29 diciembre 2015

marca personal en investigación, que también es social

Creo que mi década larga de vivencias en redes sociales me sesga hacia la utopía tecnológica, que en ningún caso creo que esté ni cercana. Pero escribo mis particulares opiniones ya que solicitan algo básico sobre divulgación en redes sociales de marca personal para investigadoras/es en comunicación. Es pues un posteo sobre el futuro próximo de las redes sociales para investigadoras como me gustaría. Si a alguien le sugiere, es lo que pretende.
Se alarga la transición entre instituciones y contextos formales hacia hibridaciones con contextos informales y discursos líquidos. Bajo la demanda por algo básico percibo (¿con motivo?) aires de añoranza. Como si nos gustaran más las bases serenas del paisaje desde una roca editorial en el río académico. No sentimos base nadando acomodados a nuevos y efímeros medios en acuíferos y cauces alternativos de otras posibles ciencias. Para mi generación y los mayores que no aceptan terremoto científico alguno, sólo se trata de hacer divulgación científica 2.0 de una ciencia que en definitiva y "como debe ser" sólo es 1.0 (con perdón por recurrir a tópicos manidos).

The Wire, chart 2014
Consciente de la posible infección utópica en mi inmerso punto de vista, sostengo que una marca personal, de una persona investigadora, bien comunicada en redes sociales -cuando menos- se está alejando de academia, industria, revistas y grupos de investigación tradicionales, los "de toda la vida y como siempre fueron". Un jefe clásico de investigación, un catedrático a la vieja usanza, no valora ni permite la marca personal para una futura investigadora. A lo sumo concede que haya marcas dependientes de doctorandas nutriendo su periódica y formal vida investigadora. 

Rellenar perfiles personales en sucesivas plataformas digitales cerradas, o directamente patrocinadas por el viejo mercado de patentes y las agencias de calidad, parecerá todo lo digital que se quiera. Pero desde luego no encara los retos que nuestro tiempo plantea a la universidad pública como universidad abierta a problemas ecológicos y sociales de primer orden. Mientras en esas redes falten conversaciones sobre conocimientos y experiencias relacionadas con lo importante  apenas aportan comunicación interpersonal ocasional a la relación de méritos del universitario medio. Claro que se pueden puedan usar con prácticas más incisivas y más sociales Academia.edu y las redes especializadas o incluso LinkedIn y las redes de perfiles profesionales. Sin embargo desde mi navegación sigo encontrando más público y más social lo que se comparte y se comenta (no los "me gusta") en Facebook, o bien lo que se responde y se menciona en Twitter (no los RT, FAV-Like).

Cada una/o tendremos nuestra idea de lo que está cambiando la sociedad contemporánea. Desde mi experiencia las tecnologías que usamos en investigación-divulgación afectan tanto al contexto como a las formas. Los mejores sentidos de la ciencia piden sea más abierta, más inclusiva, más transparente, más conectada..., eso que simplifica lo “2.0” como “social”. 
La conexión digital de lo personal nos obliga a una visibilidad que muestre justo esa disposición a colaborar, qué intereses nos llaman, dónde nos vemos más capacitada/os. Creo que en este escenario es relevante que cada vez menos investigadora/es quepan en unos convergentes clústeres industriales y en una institución universitaria que se recorta. 
No sé cuántos compartirán que la vida académica se desplaza hacia hubs abiertos: labs, talleres, cocinas, plazas... urbanas o aldeanas. En común con la academia clásica tienen su preocupación por demandas sociales, pero las pretenden resolver antes y desde más cerca. Apenas exigen justificación alguna de los motivos de sus investigaciones; no se discute la rápida publicación por la importancia y la urgencia de asuntos que no son de camarilla ni reproducciones.
Con un fuerte radar social, entiendo que la marca personal investigadora, no puede abandonar alguna dedicación semanal o quincenal para mantener una web raíz y el posteo sostenido para que conozcamos la expresión de cada identidad individual. No encuentro grandes ganancias en las pestañas o páginas web del sitio de autor que apenas han cambiado los apartados de currícula vitae impresos. Un uso algo más sincero y frecuente del blog académico, además de imagen de unos intereses, de mostrar lo que tenemos entre manos y custodiamos, es ocasión para implicarnos en viajes que no pensamos, en agendas inesperadas.

La experiencia digital no tiene por qué terminar en rutinas egoístas. Una de la diferencias más perceptibles en la ciencia actual -como en la mejor ciencia de todos los tiempos- es su voluntad de hacer una transferencia real, de favorecer la necesaria innovación social. Más que el posteo vanidoso encuentro que destaca la comunicación de pálpitos, las dudas sobre borradores, las sugerencias en proyectos cercanos. Evitar en definitiva perder energías y tiempos con diseños, bases o tratamientos investigadores desorientados. En abierto otros pueden mejorar y corregirlo en eso consiste la divulgación desde sus raíz, la investigación, que por ser comunicada desde su germen, se puede llamar básica, pero también radical.
The Swell Season Gig Poster
Soy consciente de que aún es mayoritario en blogs académicos, un posteo más informativo, pegado a lo curricular, tan frío como el tuiteo de noticias por diarios. ¡Que poco evolucionan esos párrafos con respecto al libro, al artículo o incluso con respecto a la tablilla del escriba egipcio! ¿En una sociedad postindustrial se puede admitir como una comunicación científica que se limita a la escritura formal?
Los padres de la ciencia y los inventores de la escritura manejaban el entorno natural, el gesto, lo visual... como se puede hacer de modo parecido en la comunicación digital. Pero no lo considera ni lo incluye la escritura académica de la modernidad.  Reproducir las limitaciones gutemberianas en la galaxia digital impone a la marca personal una castración multimedial que no sólo tiene consecuencias estéticas. Además limita el alcance y la comprensión de nuestros lectores. Los símbolos más formales, como por ejemplo, las fórmulas y las encumbradas estadísticas están haciendo un BIG DATA de las palabras. Pero poco parecen tener de NEW DATA. Resultados de otro tipos de informaciones emanadas de conocimientos dinámicos y conectados. 

Símbolos más emocionales y artísticos apuntan agrupaciones y movimientos en los que la investigación cada vez tendrá más parte y lugares propios. No tiene sentido reproducir las rutinas competitivas y los rankings de la caduca estructura institucional. La marca es personal. Pero no por egoblogging, por  una absurda diferencia de individualidades cada vez más indefensas ante el sistema universitario e investigador institucional. La personalidad de una marca investigadora en comunicación es grupal y tribal en su entorno y plasmándose en objetos y realidades próximas. Permite reconocer la generosidad y la aportación insustituible de quien se implica en proyectos sociales y de transformación. Una persona que con otras diseñan y construyen un procomún que sustituye y recambia las formas de hacer ciencia y comunicarla en redes sociales móviles y conectadas. En una ciencia que con la comunicación cambia como nuestra vida misma. Y de la que algo de esto queda entre nuestros restos digitales.  

18 diciembre 2015

El portafolio, web y blog de la marca personal

Daniel_Martí-Portfolio



Alumnas del festival universitario We Are Ads graban algunas ideas sobre el portafolio profesional: 

un currículum estático y actualizado de vez en cuando que debe ser localizable desde buscador,

y posts o actualizaciones que muestran la dirección que queremos dar a nuestro futuro, con ejemplos, recomendaciones y frecuentes referencias a colegas y proyectos de interés.

El portafolio profesional en web y redes sociales muestra algunos rasgos de la imagen y el talento de una profesional.

08 diciembre 2015

los debates sólo se abren cuando salen de los platós

Las redes sociales aportan conversación pública. Se nota en campaña electoral. La iconografía de las televisiones principales y de los grandes partidos políticos ya no puede controlar tanto la conversación pública. En el mismo visionado del debate se estaba expandiendo hacia interpretaciones no dirigidas, hablaban muy diferentes iconologías de una misma retransmisión.
Un debate entre candidatos a presidente se define como un diálogo entre visiones del mundo. Luego no es para tanto. Se discute mucho, se nota que algunos discursos se comparten en la mente de todos los candidatos. El contexto y telón de fondo de un debate electoral dice algo como que las cosas tienen que ser así. Que la modernidad y la civilización que nos hemos dado sólo se diferencia en la carga de impuestos que nos van a imponer. Unos mucho por cómo está la economía y otros sólo bastante porque tampoco vamos a salirnos del sistema. 
visualizar discursos y contextos
Se comparten discursos globales, como el económico, y silencios globales como las gran crisis de refugiados y medioambiental que empeoran. Si realmente coincidimos en que el planeta está en peligro ¿porqué debemos repetir costumbres tóxicas?
Además del macroeconómico, otros contextos se suelen considerar objetivos o fijos en este tipo de discursos: el institucional y el del cambio. En los debates unos se van y otros renuevan el sistema. En la casi una década de crisis está más que justificada la duda sobre la salud de nuestras instituciones. Como machotas y supervivientes están ahí las pensiones, el servicio de salud, la educación... Si los del discurso del cambio tuvieran proyectos tendríamos que ver cómo anticipan sus proyectos, si empezamos a compartir los símbolos que nos proponen. Proponer lo nuevo cuesta bastante más en un debate que defender la experiencia y haber hecho lo correcto. Por lo menos hay que intentar emocionar, abrir un poco los sentimientos para entre alguna luz de las posibilidades para las que cuentan con nosotros.
Las redes sociales han concretado tanta imprecisión, y se han cebado en los comprensibles errores. Completan los silencios y las ausencia menos justificadas. Detallan el buenismo en sus consecuencias para la vida de los barrios, de los ciudadanos de calle. No hay turnos tasados de palabra. Y la muchachada aprovecha hasta la última gota de imaginación memética. La sonrisa llega a carcajada en el acto sublime de recepción electoral televisada. A veces con pocos minutos de diferencia el arte del cartel y del vine llegan a contesta lo que la periodista no pregunta y el candidato calla. Conocemos la interpretación. Y como buenos críticos sabemos cuando es falsete y cuando no llega al Do prometido.