08 marzo 2007

interpelación e interactividad

Creo que Louis Althusser dice que la ideología es la que recluta individuos y los convierte en sujetos. Diferenciándonos de los otros, de los que nos precedieron, asumimos un perfil colectivo, el que corresponde a nuestro grupo o generación. Con la identidad que ganamos como sujetos perdemos nuestra individualidad. A esta relación la llama interpelación. (La ideología interpela a los sujetos como individuos en Acerca de la reproducción de las condiciones de producción, 1969)

Interpelación en términos coloquiales es dirigirnos a otros, llamar su atención para comunicarnos. En el parlamento es pedir explicaciones, normalmente al que manda. Pero es la interpelación althusseriana la que inspira a Lev Manovich para explicar la interacción, o mejor, lo que hacemos al seguir unos clicks sugeridos en un hipertexto. En el lenguaje de los nuevos medios (2001, 2005 en castellano, pag. 109) dice que seguir los enlaces inicia el camino de convertirnos al pensamiento del otro. Ya se sabe que Manovich tampoco considera tan nuevos, tan innovadores los que llamamos nuevos medios. En su opinión siguen la narratividad del cine o la de la televisión, sólo que sumando relatos. Poniendo sus bases de documentos a disposición de los programadores y de los espectadores. Esto, pero de verdad, es la interacción en red.

Quizá sea algo excesiva considerar la navegación como esa transformación en sujetos. Un aspecto de nuestra "identidad digital" es que se hace más pública, más común. Adquirimos un nombre (o aka) por el que somos interpelados. Y la evolución de esta identidad tiene que ver con nuestras "lecturas" y enlaces. Pero no me veo capaz de construir la ideología resultante. Estas "simples" formas no tienen porqué ser responsables de contenidos. Y menos aún constituyentes de un contenido grupal o generacional que estructure a los interconectados, a los más activamente interactivos.

Otra lectura interesante podría ser Los mecanismos psíquicos del poder, Teorías de la sujeción de Judith P. Butler (Google Books)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dudo que seguir los enlaces inicie el camino de convertirnos al pensamiento del otro, sino más bien a conocer las fuentes del pensamiento del otro, a saber con que materiales construye su pensamiento y por tanto su consistencia; si existe un interés o una somera adecuación a los pensamientos propios es posible que la conversión se produzca. Sin embargo, también existe la posibilidad de que los enlaces se sigan con un interés de realizar una desconversión.
Tampoco nos convierte en sujetos dado que debemos serlo de antemano para realizar la acción de seguir los enlaces e incluso la acción de no seguirlos.

ComuniSfera dijo...

Pues no, navegar no nos afilia.
Como mirar o escuchar no nos enamora, pero sin eso es difícil que nos demos cuenta de que hay alguien, un otro.
Diferimos en la solidez de la identidad. Entiendo la comunicación como un dar con sorpresa, porque no puedo controlar, ni estar seguro a dónde voy a llegar. Y esos proyectos, fracasos o consecuciones también forman parte de mí. Al menos durante un tiempo.
Balances o evaluaciones generales de identidad sólo se pueden hacer desde una posición exenta. Y no creo que estén a nuestro alcance. Sobre el desencuentro, o la percepción de la diferencia con otros tampoco me parece absoluta. Me parece difícil, el desacuerdo, la desconversión general.