El discurso cient�fico se acepta como m�s preciso en la comunidad a la que se destina, y por la influencia de sus miembros.
La precisi�n del discurso de ciencia ha sido comentada enre otros por Fernando Contreras (Raz�n y palabra junio julio 2002).
"La idea de comunidad frente a la informaci�n no es nueva. Pierce, Morris o el propio Eco ya hablan de comunidades "interpretantes". La interpretaci�n de un texto es abierta, porque los individuos producen de sus lecturas significados y sentidos distintos. Sin embargo, aunque las lecturas presentan un n�mero ilimitado de posibilidades -cabr�a pensar que tantas como individuos haya- lo que realmente surge, es un n�mero limitado de interpretaciones debido al consenso aceptado por individuos que forman comunidades interpretantes.
Generalmente se ha considerado que el discurso cient�fico que aparece en la prensa escrita tradicional posibilita una interpretaci�n predeterminada por la intenci�n del emisor y que no se complica con exquisiteces ling��sticas, lo que no equivale a decir que est� ausente de belleza, sino que no se distingue por un uso frecuente de lenguaje rebuscado, ya que su intenci�n general es ser preciso y directo. Por tanto, se ha dicho que el discurso cient�fico en la prensa escrita se ha distinguido siempre por su sentido recto, y su transparencia, pero estos presupuestos se tambalean ante la demoledora movilidad del tejido textual de la prensa digital , lo que permite un nuevo sentido en el tratamiento del discurso cient�fico en este tipo de publicaciones."
Independientemente, unas conclusiones igualmente verdaderas, alcanzan mayor universalidad cuanto m�s multimedia consigue ser la expresi�n de esa ciencia.
El car�cter multimedia del discurso cient�fico es uno de los temas en los que m�s ha insistido Jay Lemke. Entre los cient�ficos, f�rmulas, tablas, y gr�fos se llevan tan bien con los textos porque las conclusiones tienen que consiguir el mayor alcance posible.
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