04 marzo 2005

Redise�o de diarios digitales

No dir� que Joi Ito tiene mal ojo. Con previsiones que avanz� en los �ltimos a�os se pueden ampliar las listas de est�ndares en Internet. Se cumplen.
Del NY Times aventura que solucionar� eso de pasar a archivo (de pago) lo que edita en acceco p�blico abierto durante una semana. Si enlazas, a los siete d�as perdiste el v�nculo. Y la noticia se queda sin sus glosas, sus comentarios. Si quieren mantener las expectativas de los usuarios sobre la informaci�n en red, la fijaci�n o permanencia del enlace se ha de resolver pronto. Si de paso seleccionara algo m�s entre los 150 enlaces que suelen abrir su portada...(Las soluciones planteas escollos en la definici�n del modelo digital de los diarios, pero eso es otro asunto)
Enrique Dans amplia este redise�o del NY Times a otros signos previsibles de un nuevo periodismo digital:
- enlaces permanentes para los archivos imprimibles (pdf) que se prefieren para mostra el cotexto y paratexto con su dise�o,
- trackbacks para seguir la secuencia de las citas del documento en blogs y otras sedes,
- sindicaci�n de contenidos de bit�coras asumida bajo la perspectiva editorial de cada diario,..

La tendencia es clara y las acciones concretas pueden ser m�s o menos pr�ximas. Pero contando con las (pocas) excepciones, al menos en Espa�a, de una gesti�n editorial consciente de la nueva configuraci�n del espacio comunicativo p�blico (M. Fontcuberta 2003) creado desde la Red, no soy tan optimista sobre su impantaci�n. Y ya no por su implicaci�n en la cuesti�n del dinero y los modelos de negocio. Si no sobre todo, por la brecha digital mental ("la Internet enemiga") que parecen sufrir los gestores de empresas de comunicaci�n y una buena parte de los colectivos period�sticos profesionales.

Tanto en la reflexi�n sobre la propia experiencia profesional de los periodistas como en la formaci�n universitaria que se d� a futuros informadores, deber�a irse aclarando c�mo entendemos y queremos la informaci�n muchos, cada vez m�s, de esos que formamos parte del p�blico lector y que no debemos salir mucho en las estad�sticas de la gesti�n editorial.

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