Agradezco la invitación de la Universidade de Minho para reflexionar junto a otros profesores y doctorandos portugueses sobre explicar y comprender en la investigación digital. Como en otros casos creo que tengo poco que enseñar a investigadoras y doctores más avezados y atentos a las lides acreditativas. Pero aprovecharé para exponer qué parece cercano o lejano sobre aquel nuevo mundo que teóricos digitales y de las redes sociales apuntaron en libros, más que en blogs, durante más de veinte años.
Empezando por el explicar, con métodos de las ciencias de la naturaleza, seguimos estudiando fuentes, canales y discursos dominantes como si el hipermedia fuera otra más, la última y más evolucionada forma de escritura. ¿Llegamos a noolítico que anunció Pierre Lévy, a las sociedades de conocimientos como han repetido más otros? La escritura, con la contabilidad, favoreció las ciudades, pero los grandes portales han generado servicios, vivencias, pero comunidades... Cierto que el discurso alternativo que no había tenido mucha visibilidad en los medios de comunicación, como ocurrió con la escritura frente a los discursos gubernamentales. Sí se han generado primaveras, #occupy's, acampadas... de multitudinarios movimientos sociales digitalmente conectados.
La ciencia de la comunicación, desde la dialéctica platónica a su formulación moderna, ha relacionado con el poder y con la tecnología los géneros y las formas apropiadas de comunicación. Con un innegable efecto en la formación de opiniones públicas colaborando en el mantenimiento de instituciones. Si seguimos investigando discursos dominantes con categorías clásicas sostendremos una ciencia de los medios o de la publicidad en un mundo en el que cada vez son menos creídos, y menos vistos, también.
Como científicos de la comunicación aún debemos una iconografía a nuestra disciplina. Ampliando el territorio de la construcción de imágenes del contexto artístico a las masivos vídeos, fotografías, gif's, infografías... podemos ver la participación personal en la construcción de eventos masivos y de imaginarios colectivos.
No hemos acertado a explicar, quizá porque la comunicación carece de leyes como tampoco la naturaleza. Pero revistas y congresos desconfían del comprender. La hermenéutica de la comunicación, la retórica y las formas como compartimos e interpretamos sentidos e imágenes se critica como investigación cualitativa. ¿Pero no venía Bolonia #EEES ha establecer cánones y estándares de calidad universidaria? La calidad en la comunicación escapa a análisis y métricas de contenidos. Son las diferencias en las perspectivas las que enriquecen la conversación digital. Una interacción colectiva que debería mostrar que las multitudes pueden ser inteligentes, que las competencias digitales nos hacen más competentes y preparados para los rápidos cambios de sociedades y culturas tecnológicamente mediadas.
Apenas hemos apuntado una iconología, un adecuado tratamiento académico de los símbolos, imágenes de proyectos, congregadores de comunidades, amplificadores de movimientos transnacionales y transcorporativos.
No llegamos a explicar lo que debimos prever. Nos cuesta comprender que estamos en un estadio oral anterior a la ciudad y a la instauración de jerarquías. Pero no renunciemos a la acción, a la originalidad y transferencia social desde la investigación digital. La racionalidad, insuficiente y cegata no pudo fundar adecuadamente la modernidad que se desmorona. Podemos recuperar apertura, transparencia y el resto de cualidades de la oralidad durante el paleolílico, durante muchos siglos antes de la escritura. La cooperación abierta, debe construir obras colectivas, monumentos del procomún para completar los espacios educativos y culturales que las industrias de la escritura abandonaron. Esta poética, completaría de forma eficiente y activa una investigación conectada son las sociedades que amparan nuestros edificios. En estas décadas de internet y de redes sociales hemos comenzado las obras del procomún. El mayor déficit es poético - innovador. Apenas hay investigación comprensiva e interpretativa de las comunidades virtuales y de su comunicación. Sin llegar a ser explicativa, parece que resumimos la ciencia de la comunicación en esos papers analíticos y de tradición newtoniana en torno a los discursos y sus textos.
Desde este título he querido esbozar un posible camino de la investigación socio-digital: mejorando primero las métricas y la analítica de la dialéctica, que no sólo verse sobre discursos institucionales sino también sociales y ciudadanos. Continuando en otro nivel está la investigación retórica abierta a las variadas formas y así como al nacimiento de sentidos y la formación de comunidades por la interacción. La joya de la corona se esconde en el título, investigación - acción, socialmente comprometida con este crítico cierre de la modernidad, culmina en una poética operativa el tercer estadio con signo de eficiencia: en una transferencia social que acelere y facilite la renovación institucional; una de las demandas globales más repetidas en todas las lenguas. Y entre el resto de instituciones la universidad merece ser conservada y transformada sólo como institución holística y comprehensiva, con capacidad de proyectar futuros viables y sostenibles. Lejos desde luego de la fábrica de títulos para profesionales medios y de aspirantes a profesores que nunca debió ser.