A pocos meses para que termine el plazo para presentar tesis de
doctorado según anteriores legislaciones (el R. D. 99/2011 extingue
en 2016 los anteriores), es preciso presentar para su corrección el
inicio contextual y teórico que suele ocupar una tercera parte del
trabajo académico final en doctorado. No todas las tesis tienen los
mismos plazos ni son iguales en esta partes introductorias. Desde mi
experiencia reciente y para simplificar las frecuentes conversaciones
sobre la cuestión expongo mi parecer sobre los capítulos iniciales
en tres tipos de investigaciones doctorales en comunicación: la
funcionalista, la interrelacional y la interpretativa-proyectiva. Una
simplificación, claro, pero pretende ser más respetuosa que los
armazones informáticos y legislativos al uso con esta tres grandes
opciones investigadoras para la comunicación.
Empiezo por la tesis analítica. Para este tipo de tesis doctoral,
los capítulos iniciales enfocan un campo de comunicación en el que
se pretende observar y consignar el alcance y la variedad de efectos,
más o menos limitados que producen unas fuentes informativas en y a
través de unos concretos medios de comunicación. Coincide que la
mayor parte de los estudios en esta disciplina de la comunicación
son tesis explicativas, y suelen usar técnicas de content
analysis, agenda setting o framing... Como cada vez recurrimos
más a buscadores y aplicaciones informáticas para el proceso y para
la visualización de datos y de resultados es necesario especificar
la perspectiva de criterios y de categorías con que se definen y
seleccionan los datos.
Las teorías funcionalistas de los comunicólogos del siglo pasado
prestan cierta cobertura nocional, pero no supusieron la comunicación
digital globalmente conectada ni el proceso de Big Data. Mantener
autoría en la investigación implica que las referencias clásicas
sean coherentes con el instrumental estadístico utilizado.
GANNT de plazos de tesis doctorales para planes en extinción (anteriores a R. D. 99/2011)
Con respecto a la parte inicial de tesis doctorales de tipo relacional se da el conocido dilema entre extensión y profundidad. Cuanto más amplio es el campo en perspectivas interrelacionales de la comunicación menos pueden profundizar estos estudios en las complejas interacciones que conectan a interlocutores, comunidades o públicos. Debe quedar claro si un estudio de recepción o de públicos investiga el alcance recibido y cuánto se interesa por la interacción desencadenada en la comunicación. Y según el foco debe integrarse en investigaciones interpersonales, retóricas y de diálogo en grupos o comunidades, o bien en trabajos sobre gatekeepers e influenciadores en información masiva con amplias respuestas públicas.
Aunque los trabajos recepcionistas no han sido los más abundantes en la disciplina de la comunicación, sí muestran el cansancio institucional y las rutinas mediáticas que pierden interés en las prácticas de movimientos sociales y en las ciudadanías contemporáneas. En el contexto digital no sirven las teorías interaccionista y conectivista formuladas el siglo pasado. Parte de la renovación teórica de los estudios de procesos y relaciones en la comunicación se ha amparado en contextos críticos y de investigación alternativa. Sin embargo adolecen de lastres ideológicos similares al pragmatismo funcionalista. Por lo que resulta urgente una mirada respetuosa y formada en el pasado, pero lo suficientemente limpia como para reconocer la peculiaridad e idiosincrasia de la interacción tecnológicamente medida en un entorno conectado por poderosas plataformas, pero en las que se manifiestan respuestas globales.
Por fin, la parte inicial de una tesis interpretativa, o que
pretenda ser exploratoria, puede ser algo más larga y densa que las
perspectivas investigadoras anteriores. Más motivo para que la
dirección cuente con tiempo suficiente. Piensa que necesita aclarar,
corregir o encaminar este trabajo intelectual, que puede ser hoy de
los más urgente a pesar de no parecer importante. Como el texto
introductorio y teórico entra mal en las plataformas y en los
artículos académicos en sus más extendidos formatos, puede exigir
más revisiones para ajustarse a las palabras y espacios autorizados
por la industria universitaria.
Y es que una investigación comprensiva y proyectiva puede
terminar fuera de las fronteras disciplinares de un estudio clásico
de comunicación, y las más de las veces llega a otros derroteros.
En la parte contextual y de diseño de este tipo de trabajo conviene
explicar que aspira a dialogar con la investigación psicológica,
que pretende aportar a estudios antropológico-culturales, que espera
adentrarse en territorios sociológicos, etc. Cuanto más
hermenéutico se proponga un proyecto más comprensible resulta que
la comunicación sea transversal a distintas áreas también técnicas
y científicas. Pero no hay que olvidar que se está haciendo un
importante tipo de ciencia que nada tiene que ver con ese modelo
universalizado de ciencia hipotético-deductiva entronizado por la
modernidad.
Es inherente a un trabajo interpretativo recuperar teorías
clásicas con perspectivas aún ilustrativas, pero ninguna de ellas
prevé la crisis institucional del estado social del bienestar como
tampoco la digitalización. Un sincretismo de fragmentos teóricos si
no alcanza ser congruente y coherente no se justifica ni en nombre de
la postmodernidad. Urgen revisiones y teorías de la comunicación
ampliadas a lo digital. Mejor si los pasos que aportamos construyen
un conocimiento colectivo con perspectiva de futuro. La universidad
no se encuentra en sus mejores momentos. Y las sucesivas tormentas
legislativas no le están viniendo nada bien. Así que aprovechemos
estos meses que nos quedan de los antiguos doctorados para defender
trabajos humanos, pero dignos.
Si has llegado hasta aquí puede que te interese lo que comentaba
en Las
partes de la tesis.
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