3 tipos de lectura/interpretaci�n y sus posibles lectores (revisi�n de un esquema cl�sico)
A mi sentido com�n (y supongo que a una larga tradici�n que me ha educado) le parece que un texto se puede leer o interpretar de tres maneras muy generales: en directo, en profundidad o en versi�n libre, que es como a uno le da la gana.
1. De acuerdo, con las indicaciones que los autores y editores dejan claramente registradas en el mismo texto (copyright, manual de estilo, criterios editoriales...) se entiende el sentido directo de algo que se ha dicho o se ha dejado escrito de alg�n modo. No s� cu�ntos piensan que este sentido es el que est� ah� delante, en el papel, en la pantalla, sin m�s. Que uno lo capta en seguida, con una razonada lectura visual y literal, y ya est�: EL sentido DEL texto!
Soy m�s de la opini�n de que este tipo de textos no es frecuente, por m�s que se intenta muchas veces entre redactores de instrucciones de aparatos, o legisladores, o cient�ficos, o ...
Si hubiera una mayor�a de este tipo de lectores, tambi�n ser�an m�s claros muchos textos. Porque nuestros temas �del d�a de cada d�a� no son tan metaf�sicos, ni mist�ricos como parecen muchos textos.
2. Una lectura experta adem�s distingue asociaciones, alusiones, insinuaciones. Captamos hasta el segundo plano de los sentidos de un texto que nos resulta conocido, de tema familiar, cercano. A los ojos acostumbrados en estos textos aparece parte del tejido del contexto / cotexto: lo que matiza la l�nea argumentativa o narrativa impresa en directo con la informaci�n.
�Qui�nes interpretan as�? No los que comparten una cultura sin m�s. Sobre todo deben proceder de formaciones compatibles y seguir referencias y actualizaciones an�logas o parecidas. Como ocurre en grupos y en comunidades virtuales.
3. El tipo m�s �crata de lectura utiliza el texto como terreno de juego y de creaci�n, independientemente de los objetivos de sus autores. As� leen los cr�ticos que practican la deconstrucci�n. Pero no es algo de la �ltima vanguardia. De estos asuntos ya se hablaba cuando estaba de moda la manipulaci�n y la desinformaci�n, cuando se cuestionaba la publicidad o se subrayaban los efectos perversos de algunas interpretaciones jocosas de caros anuncios; y, en general, siempre que nos acercamos a los intereses y los valores sociales, como la libertad y la expresi�n. A todos esos grandes temas de fondo que no pueden tener un �nico horizonte de referencia para todas las �pocas; en los que no valen las mismas expresiones para todas las culturas.
En cuanto a los lectores de tipo deconstructivista, unas veces son simples ni�os, o se comportan como tales. �Pero y cu�ndo se trata de gente m�s talludita, capaz de construir o interpretar textos normativos o enunciativos, o lectores del segundo tipo, que pueden ser considerados expertos en alguna especialidad? La oscuridad o la ambig�edad constructiva o interpretativa es la marca m�s habitual de las limitaciones de los autores, de cualquier autor. S�lo que esta limitaci�n sobresale y destaca cuanto m�s nos acercamos a las bases, que al final son tambi�n los horizontes sobre nuestra condici�n y sobre lo que hacemos.
Si trasladamos estas consideraciones a una pir�mide, aparece una figura inversa a las representaciones habituales de los tipos de lectura y de los lectores del texto impreso.
En este post no aludo a nadie (conscientemente), ni me he referido en ning�n momento al hipertexto. Cuando pueda, o me atreva, lo haré.
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