Los fabricantes de cualquier cosa llevan siglos pasando tests para probar si un prototipo funciona. Desde 1990 viene Jacob Nielsen aconsejando y actualizando sus principios para la inspecci�n de sedes web. Dentro de esa tradici�n tecnol�gica de la industria, hay que entender el origen de la evaluaci�n por expertos, heur�stica, y la usabilidad, condiciones y facilidad de manejo de los prototipos web. Una inmensa webibliograf�a ampara la disciplina HCI, que pretende centrar el dise�o y el desarrollo web en los usuarios (HCI Resources). Una navegaci�n circular introductoria en Information & Design nos puede explicar lo que se hace en �ste an�lisis y evaluaci�n.
Como las clasificaciones para la investigaci�n y evaluaci�n de objetos industriales las de Keith Instone , o la de James Hom 1996 se centran en un perpectiva de tecnolog�a �til pro usuario. La de Hom, traducida por Alejandro Flor�a, en Entrel�nea 2000, rodea la evaluaci�n de la usabilidad de otras t�cnicas aplicables a recursos web y constituye un referente en la inspecci�n en el entorno hispanohablante. En un tono m�s did�ctico se puede leer el programa para la realizaci�n de heur�sticos de la Universitat Oberta de Catalunya (pdf en catal�n).
Cuanto m�s exigentes sean los objetivos de calidad en contenidos y en servicios web, m�s se ir�n alejando de la evaluaci�n de la competencia funcional del soporte. La gu�a de evaluaci�n de IST de Tecnolog�a y Servicios Inform�ticos en el Tecnol�gico Instituto de Mass., detalla aspectos de contenidos y de visualizaci�n m�s all� de una evaluaci�n tecnol�gica e incluso de una evaluaci�n de funcionalidad.
Como ocurri� en los criterios para jurados de festivales de sedes web, las perspectivas de contenido y de dise�o han ido ganando importancia en la evaluaci�n, no s�lo para la informaci�n sino tambi�n para evaluar las prestaciones eficaces en las sedes.
Desde hace a�os los evaluadores vienen fij�ndose cada vez m�s en aspectos de gesti�n y visualizaci�n de la informaci�n, como se nota en algunos �ndices de la gu�a para la evaluaci�n experta (pdf), de Joaqu�n M�rquez Correa o en la gu�a de evaluaci�n heur�stica de sitios web (Hassan y Mart�n 2003) en No solo usabilidad. De todas formas se echa en falta un desarrollo un poco m�s perfilado de �ndices formales, que concreten la visualizaci�n y la dimensi�n est�tica de la informaci�n y los servicios en las sedes.
Cuanto m�s se aproxime la evaluaci�n al usuario, m�s nos adentramos en otros territorios de evaluaci�n cognitiva, como se�alaba Eduardo Manch�n en Ainda y ahora describe en Alzado.
Nuestra com�n colega Gloria G�mez Diago insiste en la perspectiva comunicativa que han seguido los evaluadores de recursos web, con especial atenci�n en las listas de las bibliotecas, con criterios cienciom�tricos de autoridades y de calidad de contenido, o criterios simplemente informacionales desde indicadores de producci�n y frecuencia, sindicaci�n de contenidos o enlaces inversos.
Otras relaciones m�s lejanas con la evaluaci�n que se practica podr�a alcanzar la evaluaci�n de conocimientos o destrezas adquiridas en la navegaci�n , vecina de la evaluaci�n del aprendizaje en el e-learning, que vuelve a referirse a sentidos recientes de la experiencia de usuario (P. Morville).
Pero es que entonces, y siguiendo esta direcci�n, ya no estamos en la evaluaci�n de la previsible funcionalidad del prototipo. Por este bello y complejo bucle hemos alcanzado una evaluaci�n de la utilidad real, de las opiniones, de la satisfacci�n o no de la experiencia navegadora. No cabe duda de que es informaci�n relevante para la gesti�n o el redise�o de una sede, pero se ha demarcado de la consideraci�n por los expertos de una posible usabilidad a una encuesta o evaluaci�n social de todas las dimensiones informativas y operativas de las sedes en la Red.
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