Tercer intento de acuerdo para que se presente un decano en la Facultad y otra vez más fallido.
Pasa el tiempo y nos jugamos descabezar una convivencia inevitable.
En este centro tenemos nuestros puestos de trabajo. Casi nada con lo que está cayendo.
Y de cara a la galería damos una imagen de desunión mayor que la real.
Los cambios de ley educativa obligaron a cambiar planes de estudios. Quizá los grandes departamentos vencieron a los pequeños. A lo peor, ideales más antiguos de universidad quedaron fuera de juego.
Juventud y senectud tienen problemas para olvidar. Como si el no perdono (¿a quién? ¿qué?) nos permitiera seguir viviendo.
No sólo pasa el tiempo. A ver si nos enteramos de que lo que pasa son las oportunidades.
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