Producir cultura en serie, por ejemplo en un medio de comunicación, ¿es producir cultura alientada, conocimientos y experiencias cosificados? Heinz Steinert (2003) revisa el vocabulario de Adorno y Horkheimer y Rogèrio Santos sintetiza en su blog. Como en la época de la Escuela De Frankfurt, la pregunta es si podemos seguir llamando cultura a lo que producimos en serie. Casi todas las vanguardias artísticas desde el Pop han hecho propuestas sobre estas dudas. Escribo en otro blog que el origen del concepto de industrias culturales es despectivo. Adorno encerraba altas connotaciones cuando habla de cultura. Los que hacen los medios es industial en el mal sentido de la palabra. Ocurre que la cosificación, la industrialización en las discográficas, en el cine, etc, etc... es global. El modelo de empresa viable no permite florituras culturales... Creo que a los frankfurtianos les podrían gustar las redes (incluso las comerciales), porque hay ciertos márgenes para tener controlada la alienación. Ya sé que la cultura no termina (¿empieza?) con hacer lo que te viene en gana. Pero ese puntito erótico-hedonista mantiene más lejos la muerte cosificada del producto cultural. Y además en conexión y contacto con otro/as. ¿A qué llamarían cultura hace un siglo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario