Twitter es una plataforma digital. Así que cualquier referencia a su pasado debe señalar la situación tecnológica en que se encontraba. Es bien conocido que nos acostumbramos con facilidad a los prototipos en beta. Pero en los primeros años la ballena de los tuits se ponía a volar (quedaba colgada por horas o incluso por días) con cualquier globalización de la atención. Empezamos a considerar el tuit algo más estable desde que se mantuvo durante las primeras elecciones de Obama. La red de esos años era Facebook y tuitear en esos años, por ejemplo, no estaba a la altura de la primera red social. Aunque la verdad es que ninguna de las dos tenía un buen buscador interno y tampoco parecía que les hiciera mucha falta. Tecnologías para el LifeStreaming se decían. Nadie pensaba en el LifeRemaining.
Pegado a lo digital según su estado de desarrollo está que una plataforma es tecnosocial. Los usuarios determinamos con nuestros usos masivos las formas, que en este caso adquiere Twitter. Al principio el chorro de tuits cantaba en el frikismo del bloguerío tecnológico, y los probadores más viejos veíamos un chat raro. Son años en los que no le dimos importancia a un inmenso discurso heterogéneo que se desvanecía sólo. Cuando años después llegó la muchada procedente de Tuenti en su migración hacia WhatsApp, Instagram, Snapchat.... El aluvión se convirtió en patio, multipatio, patio global o como se quiera. Citar un tuit no se nos planteó en estos tiempos, al menos con inminente urgencia académica.
Casi cada dos años han cambiado los usos masivos de Facebook desde el desconocido anuario de universitarios pijos, la red social de la juventud, la plataforma internacional, el archivador de páginas de grupos o empresas o, desde su salida a bolsa la canalización recomendada de ofertas y noticias, las acciones y eventos locales, etc. Twitter no ha tenido unas oleadas sociales tan marcadas, pero un tuit de hace cuatro años era menos público y visible; se dirigía a un grupo -en general conocido- también menor a los seguidores actuales de las cuentas personales. Tuiterotequea si quieres, pero recuerda las pocas peras del árbol de ayer que pones hoy junto a la montaña de manzanas transgénicas.
Como lo cortés no quita lo valiente y reconociendo la valiosa juventud de las redes sociales en internet, es palmario que en cuanto se socializan del todo, antes de llegar Facebook a ser el primer país del mundo, reproducen masivamente los discursos sociales también más conocidos y dominantes. Las redes sociales somos personas y en nosotros han incidido la escuela y las demás industrias culturales para socializarnos en los colores ideológicos aceptados del momento. Esto permite pasar de la calle a Twitter o a un programa de televisión generalista sin percibir casi cambios de umbral. Los discursos institucionales de las grandes burocracias, los de las modas globales como los discursos conservadores y socialdemócratas de los turnismos gobernantes no nacieron en Twitter. De eso no tiene la culpa. Al gusto del protocolo electoral se tuitea basura aunque haya que rebuscarla en la Tuiteroteca de un Twitter que ya se fué.
@pedripol |
Estoy muy sinceramente convencido de que en un futuro mejoraremos nuestra apertura mental y la capacidad de conversar y comunicarnos. Las redes sociales ya nos han servido para algo de eso. En ese nuevo estadío investigaremos en la tuiteroteca de dónde procedían las mejores ideas, los mejores proyectos que facilitaron la sustancial mejora y renovación desde las pirámides jerárquicas monocromáticas hasta formas societarias mas abiertas, transparentes, procomunes y extitucionales.
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