en el ambiente que el lobby rentista de la propiedad intelectual está creando, el mismísimo Google lo tiene difícil. La estrategia de estos está siendo algo más que agresiva: exigiendo asaltos a sitios de referencia sin importarles, como hemos visto en Nueva Zelanda, que se cumplieran siquiera los requisitos jurídicos básicos, creando casos ejemplarizantes contra personas sin medios para enfrentarles legalmente o haciendo valer su monopolio legal genérico contra usos consuetudinarios tan arraigados como leerles cuentos en voz alta a los niños en las librerías.David de Ugarte (20-3-2012) Y Google enfrentó el terrorismo (post) El correo de las Indias
El lobby de la propiedad intelectual ha impulsado durante estos años leyes a sabiendas de que resultanincómodas al marco jurídico garantista, que van contra la costumbre y el uso general y en definitiva que es muy difícil que sean aceptadas socialmente y casi imposible que sea vean cumplidas. Daba igual. Su estrategia está siendo reprimir al azar para generar terror social utilizando herramientas que presumen culpabilidad y permiten allanamientos sin fundamento previo. Eso tiene un nombre: «terrorismo».
El objetivo parece ser alcanzar la distopía de una sociedad atemorizada y permanentemente bajo sospechadonde nadie esté libre de rendir cuentas a los barones de la propiedad intelectual. Y es eso lo que Google teme. Porque en un ambiente de terror, con el estado capturado por los criterios de una industria sabe que no tiene otro sustento que el privilegio legal, y con toda la fuerza de la represión cayendo brutalmente a diestro y siniestro para defender los intereses de la industria del copyright, todos estamos en la lista de objetivos. Y el gigante californiano, no quiere ser víctima.
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