grupos de comunicación. Entre sus anunciantes y propietarios se suelen contar grupos financieros, de energía... Más difícil es encontrar ecologistas o grupos ciudadanos en los consejos de administración o en los comités editoriales.
Cuando el diario tiene cobertura autonómica, como La Voz de Galicia, la delicada información sobre salud y residuos tiene cierta cabida. De hecho, esta relativa independencia, le permite hacer campañas como la actual en la que se define como la voz de los gallegos. Sólo unos grandes depósitos de gas junto a las casas de Mugardos y con una peligrosa entrada de gigantescos gaseros en la preciosa ría de Ferrol ha sido silenciada en esta cabecera desde hace seis años hasta hace quince días. Por supuesto la televisión autonómica, de modelo gubernamental, como las televisiones españolas en Madrid, sólo habla de los molinos de viento o de la apuesta por el gas ignorando los riesgos o ilegalidades de estas descargas.
El grupo la Región, puede servir de ejemplo de la dependencia mayor en los diarios menores, en la prensa local. Años atrás se mostró poco cercano al partido socialista, pero en los últimos meses ha erigido como uno de sus adalides al Conselleiro de Medioambiente, un ex-alcalde de un pueblo ourensano. Informa de lo que éste y algún otro ourensano de pro proponen como industria y como futuro en torno a la basura, y saludan con halaracas cualquier macrovertedero, aunque ponga en peligro parajes naturales únicos como Ridimoas o el río Avia y tenga serios riesgos sociales y empresariales para una de las comarcas emblemáticas de la provincia. Pero en ésto, el grupo es de lo menos ourensano. Uno de sus diarios me pidió una colaboración en el suplemento de universidad, y como hablé de este silencio, fué censurada y no se publicó (en éste blog). Otros vecinos ourensanos y ribeiranos me han comentado censuras similares cuando se toca esos temas espinosos.
Este tipo de dilemas entre lo político-empresarial y la sociedad que les lee y da sentido a su trabajo es lo que deja como simple lección universitaria cualquier cosa que se pueda decir sobre periodismo especializado, en este caso sobre periodismo medioambiental cuando los intereses económicos autonómicos o provinciales se cruzan por medio. En estos temas-eje, en los indicadores-clave de un momento del periodismo es cuando más sentido tiene que se invente si no existe ya el periodismo ciudadano, una opción para que exista el periodismo medioambiental.
Sólo la guerra de las cadenas televisivas por la publicidad está dando cierto espacio a las denuncias ciudadanas en algunos programas donde se roza algo de información medioambiental. Pero desde luego muy lejos de la argumentación y la información que ofrecen blogs de grupos ciudadanos (comité cidadán de emerxencia, ¡fora da ría!) y redes de blogs medioambientales (temos dereito a saber, ¡sos: no ribeiro non!) como toda la red hispana de blogs de energía y medio ambiente.
12 octubre 2007
Grados universitarios: cortos y largos
Charlaba hace unos días con un amigo magistrado sobre las carreras universitarias. Según el espíritu de Bolonia, en el Espacio Europeo de Educación Superior, todos seríamos iguales, y diplomaturas y licenciaturas quedan en un grado de igual duración y con al menos en la letra, mayor orientación profesional, si se puede ajustando más los grados a las transformaciones laborales en este continente.
Mi amigo Javier, competente y cortés se calló ante mi argumentación. Había leído algo en contrario sobre arquitectura y medicina. Días más tarde he podido comprobar que me he vuelto a equivocar siguiendo notitas y rumores académicos. La prensa confirma a mi colega y me quita las razones.
Ahora se invoca que hay decretos previos sobre la duración de la formación para los profesionales de nuestras viviendas y de nuestra salud. En eso se siguen leyes anteriores. Y con ello se me difumina el espíritu de café para todos, ese paseo general por las aulas universitarias que se decreta para los europeos. Si empezamos con las excepciones... cortado, negro, pingo, express, capuccino.
Ahora que nos asustamos más con la seguridad, también habría que ir regulando y pasar a cinco años la formación de ingenieros aeronáuticos o de puentes, farmacéuticos...y por qué no en empresas o en ciencia política. Sería ir a la causa de desastres cercanos firmados por la mano del hombre.
¿Volvemos entonces a las titulaciones de primera y de segunda? ¿A una justificación de sueldos A y sueldos B?
Nunca me gustaron los consensos por café para todos. En el caso de la universidad española perdemos títulos más mediterráneos como periodismo o farmacia, con todo su bagaje cultural, que nunca salieron del profesionalismo en la formación universitaria germana o anglosajona. En vez de ganar todos, se pierden aportaciones periféricas que enriquecerían el mapa de titulaciones y la vida social europea.
Como seguimos en el mundo del rumor, ahora periodístico, seguiremos esperando a los decretos y ordenanzas concretas. Por lo pronto, tomando algún café menos que antes.
Mi amigo Javier, competente y cortés se calló ante mi argumentación. Había leído algo en contrario sobre arquitectura y medicina. Días más tarde he podido comprobar que me he vuelto a equivocar siguiendo notitas y rumores académicos. La prensa confirma a mi colega y me quita las razones.
Ahora se invoca que hay decretos previos sobre la duración de la formación para los profesionales de nuestras viviendas y de nuestra salud. En eso se siguen leyes anteriores. Y con ello se me difumina el espíritu de café para todos, ese paseo general por las aulas universitarias que se decreta para los europeos. Si empezamos con las excepciones... cortado, negro, pingo, express, capuccino.
Ahora que nos asustamos más con la seguridad, también habría que ir regulando y pasar a cinco años la formación de ingenieros aeronáuticos o de puentes, farmacéuticos...y por qué no en empresas o en ciencia política. Sería ir a la causa de desastres cercanos firmados por la mano del hombre.
¿Volvemos entonces a las titulaciones de primera y de segunda? ¿A una justificación de sueldos A y sueldos B?
Nunca me gustaron los consensos por café para todos. En el caso de la universidad española perdemos títulos más mediterráneos como periodismo o farmacia, con todo su bagaje cultural, que nunca salieron del profesionalismo en la formación universitaria germana o anglosajona. En vez de ganar todos, se pierden aportaciones periféricas que enriquecerían el mapa de titulaciones y la vida social europea.
Como seguimos en el mundo del rumor, ahora periodístico, seguiremos esperando a los decretos y ordenanzas concretas. Por lo pronto, tomando algún café menos que antes.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)