Pero el plan de comunicación, de socialmedia, de marketing (o como más guste) es un eje, no un protocolo encorsetado. No puede deshumanizar nuestras intervenciones en los distintos canales de las redes sociales. De hecho ceñirse al guión por este mal entendido productor de contenidos o community manager es el otro extremo. Se fija claro como defecto de orientación, falto de sensibilidad y de comunicación con públicos ya hable en persona o como organización.
¿Cuál es entonces la vía media de la comunicación entre el #digoloquemepeta de la marca liberada y el plasta que confundió la cuenta con un tablón de anuncios?
Más cerca del protocolo corporativo sugería Beatriz Aguilar (@smblog_ es) un calendario de publicaciones (otros planes SM).
Del lado de la espontaneidad podemos recoger por ejemplo la idea de Emilio Vegas (@emiliusvgs, en Puro Marketing). Piensa en fotografías e imágenes adecuadamente tratadas y relacionadas con las intervenciones. Así ganamos otra columna importante, la visual, en nuestro programa de publicaciones.
Para darle sentido comunicativo creo que falta la columna de destinatarios o públicos. Tenemos que tener enfrente la imagen de personas influyentes o simples conversadoras que deben modular los contenidos.
De ponernos puristas deberíamos añadir que la publicación más social en redes sociales es aquella que cuenta las opiniones y preferencias de nuestros interlocutores más activos e interesados en la programación o calendario de entradas y publicaciones.
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