Me llega por Tíscar Lara la inversión de la clase pasiva a las actividades en el aula.
Esta clase al revés no es una mala versión gráfica, The Filpped Classroom.
También nos afecta a los universitarios si las competencia pasan a ser importantes entre nuestros objetivos formativos.
Hasta ahora se potenciaba en el profesor competencias académicas de tipo nocional y documentalista.
Ahora se pide que seamos enseñantes de profesionales.
Y no vale con que consigamos desarrollar destrezas y habilidades de los antiguos profesionales. En los grados más demandados, lo que se nos pide es que seamos buenos formadores para expertos que en unos años quizá sean reconocidos como profesionales: y puedan pedir un sueldo digno y demás derechos.
Espero que los legisladores tomen el mismo desayuno que los profesores de grado universitario y que para dentro de un par de años tengamos los estatutos y los colegios de estas nuevas profesiones
enlace a la infografía
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