Estoy intentando introducir a los que terminan Comunicación Corporativa en redes sociales comerciales como forma de experiencia y para que gestionen su imagen pública antes de graduarse. Son malas fechas por carga de trabajo de todos y encima todo este trabajo de introducir, aceptar, sugerir grupos, fuentes, lectores, canales...
Vamos que empiezo el año confirmando la experiencia de Marc Cortés: las redes nos facilitan la visibilidad de intereses pero nos dispersan y hacen más complicado seguir esa conversaciones que nos interesa. Roberto Carrera especifica algunas capacidades que vamos a ejercitar en esta comunicación digital. Como Ivan Pino, creo que la experiencia es quien nos va a graduar en las relaciones públicas on line.
Pero además de suscribirnos, evaluar, corregir o comentar unas entradas, daremos un salto si construimos juntos, si nos mueve más la inteligencia colectiva que el puro afán personal. Mientras no haya estas agrupaciones y colaboraciones, considero simplemente que las nuevas aplicaciones se comen tráfico de las anteriores preferencias de comunicación digital.
El microblogging se come al macroblogging, con esa peculiar ley de Internet de que el pez chico se come al grande (y al final la herramienta más simple y de moda engorda la caja de algún macrogrupo).
Veremos que dan de sí todas las horas de estos días invertidas...
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