Para las organizaciones y para la profesión de comunicación en general, en el corazón del mandato principal late una triple exigencia de:
- conseguir que la identidad y renovación de organizaciones llegue a su imagen corporativa
- responsabilidad y reconocimiento de la mejora en valores en la reputación de los públicos, y,
- desarrollo de culturas cooperativas con entornos y grupos de interés.
Si tuviera que alinear con Melbourne una síntesis de mi repaso a las más de 150 páginas del Anuario de la Comunicación 2014 diría que el primer nivel profesional de la comunicación implica
- conocer la organización y sus entornos como para participar activamente en la orientación y redefinición estratégica, en la misión y la visión corporativas,
- asumir responsabilidades corporativas y funciones directivas internas alineando publicaciones y contenidos corporativos con la conversación entre la organización y sus entornos en cada periodo,
- participar activamente y con aportaciones relevantes en los debates sociales en torno a cuestiones del sector con alcance corporativo evaluando además los discursos críticos
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