También en los JJOO, nos ponemos a prueba.
La inteligencia, la creatividad, la fuerza, el espectáculo.
Supongo que los fármacos invisibles, los pactos teloneros, los ajustes internacionales de resultados aparecerán en unos años o nunca los contarán los medios.
El diseño tiene la ventaja de quedar a la vista.
Incluso si pintamos en la pantalla fuegos artificiales para "épater les voyeurs", que ya tuvo "gracia".
Los carteles de los Juegos de la Era Moderna (en ColourLovers, vía Isopixel) arrancaron del espŕitu griego. La tipografía y el palacio de cristal (Sloterdijk) representan durante el cambio al sXX.
Luego dominan el humanismo, que se convierte en cultursimo y enseñora hasta hacerse culturista, desde el periodo de entreguerras hasta la última postguerra.
El cartel olímpico se ha vuelto abstracto y manchista desde mediados de los 60.
Un fuerte suplemento informativo han ido aportando las integraciones de diseño + información en las grandes infografías. El equipo del peruano Luis Chumpitaz destaca desde Dubai, con su mega infográfico llega el periodismo visual al muralismo (en What's Next: Innovation In de Juan Antonio Giner)
El mapa de las medallas olímpicas se actualiza en el sobrio pero efectivo infográfico del NYT (vía Sergio M Mahugo, e-Galeradas)
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